Los gatos tienen trucos muy buenos para refrescarse en verano: así es como lo logran

Cuando llega el verano, evitar el calor empieza a ser una tarea cada vez más complicada. En las últimas semanas, con las altas temperaturas, algunas sin precedentes, en nuestro país, hemos sudado la gota gorda. Hablamos de los humanos, pero el resto de animales también las han sentido. Aunque no suden, aparentemente, los perros jadean, por ejemplo. Pero, ¿y los gatos?

Si tienes un gato cerca, puedes observarlo con detenimiento que no le verás sacar su lengua de la misma forma que haría un perro para expresar que está acalorado. ¿Esto quiere decir que ellos no se acaloran? Claro que lo hacen, pero no de la misma forma.

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Los gatos adultos necesitan mantener una temperatura corporal interna de entre 38 y 39,5 grados centígrados, según explican desde el portal de Purina. En el caso de los canes, esta es un poco inferior: de entre 37,5 y 39 grados. Para los humanos, por su parte, está en torno a los 37. Parecen diferencias insignificantes, pero determinan por qué nos comportamos ante el calor de formas tan diferentes.

Lo que los humanos no hacen

No, los gatos no sudan a través de sus patas para refrescarse. Para mantener su temperatura corporal adecuada, los felinos tienen varios métodos con los que buscan, por supuesto, mantenerse frescos cuando el clima es sofocante. Uno de ellos también lo intentan los humanos, aunque no lo suficiente: saber que no hay que esforzarse demasiado en los días calurosos.

Además, aunque eso implique no moverse, los gatos también saben que a veces hacerlo es lo más indicado, porque les permite refrescarse mediante el contacto con objetos fresquitos que encuentren en su paseo. Esta es la razón por la que a menudo, cuando menos te lo esperas, encuentras a tu gato en el cuarto de baño o en la cocina: los azulejos de estas zonas de tu casa son grandes aliados también para ellos.

La saliva de sus lenguas actúa como el sudor, es decir, enfriando su cuerpo cuando se evapora. Esto nos sugiere que para ayudarles lo mejor es pasarles suavemente un paño húmedo

Pero unos azulejos frescos no son suficientes cuando las temperaturas se desbordan sin precedentes. Entonces, comienzan a expulsar líquido. Lo hacen por las huellas, por la nariz o por la boca, pero de manera mucho más sutil que un perro o que incluso las personas. Según los expertos, ni siquiera a esto podemos llamar sudor, pues se trata de una forma de secreción como protección y humectación insuficiente para enfriar la sangre.

Lo que hacen para eso acicalarse con regularidad. Como explican en un artículo desde Mental Floss, la saliva de sus lenguas actúa como el sudor, es decir, enfriando su cuerpo cuando se evapora. Esto nos sugiere que para ayudarles a conseguirlo lo mejor es pasarles suavemente un paño húmedo.

Si ves que un gato jadea, debes acudir al veterinario, ya que, aunque en climas extremos pueden llegar a hacerlo, por lo general este signo de sobrecalentamiento es más peligroso en ellos que en perros, siendo incluso señal de alguna enfermedad grave.