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Cómo educar a tus hijos para que poco a poco ganen autonomía y sean responsables
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NO HAY UNA FÓRMULA ÚNICA NI EFECTIVA

Cómo educar a tus hijos para que poco a poco ganen autonomía y sean responsables

Más que conseguir que cumplan con una serie de tareas, es importante que vayan ellos tomando las decisiones por sí mismos y responsabilizándose de sus acciones

Foto: Foto: iStock.
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Educar a un hijo no solamente significa que sea obediente y cumpla con sus tareas domésticas, individuales o escolares. Educar verdaderamente a un hijo pasa porque sea poco a poco más capaz de tomar sus propias decisiones basándose en su propia intuición, inteligencia o valores. ¿Cómo se instruye en él valores como la autoestima, el autogobierno de sí mismo o el respeto hacia los demás?

En primer lugar, hay que aceptar que no es tan fácil. La crianza depende mucho de la situación familiar, la personalidad de cada padre o madre y la de sus respectivos hijos, por lo que no hay una fórmula únicamente efectiva para que desarrollen esta capacidad. Eso sí, recientemente se ha venido desarrollando ampliamente el campo educativo de instruirles en destrezas personales y no tanto en aprendizajes teóricos, por lo que sí que hay una serie de claves sobre las que te puedes guiar de cara a conseguir que tu hijo gane autonomía.

"Es importante involucrarle en la toma de decisiones sobre las reglas de la casa en lugar de imponer las tuyas sin derecho a réplica"

"La crianza que apoya la autonomía es un enfoque flexible y basado en una ciencia que nos anima a dejar de hacer cosas por nuestros hijos para que desarrollen confianza en sí mismos, promueve el priorizar nuestras propias necesidades para satisfacer mejor las suyas o ayuda a los padres a centrarse en nutrir el auténtico yo de sus hijos en lugar de lo que quisiéramos que fueran", admite Emily Edlynn, autora de un libro sobre el tema, en un artículo de Life Hacker. Al final, si conseguimos instruirle en este camino, será muy probable que en el futuro goce de una mejor salud mental, mayor autoestima, un mejor rendimiento académico, una mayor empatía hacia los demás o, en general, una gran satisfacción vital.

Desde que son pequeños a infantil

La experta propone llevar a cabo una serie de acciones según la edad que vayan alcanzando los pequeños. Por ejemplo, desde que es pequeño hasta que empieza a ir al colegio y llega a los seis años, más o menos, recomienda que "desarrollen habilidades para que tengan un sentido competente a la hora de participar en tareas". Obviamente, todavía son muy pequeños, pero podemos encargarles pequeñas tareas como encontrar determinados utensilios que nos puedan hacer falta para cocinar, o limpiar las mesas con un trapo... Y que no todo sean órdenes: "fomenta un juego no estructurado en el que el niño tenga que liderar mediante decisiones" o "ayúdales a aprender a regular las emociones practicando estrategias que les tranquilicen".

En edad escolar

Cuando tengan en torno a ocho años y vayan al colegio, establece un sistema de tareas o comienza dándoles una propina los fines de semana dejándoles la potestad para saber en qué gastarla. No tiene que ser mucho, como es lógico, pero que empiecen a familiarizarse con el hecho de pagar ellos solos o encomiéndales tareas sencillas como ir a por el pan para que empiecen a sentir que se pueden ocupar de algunos asuntos domésticos. Cuando ya vayan siendo más mayores, lo más necesario es "educarles en la empatía y la toma de perspectiva para comprender cómo quiere o debe experimenta la vida", asegura Edlynn. "También es importante involucrarle en la toma de decisiones sobre las reglas de la casa en lugar de imponer las tuyas sin derecho a réplica".

"Responde a sus errores con curiosidad y preguntas en lugar de dar el sermón, lo que le ayudará a pensar en lo que hizo o aprendió"

Por supuesto, algo muy relevante a estas edades: define el éxito no solo como algo académico o escolar, sino en las facultades que crees que se le dan bien o en las que empieza a despuntar. "Fomenta que esté motivado y que su concepción del éxito no esté influenciada por expectativas externas". Y, a la par, "muestre una consideración positiva incondicional, es decir, haz que se sienta apoyado y aceptado independientemente de sus elecciones o desempeño".

Ya siendo adolescentes

Ya entrados en la adolescencia, observa cómo poco a poco van tomando sus propias decisiones, ya que es algo inevitable que vayan ganando independencia. "Estos años son como un campo de entrenamiento para una hipotética vida futura sin padres", menciona Edlynn. "Sube el nivel tanto en su grado de libertad como en sus responsabilidades, expresando tu confianza puesta en él". Por otro lado, no estés demasiado al acecho de si estudia o no, ya que él por sí mismo debe entender que es importante llevar una buena vida académica. "Responde a sus errores con curiosidad y preguntas en lugar de dar el sermón, lo que le ayudará a pensar en lo que hizo o aprendió", sentencia la experta.

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Evidentemente, seguro que surgirán dificultades por doquier, ya que los niños tienden a responder o a ver con sentido crítico todo aquello que les mandan sus figuras de autoridad. "No tener en cuenta que no existirá la discordia no es realista, ni siquiera saludable, por mucho que deseemos que nuestros niños no quieran tener otra rabieta", admite la experta. "El conflicto en todas sus distintas formas, edades y etapas del desarrollo es una parte más en el contexto de relaciones seguras y de confianza entre padres e hijos".

Educar a un hijo no solamente significa que sea obediente y cumpla con sus tareas domésticas, individuales o escolares. Educar verdaderamente a un hijo pasa porque sea poco a poco más capaz de tomar sus propias decisiones basándose en su propia intuición, inteligencia o valores. ¿Cómo se instruye en él valores como la autoestima, el autogobierno de sí mismo o el respeto hacia los demás?

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