La cura para el mal aliento puede estar en lo que lo provoca (y lo tienes en tu cocina)

A nadie le gusta toparse con el olor interno de otra persona. Por supuesto, a quien lo desprende tampoco le agrada hacerlo, solo que a veces resulta imposible evitarlo o, simplemente, no nos damos cuenta. Sea como sea, el mal aliento es la ruina de la vida de muchas personas, pero resulta que existe un truco de lo más sencillo y de lo más efectivo al mismo tiempo.

Es tan sencillo que está en nuestros hogares, y basta con estirar un poco el brazo cuando entremos en la cocina. ¿Que para qué? Para echar mano de las bacterias que se encuentran en alimentos fermentados como el yogur, el pan de masa fermentada o la sopa de miso.

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Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Open, que ha relacionado ciertas bacterias probióticas con la disipación de lo que científicamente se conoce como halitosis. Si bien estas bacterias se pueden encontrar en alimentos comunes, este estudio analiza su eficacia como suplementos.

Las bacterias que son tus aliadas

Efectivamente, no todas las bacterias son malas o peligrosas. De hecho, muchas de ellas ya sabemos que ofrecen más de lo que nos quitan. Y, por supuesto, que en muchos sentidos son primordiales para que la vida sea posible a todos los niveles. Pues bien, cuatro de ellas, conocidas como Lactobacillus salivarius, Lactobacillus reuteri, Streptococcus salivarius y Weissella cibaria, pueden ofrecernos en este caso la solución definitiva a ese aliento poco agradable.

Causado normalmente por compuestos sulfúricos volátiles, producidos también por bacterias en la boca que se mezclan con restos de comida, el mal aliento es el protagonista de mucha publicidad. En la actualidad, de hecho, no son pocas las formas disponibles de tratar de abordar esto, tanto caseras como productos farmacéuticos. Lo cierto es que las bacterias mencionadas en forma de suplementos pueden ser la mejor opción.

Para abordar la eficacia de estas bacterias, un grupo de científicos han buscado en las bases de datos de investigación ensayos clínicos relevantes publicados hasta febrero de 2021. En total, analizaron estudios que incluían a 278 personas de entre 19 y 70 años.

Qué dicen los estudios

En estos estudios, el mal aliento se definió por los niveles de compuestos sulfúricos volátiles detectados en la boca mediante la puntuación del liquen plano oral (OLP), una medida del olor del aliento en varios niveles o distancias de la boca.

Los datos de dichos estudios mostraron una reducción significativa en las puntuaciones OLP de los que recibieron probióticos, en comparación con los grupos de control. Se encontraron resultados similares en la otra medida de mal aliento, con niveles más bajos de compuestos sulfúricos volátiles detectados; sin embargo, estos resultados fueron relativamente breves y no se observaron diferencias después de cuatro semanas.

Si bien hubo una reducción en el olor, no hubo cambios significativos en la placa o la suciedad en la lengua, dos factores comunes en el mal aliento. Esto sugiere que los probióticos pueden inhibir la descomposición de los aminoácidos en la boca, frenando la producción de subproductos malolientes.