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¿Cómo funcionan los fuegos artificiales? Así consiguen sus formas y colores
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Una magia química

¿Cómo funcionan los fuegos artificiales? Así consiguen sus formas y colores

Los fuegos artificiales no están hechos de azúcar, especias y muchas cosas bonitas. Bueno, de esto último sí, pero para conseguirlo hacen falta otro tipo de elementos, en concreto los químicos

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Las noches de verano están para los colores. En este momento del año, muchos pueblos y ciudades se engalanan para festejar, porque el tiempo lo permite y, de hecho, nos obliga a estar más fuera que dentro, así que qué mejor que hacerlo divirtiéndose. ¿Y existe una fiesta sin sus colores? Cuando empiezan, cuando acaban, son estos los que le dan forma cuando llenan el cielo. Pensar en fiestas es pensar en bailes, es comida, en risas con amigos, pero también en fuegos artificiales.

Quizás te asustaban de pequeño, su estallido te inquietaba, pero hay algo que seguro lo sigue haciendo: ¿Cómo surgen tantos destellos? ¿De dónde salen todos los colores de los fuegos artificiales? ¿Cómo es posible? Tengas la edad que tengas, siempre resultan una especie de magia. Con la magia de las fiestas de verano, hoy te explicaremos la ciencia que responde a tus preguntas.

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Lo primero que tienes que saber es que los fuegos artificiales no están hechos de azúcar, especias y muchas cosas bonitas. Bueno, de esto último sí, pero para conseguirlo hacen falta otro tipo de elementos, en concreto los químicos. He aquí eso que conocemos como pólvora.

La química de los colores

Cada elemento químico da lugar a colores diferentes, por lo que se trata de saber combinarlos. De esta forma, cuando ves fuegos artificiales estás viendo, por ejemplo, carbonato de estroncio (rojo), cloruro de calcio (naranja), nitrato de sodio (amarillo), cloruro de bario (verde) o cloruro de cobre (azul). Digamos que estos son los componentes básicos, y a partir de ellos, como cuando mezclamos pinturas para obtener otras, aparecen más y más colores.

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Los fuegos artificiales morados se crean de forma similar a como crearías pintura morada: mezclando rojo y azul, es decir, estroncio y cobre. Para los tonos más brillantes e imposibles también hay respuesta: según la Universidad de Valencia, hay que mezclar aluminio y magnesio para obtener el color plateado. También con Magnesio se puede obtener "un blanco que mejora el brillo", al igual que con el titanio y con el aluminio. Como ya estarás imaginando, estos tres elementos son de los más utilizados en la industria de la pirotecnia.

¿Y cómo se convierten en chispas? Todo empieza dentro de lo que llamamos batería, que es ese tubo grueso al que va conectada la mecha. Paul Nicholas Worsey, experto en fuegos artificiales y profesor de minería e ingeniería nuclear en la Universidad de Missouri explica al portal Words Side Kick, en palabras recogidas por Mental Floss, que cuando enciendes dicha mecha, la llama enciende una bolsa de polvo negro en el interior de la batería conocida como carga de elevación.

Con estrellas en su interior

Ya irás intuyendo el por qué de ese último nombre: se trata de una parte de la batería que, a modo de caparazón, acabará saliendo disparada al aire y en el trayecto se divide en todas las estrellas que lo conforman.

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Un momento. ¿Estrellas? Sí, pero no las que crees. Así llaman los científicos a los pequeños gránulos precisamente por el parecido (salvando las distancias) con las mismísimas protagonistas intergalácticas. Como ellas, las estrellas de los fuegos artificiales están llenas de diferentes combinaciones de sales metálicas encargadas del color.

Este mecanismo permite múltiples combinaciones. Entre las más conocidas, las camaretas, silbadores, voladores, diablillos, castillos, petardos y los sonajeros. Recuerda que aunque sean sinónimo de diversión, ninguno de ellos es un juego. Por todo lo que te contamos en este artículo, su manejo debe estar siempre regido por un profesional (aquellos que así lo requieran) y, por supuesto, por un adulto en todos los casos.

Las noches de verano están para los colores. En este momento del año, muchos pueblos y ciudades se engalanan para festejar, porque el tiempo lo permite y, de hecho, nos obliga a estar más fuera que dentro, así que qué mejor que hacerlo divirtiéndose. ¿Y existe una fiesta sin sus colores? Cuando empiezan, cuando acaban, son estos los que le dan forma cuando llenan el cielo. Pensar en fiestas es pensar en bailes, es comida, en risas con amigos, pero también en fuegos artificiales.

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