La exposición a ciertas fragancias durante el sueño aumenta drásticamente la función cognitiva
Un reciente estudio en el que participaron 43 hombres y mujeres de 60 a 85 años parece sugerir tal cosa
Quizá no lo sepas, pero el olfato es fundamental para nosotros, pese a que probablemente es el sentido que más descuidamos. Y, sin embargo, podría ser justo lo que necesitásemos para seguir funcionando bien en la vejez, o al menos eso asegura una reciente investigación de la Universidad de California.
Los investigadores descubrieron pruebas sólidas de que enriquecer el aire con fragancias mejora el rendimiento cognitivo, al fortaleer una conexión crítica entre las áreas neurológicas que involucran la memoria y la toma de decisiones, informa Science Alert. En el experimento participaron 43 hombres y mujeres de 60 a 85 años y parece sugerir que el deterioro cognitivo y las condiciones como la demencia podrían ralentizarse simplemente usando una selección diferente de perfumes en el dormitorio antes de acostarse cada noche.
Las condiciones como la demencia podrían ralentizarse simplemente usando una selección diferente de perfumes en el dormitorio antes de acostarse cada noche
Mantener la vieja materia gris estimulada a medida que envejecemos es vital para mantener una buena salud cognitiva. Eso no significa solo mantenerse al día con el crucigrama diario, sino salpicar nuestro entorno con todo tipo de imágenes y sonidos para que el cerebro los mastique (por decirlo de alguna manera). Por ejemplo, para otros animales, se ha demostrado que enriquecer el ambiente con olores estimula la neuroplasticidad, especialmente en pruebas que involucran animales con síntomas similares a los humanos en los trastornos neurológicos.
No es exactamente una exageración creer que los humanos también podrían beneficiarse al experimentar un 'paisaje olfativo' complejo. Fisiológicamente hablando, nuestra capacidad para detectar olores se deteriora antes de que nuestra capacidad cognitiva comience a decaer. Este sentido se correlaciona también con una pérdida de células cerebrales, lo que sugiere una fuerte conexión entre el olfato y la función neurológica.
Fisiológicamente hablando, nuestra capacidad para detectar olores se deteriora antes de que nuestra capacidad cognitiva comience a decaer
Todos los demás sentidos se enrutan primero a través del tálamo. Todos han experimentado cuán poderosos son los aromas para evocar recuerdos, incluso desde hace mucho tiempo (recordemos a Proust). Sin embargo, a diferencia de los cambios en la visión que tratamos con gafas o los audífonos para personas con discapacidad auditiva, no ha habido ninguna invención para la pérdida del olfato.
Para determinar si el deterioro cognitivo se puede evitar con este tipo de estimulación sensorial, el equipo de investigación proporcionó a 20 de los participantes del estudio una variedad de aceites naturales que contenían fragancias de rosa, naranja, eucalipto, limón, menta, romero y lavanda. Al resto del grupo se le proporcionó un "placebo" que contenía trazas de un aroma.
Todos los participantes debían usar uno de los aceites con difusor para perfumar su hogar durante dos horas todas las noches durante un período de seis meses, rotando a través de su menú de fragancias. Luego se utilizó una batería de pruebas neuropsicológicas para comparar la memoria, el aprendizaje verbal, la planificación y las habilidades de cambio de atención de los voluntarios antes y después del ensayo de seis meses.
A diferencia de los cambios en la visión que tratamos con gafas o los audífonos para personas con discapacidad auditiva, no ha habido ninguna invención para la pérdida del olfato
Sorprendentemente, hubo una clara diferencia entre las respuestas proporcionadas por aquellos que estuvieron expuestos a una variedad de fragancias y los individuos del grupo de control. Un escaneo de sus cerebros también reveló un cambio significativo en la anatomía que vincula áreas del cerebro críticas para la memoria y el pensamiento dentro del grupo de prueba.
Como todos los voluntarios tenían una salud mental similar, los investigadores pretenden ver ahora si los resultados siguen siendo válidos para las personas que ya han sido diagnosticadas con un grado de pérdida cognitiva. En resumen, no importa la edad o el estado mental, darle algo a la nariz para que huela cuando se apagan las luces podría ser una forma bastante buena (y agradable, a poder ser) de ejercitar la mente por las noches.
Quizá no lo sepas, pero el olfato es fundamental para nosotros, pese a que probablemente es el sentido que más descuidamos. Y, sin embargo, podría ser justo lo que necesitásemos para seguir funcionando bien en la vejez, o al menos eso asegura una reciente investigación de la Universidad de California.