Una madre denuncia el trato que recibió su hija autista en el instituto al encontrarse mal

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Los centros educativos deberían ser lugares seguros para los estudiantes, pero a veces se convierten en sitios llenos de enemigos. Se habla mucho del acoso escolar, pero no se trata tanto el tema de las adaptaciones para niños con necesidades especiales, con diagnósticos como autismo o TDAH, entre otros.

Muchas veces esa adaptación o comprensión no llega, ni por parte de los profesores ni por parte del alumnado, generando malestar en los niños que necesitan un apoyo mayor y mucha empatía. Lourdes Palacios, una mamá de una niña en el espectro autista, ha grabado un vídeo en TikTok para denunciar una situación de desamparo y malos tratos que sufrió la pequeña en su instituto.

Como explica Lourdes en el vídeo, su hija, Míriam, de 13 años, tiene autismo. Un día, Lourdes se encontraba trabajando cuando, sobre mediodía, recibe una llamada de su hija. La pequeña le explicó que no se encontraba bien, que estaba en el cuarto de baño y que no podía volver al aula. Rápidamente, Lourdes contactó con el centro para comunicar la situación de su hija. El profesorado fue al instante a buscar a Míriam, que se encontraba en los cuartos de baño de la planta baja,

Todo empeoró a los pocos minutos

Hasta ahí la actuación del centro educativo fue presta y ejemplar, prestando ayuda de inmediato a la pequeña. Efectivamente, Míriam presentaba fiebre, mareos y malestar general. A los cinco minutos, Lourdes recibe una llamada del orientador del instituto, que se dedica a llevar a los niños con necesidades especiales.

El orientador le pregunta a la madre si quiere que su hija acabe la jornada lectiva y luego se marche a casa. Lourdes responde que prefiere ir a buscar a su hija, a la que escucha llorando de fondo. Algo no iba bien. Acto seguido, el orientador le explica a la madre que debe ponerle “una falta grave” a la alumna por “utilización del móvil en el centro”.

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Lourdes explica, visiblemente enfadada, que cuando llegó al centro a recoger a su hija, esta estaba siendo amedrentada por el orientador, que le recriminaba su mala conducta por haber empleado el móvil en horas de clase. El mismo orientador le explicaba a Míriam que debía haber “buscado al profesor de guardia” y no haber llamado a su madre.

Visiblemente en crisis, Míriam era un mar de lágrimas, y el enfado de su madre era palpable. La falta de empatía del orientador estaba fuera de lugar y, posteriormente, Lourdes se enteró de que la profesora de su hija era la que la había mandado al baño a “lavarse la cara”, para luego continuar la clase. Fue en el cuarto de baño cuando Míriam se mareó y llamó a su madre.

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Lourdes estalla durante el vídeo, y pide que los profesores se impliquen más. “Las cosas tienen que empezar a cambiar desde dentro”, explica la mujer, refiriéndose a la falta de empatía y de capacidad de actuación del profesorado con los niños autistas. La caja de comentarios es un hervidero de indignación, pues todos apoyan a la madre y a la hija, y se llevan las manos a la cabeza al conocer esta desafortunada situación, que parece que no es la primera vez que ocurre.