Una azafata que vivió la muerte de un pasajero en un avión cuenta el protocolo que se debe seguir con el cuerpo

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Los tripulantes de cabina de un avión, también conocidos como azafatos o auxiliares de vuelo, son los profesionales que se encargan del control y cuidado de los pasajeros durante el viaje, así como de su atención en caso de existir alguna emergencia, para las que existen distintos tipos de protocolos que deben cumplir según las normas de cada aerolínea.

Nora Imon es una joven azafata española que ha saltado a la fama mediática al hacerse popular en TikTok compartiendo sus experiencias en viajes, promocionando productos de cosmética o haciendo unboxing junto a su chico. Pero sobre todo se ha hecho viral por compartir vídeos sobre cómo es su trabajo y los distintos consejos que da a los viajeros.

"Dejar el cadáver donde está"

Dos de sus últimos vídeos hacen referencia a una de las situaciones más inesperadas y desagradables a las que se ha tenido que enfrentar en su trabajo: la muerte de un pasajero en pleno vuelo. Al ser preguntada sobre qué se hace con el cadáver, Nora señaló, en un primer clip que se hizo viral con 4,5 millones de visualizaciones, que “lo más normal, seguro y aconsejable es dejar el cadáver donde está”, es decir, en el asiento.

La azafata aprovechó la ocasión para desmentir que el cuerpo se traslada a la crew rest, que es lugar de descanso de la tripulación. “Son camas muy, muy pequeñas, con accesos mediante trampillas hacia arriba o hacia abajo” y sería “una locura” mover allí el cadáver. Asimismo, recordó que no todos los aviones disponen de una “como nos pasó a nosotros aquella vez”.

“Cuanto más normal y más discretamente se hagan las cosas, mejor para todos”, dijo la azafata

También dijo que es “imposible” meterlo en aviónica, que es la parte “donde están todos los ordenadores para controlar el avión”, o en la bodega, porque “no están comunicadas con la cabina” por lo que es “totalmente inviable”. En un segundo vídeo, Nora comentó que si el pasajero ha muerto en la fila 42, la gente de alrededor “se va a enterar”, pero no las de las primeras filas, por lo que consideró “totalmente innecesario hacer correr la voz de que hay un muerto a bordo y crear pánico”.

La azafata también señaló que, normalmente, “esa persona no va a viajar sola, su familia va a estar alrededor, lo estará pasando mal, no vamos a sacar una persona de ahí como si fuese un saco de patatas”. Además, moverlo sería difícil debido al rigor mortis y que “hay que atar a esa persona al asiento” con cinturones y straps para que no se vaya hacia adelante al aterrizar. “Cuanto más normal y más discretamente se hagan las cosas, mejor para todos”, sentenció.