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Alfil, caballo, torre... ¿Por qué las piezas de ajedrez tienen esos nombres?
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Un tablero muy social

Alfil, caballo, torre... ¿Por qué las piezas de ajedrez tienen esos nombres?

Basta adentrarse un poco más allá de su superficie para que este juego que parece tan estandarizado nos revele una multitud de particularidades lingüísticas que explican su historia

Foto: Detalle de Fausto y Mefisto jugando al ajedrez (autor desconocido, siglo XIX). (Wikimedia)
Detalle de Fausto y Mefisto jugando al ajedrez (autor desconocido, siglo XIX). (Wikimedia)

Parece que surgió por primera vez en la India a principios del siglo VII, aunque por entonces se conocía como 'chaturanga'. Algunos cientos de años después, había llegado a Islandia, y allí se le denominó 'skák'. Era aproximadamente el año 1600 d.n.e. Poco a poco, el ajedrez siguió recorriendo el mundo, desde Europa a Oriente Medio y Asia. Más tarde, lo haría también por el continente americano.

Han pasado unos cuantos siglos desde aquel tiempo, y en la actualidad es un juego perfectamente inteligible para todo tipo de participantes: las normas son las que son, las piezas son las que son, el tablero es el que es, los movimientos, en principio, son los que son. De hecho, dos contrincantes pueden jugar sin compartir las mismas habilidades de comunicación. Sin embargo, basta adentrarse un poco más allá de su superficie para que este juego que parece tan estandarizado nos revele una multitud de particularidades lingüísticas.

Foto: Tablero de ajedrez. (Imagen de archivo)

No solo el juego en sí tiene mucho más trasfondo del que muestra (que no es poco), sino que cada parte del mismo, en realidad, han ido asumiendo a lo largo de su historia diferentes identidades. A medida que llegaba a nuevos territorios, es decir, que a nuevos espacios culturales, surgían particularidades. Algunas de esas diferencias que plantean sus orígenes tienen historias interesantes, pero curiosamente, otras diferencias siguen siendo un misterio. Seguro que alguna vez te has preguntado por qué hay ocho peones, o dos alfiles, por ejemplo. Solo recorriendo su historia lo entenderemos.

Estabilidad, orden, monarquía

Si no estás muy puesto en él, lo primero que debes saber es que el juego representa un estado ideal: estabilidad, orden, monarquía. Además, como apunta Mateo Wills en Jstor, aunque tiene sus orígenes en Persia y la India, lo que hoy se conoce como ajedrez de estilo internacional se desarrolló en la Europa medieval. "Reflejaba un ordenamiento jerárquico de la sociedad y lo reforzaba en el juego: cuando juegan dos jugadores, lo que ocurre no es solo un juego intelectual, sino también un juego de ciertos gestos y hegemonías patriarcales clave". Todo esto sucede con 32 piezas, 16 por jugador: además de los ocho peones y los dos alfiles, también dos caballos, dos torres, una reina o dama y un rey. ¿Pero de dónde vienen estos nombres?

placeholder Ilustración del manuscrito persa 'Un tratado de ajedrez' en el que puede verse a los embajadores de la India presentando el juego a Cosroes I Anushirwan, rey de Persia. / Shams de Tabriz retratado en una pintura jugando al 'chaturanga'. (Wikimedia)
Ilustración del manuscrito persa 'Un tratado de ajedrez' en el que puede verse a los embajadores de la India presentando el juego a Cosroes I Anushirwan, rey de Persia. / Shams de Tabriz retratado en una pintura jugando al 'chaturanga'. (Wikimedia)

Según explica Frank Jacobs en Atlas Obscura, la noción del peón es "bastante consistente a lo largo de la historia del ajedrez". En latín, pedester, quiere decir peatón y se deriva de 'pes', 'pedis' (pie). Con la raíz indoeuropea haciendo eco desde el sánscrito original 'padati' hasta el francés moderno 'pion' (e importado al turco moderno como 'piyon'), esta pieza hace referencia a un "soldado de a pie", y así mismo lo conocen en inglés ('foot soldier').

No obstante, en español 'peón' también significa curiosamente "agricultor". Este término se usa en varios idiomas germánicos y algunos otros como 'bonde' en danés o 'kmet' en esloveno. Para Jacób, sin duda, porque en tiempos de guerra, los agricultores eran "fuente obvia de carne de cañón".

Un campo de batalla

A medida que el juego fue avanzando desde los territorios persas y árabes hacia el oeste, es decir, hacia Europa, fue experimentando algunos ajustes sutiles "y no tan sutiles", dice Jacobs. En cierto sentido, la representación simbólica de un campo de batalla indio se convirtió en una forma sublimada del torneo medieval.

placeholder Ajedrez antiguo. (iStock)
Ajedrez antiguo. (iStock)

Por supuesto, ahora no hay duda de qué pieza es cada una porque todas ellas tienen la forma que evidencia sus nombres. En este sentido, una de las más indiscutibles es el caballo. A fin de cuentas, es el único animal que juega sobre el tablero. Hay que tener en mente que no siempre fueron figuras tan evidentes. Más bien, se nombraron en torno a la función que tenían. Es por eso que desde el comienzo del 'chaturanga', la pieza del caballo, originalmente llamada 'asva', "caballo" en sánscrito, ha mantenido firmemente su asociación equina, probablemente porque es la única pieza que puede saltar sobre las cabezas de las otras piezas.

Quizás por eso mismo la variación en su nomenclatura es también bastante limitada: el nombre del animal en español; el de su jinete, 'riddari', en islandés; o el movimiento que hace, 'springare', en sueco.

Todos los nombres del alfil

Para el caso de la torre o castillo, el asunto se pone más complejo. Resulta que en las primeras versiones del juego esta pieza no existía, o al menos no con su forma actual. Se trataba de un "carro", según explicas los escritos que se conservan en sánscrito, donde puede leerse la palabra 'ratha' para referirse a ella, y los escritos en persa que la recogen con la palabra 'rukh'.

placeholder Moros de Andalucía jugando al ajedrez, ilustración del Libro de partidas de Alfonso X, 1283. (Wikimedia)
Moros de Andalucía jugando al ajedrez, ilustración del Libro de partidas de Alfonso X, 1283. (Wikimedia)

Jacobs apunta a una teoría que explicaría por qué este cambio, y es que los árabes habrían acercado el término persa 'rukh' casi sin cambios a Europa, pero una vez aquí, y más concretamente en Italia, aquel concepto se convirtió en 'roc' o 'rocco', que es prácticamente idéntico a 'rocca', el antiguo término italiano para hablar de una "fortaleza". "Otra teoría es que los carros de guerra persas estaban tan blindados que parecían pequeñas fortificaciones móviles, de ahí el vínculo entre el 'rukh' y los castillos", señala. Aunque si esto te parece curioso, más lo hará saber que en idiomas como el ruso o el armenio a la torre se la conoce como 'lad'já' y 'navak', o lo que es lo mismo, "barco" o "bote". Esto último ya escapa incluso a los historiadores más expertos.

La palabra 'alfil' viene del árabe 'al-fil', que significa literalmente "el elefante", y esta del persa 'pil', es decir, elefante. A diferencia de las anteriores, y de todas las demás, el nombre de esta pieza no guarda significados más allá de ella. Las tropas árabes montaban antiguamente en elefantes, de ahí el nombre de la pieza. Eso sí, aunque en español se haya mantenido muy afín a aquellos términos originarios, otros idiomas la denominan como "corredor" ('läufer' en alemán), "cazador" ('lovac' en serbio), "artillero" ('strelec' en eslovaco) y "lanza" ('oda' en estonio).

Cuando no había reina

Los alfiles se mueven en diagonal sin tener en cuenta el número de casillas, hacia delante o hacia atrás. Cada lado tiene dos alfiles; un alfil mueve a lo largo de los cuadrados claros y el otro mueve a lo largo de los cuadrados oscuros.

placeholder Mujeres moriscas jugando al ajedrez. Del Libro del axedrez dados et tablas de Alfonso X ('Libro de ajedrez, dados y tablas'), 1283. (Wikimedia)
Mujeres moriscas jugando al ajedrez. Del Libro del axedrez dados et tablas de Alfonso X ('Libro de ajedrez, dados y tablas'), 1283. (Wikimedia)

En cuanto a la reina, no siempre estuvo presente. Lo cierto es que en los orígenes del juego no había ninguna referencia femenina en él, probablemente porque tampoco querían que la hubiera en los campos de batalla a los que estos tableros emulan. En sus primeros comienzos en India, la pieza se conocía como el "consejero" del rey ('mantri' en sánscrito). Más tarde, los árabes la llamaron 'wazir', es decir, el ministro/secretario del gobernante. 'Wazir' se latinizó a 'farzia', y con este cambio se adaptó rápido al francés como 'vierge' ("virgen").

placeholder Detalle de Partida de ajedrez, por Sofonisba Anguissola en 1555. (Wikimedia)
Detalle de Partida de ajedrez, por Sofonisba Anguissola en 1555. (Wikimedia)

Si bien es cierto, no se sabe con certeza por qué se la feminizó como virgen y no como reina. La evidencia más temprana que se conserva de este último aparece en un manuscrito del año 1000 d.n.e. donde se la denomina 'regina' ("reina"), lo que según Jacobs es ya posiblemente una innovación bizantina. "En el siglo XIV, reine ("reina") reemplazó a 'vierge' en el tablero de ajedrez francés, y un siglo después, la propia reine fue reemplazada por 'dame' ("dama"), quizás un préstamo del juego de las damas". El culto religioso a la Virgen María, el tropo literario del amor cortés y la importancia de las reinas en la política medieval se entrelazan en su etimología.

El deseo homosocial masculino

No solo en el nombre cambia su historia. El 'mantri' solo podía moverse de casilla en casilla en diagonal. Sin embargo, la reina o dama moderna combina los movimientos en línea recta de la torre con los movimientos en diagonal del alfil. Para cuando esta pieza tomó forma de mujer, el juego había aumentado en popularidad. Era la era de los trovadores y el amor cortés, y según señala a Jstor la estudiosa de literatura medieval Jenny Adams, se convirtió en "un medio de interacción entre hombres y mujeres, un espacio que fomentaba el deseo romántico y heterosexual".

placeholder Los jugadores de ajedrez, por Giulio Campi en 1530. (Wikimedia)
Los jugadores de ajedrez, por Giulio Campi en 1530. (Wikimedia)

No obstante, apunta Adams, "el juego se incrusta en cuestiones más amplias de clase, poder y, en particular, del patriarcado". En ese sentido, "también fomenta y arbitra el deseo homosocial masculino" porque pone sobre la mesa, nunca mejor dicho, formas fundamentales para el desarrollo del movimiento del héroe desde la niñez hasta la edad adulta. En esa línea, por supuesto, la pieza central del juego sí ha mantenido su título original en toda Europa con respecto a los territorios en los que se originó. En el juego indio, se llamaba 'rajah', que en sánscrito significa "rey". Sin embargo, en las versiones asiáticas del juego, esta pieza central hace referencia a un estatus algo diferente según su estructura sociopolítica: en China y Corea, por ejemplo, hablan de "general".

Durante la Edad Media, se sabe que muchas mujeres jugaron sin cesar bajo el paraguas de ese marco romántico desde el que puede leerse este juego y que abrió camino a la reina. Llegado el período moderno, sin embargo, se pasó a considerar como una actividad masculina que, pese a las muchas jugadoras que han destacado a lo largo del tiempo y especialmente en el último siglo, todavía hoy sigue intentando dejar de serlo.

Parece que surgió por primera vez en la India a principios del siglo VII, aunque por entonces se conocía como 'chaturanga'. Algunos cientos de años después, había llegado a Islandia, y allí se le denominó 'skák'. Era aproximadamente el año 1600 d.n.e. Poco a poco, el ajedrez siguió recorriendo el mundo, desde Europa a Oriente Medio y Asia. Más tarde, lo haría también por el continente americano.

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