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No es lo mismo respirar por tu fosa nasal izquierda que por tu derecha: la ciencia explica por qué
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No es lo mismo respirar por tu fosa nasal izquierda que por tu derecha: la ciencia explica por qué

Si nos centramos en la nariz, llegamos al mismísimo cerebro, pero ese viaje no es simple y es solo el comienzo de lo que describe a todo un organismo humano

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Dos fosas nasales, como dos ojos o dos oídos. El número dos nos compone por fuera, pero también por dentro, en un equilibrio que solo esa cantidad sabe establecer para que se dé, nada más y nada menos, que la vida. Claro que podemos ver sin un ojo, y escuchar sin un oído. Incluso podemos respirar por un solo lado de nuestra nariz. Pero no, el equilibrio no se refiere a dos partes, dos lados o dos extremidades iguales, sino distintas. No respiramos igual por las dos fosas nasales.

Resulta que la fosa nasal derecha no es sensible a los mismos olores que la fosa nasal izquierda, y eso es solo el comienzo de lo que describe a todo un organismo humano. Si nos centramos en la nariz, llegamos al mismísimo cerebro, pero ese viaje no es simple. ¿Por qué respirar por la fosa nasal izquierda no significa lo mismo que hacerlo por la fosa nasal derecha? Te lo explicamos.

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Precisamente por esa conexión que mantiene con el cerebro, que también podemos dividir en dos (conocidos como los dos hemisferios): un orificio comparte información con el hemisferio izquierdo del cerebro, relacionado con el lenguaje y el pensamiento analítico. Mientras tanto, el otro se comunica con el hemisferio derecho, asociado a las emociones y la atención.

Reacciones distintas

Así, en cuanto al procesamiento de olores, es el hemisferio izquierdo el responsable de identificarlos, es decir, de que seamos capaces de oler. En cuanto al derecho, se encarga del aspecto afectivo, en otras palabras, de recordarlos. Entre ambos, nos otorgan la capacidad de poder diferenciar el mundo desde esta perspectiva.

Los tejidos que recubren nuestras fosas nasales se abren y cierran en intervalos regulares, en una transición que permite que cada una asuma un papel diferente

Para conseguirlo, como si de una flor se tratase, los tejidos que recubren nuestras fosas nasales se abren y cierran en intervalos regulares. Una de las fosas nasales se abre, mientras que la otra se cierra: una transición que permite que las dos fosas nasales asuman un papel diferente. Por si fuera poco, la respiración por cada una de ellas, claro, produce consecuencias o reacciones distintas (puedes probar y comprobarlo):

Si alguna vez has acudido al psicólogo, sabrás que unas de las primeras tareas que estos profesionales apuntan a sus pacientes tiene que ver con la respiración. Controlarla, dicen, presta beneficios para los síntomas del estrés, la ansiedad o la depresión, por ejemplo. Los expertos están convencidos de que los ejercicios de respiración pueden mejorar significativamente la salud mental, y al mismo tiempo, la física.

El "control de la respiración"

De entre todas las posibilidades que existen para ello, la llamada respiración alterna es una técnica muy practicada en la cultura del yoga, donde se denomina pranayama, un término sánscrito que significa literalmente "control de la respiración". Al adquirir una rutina con esta serie de ejercicios de respiración, aseguran, mejora el funcionamiento de los pulmones, reduce el ritmo cardíaco, el nivel de estrés y la presión arterial.

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Por un lado, respirar con la fosa nasal derecha aumenta la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, los niveles de cortisol y la presión arterial . Entonces se activa la función natural del cuerpo asociada con la huida o la lucha y se irriga el hemisferio izquierdo del cerebro.

Por otro, respirar por la fosa nasal izquierda bajaría la presión arterial, reduciría la temperatura corporal y la ansiedad asociada con la función instintiva de huir o luchar. Es el turno de irrigar el hemisferio derecho, cuna del pensamiento creativo y de las emociones

Dos fosas nasales, como dos ojos o dos oídos. El número dos nos compone por fuera, pero también por dentro, en un equilibrio que solo esa cantidad sabe establecer para que se dé, nada más y nada menos, que la vida. Claro que podemos ver sin un ojo, y escuchar sin un oído. Incluso podemos respirar por un solo lado de nuestra nariz. Pero no, el equilibrio no se refiere a dos partes, dos lados o dos extremidades iguales, sino distintas. No respiramos igual por las dos fosas nasales.

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