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La grosería que un camarero puso en el ticket indigna a una clienta: “Tienen mejor pinta los de mi casa”
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MALA COMIDA Y MAL SERVICIO

La grosería que un camarero puso en el ticket indigna a una clienta: “Tienen mejor pinta los de mi casa”

Estamos acostumbrados a que sea un cliente el que falte el respeto a un camarero o la líe en un restaurante. Pero, en ocasiones, ocurre al revés, y se pierden las formas

Foto: La grosería que un camarero puso en el ticket indigna a una clienta: “Tienen mejor pinta los de mi casa” (Instagram/Twitter)
La grosería que un camarero puso en el ticket indigna a una clienta: “Tienen mejor pinta los de mi casa” (Instagram/Twitter)

Historias de clientes descontentos con el servicio, la comida o el trato que han recibido en un restaurante hay a patadas. De jefes que ofrecen condiciones abusivas a sus trabajadores en hostelería hay otro tanto. Pero, de clientes que sufren un mal trato por parte de un camarero, no hay tantas anécdotas —al menos que se hayan compartido de forma pública—, y menos del calibre de lo que le sucedió a una mujer al acudir a comer a un restaurante en Valencia con sus amigas.

La historia la comparte la cuenta de Twitter de Soy Camarero, un perfil que ayuda a visibilizar los abusos que sufren los camareros en el ámbito de la hostelería o los desplantes de los clientes maleducados. En esta ocasión, le dan la vuelta a la tortilla y muestran cómo el maleducado es el camarero, ofreciendo un trato “lamentable” a sus clientes.

En la primera imagen vemos un ticket con un montante total de 123,65 euros a pagar, un buen pedido para cualquier restaurante. Los artículos eran de lo más normales para una comida o una cena para varias personas: un par de botellas de agua, cuatro refrescos, una escalivada de verduras, un puré de patatas con torreznos, huevos y trufa, sepionet, paella del senyoret a banda y un plato de espaguetis boscaiola.

El gesto “lamentable” del camarero

El problema viene al leer las indicaciones que coloca el camarero para cumplir las peticiones de sus comensales. Con el puré con torreznos vemos que indica “torreznos aparte”, algo común de pedir especialmente si se trata de una clientela vegetariana o vegana. Pero en el plato de pasta, el camarero indicó, textualmente, “sin carne para la rompe bolas” refiriéndose a la clienta y a su petición de eliminar la carne del plato.

Al restaurante no debería suponerle mayor esfuerzo servir el plato sin carne. Es más, lo cobran al mismo precio y salen ganando, ya que gastan menos ingredientes. Sin embargo, parece que el camarero consideró que esta petición no era de su agrado y, lo que no debía siquiera quedar reflejado en una nota privada, acabó mostrándose en el ticket. Parece que el servicio en general no fue muy acertado, puesto que una de las clientas de esa mesa compartió varias capturas más en su cuenta de Instagram, criticando la falta de calidad de los platos.

Por ejemplo, al plato de puré de patata con torreznos, trufa y huevos le faltaba el ingrediente más importante: la trufa. Y el plato de pasta fue todo un desastre. Como indicó la mujer, los espaguetis que había pedido su amiga “eran de champiñones con queso y sin carne”. El plato estaba fuera de la carta, pero el personal del restaurante no se lo había indicado. Para complicar más el asunto, les sirvieron “espagueti con tomate, sin más, que pretendían cobrar al precio del plato original”. Y termina indignada indicando que “tienen mejor pinta los que hago yo en mi casa”. Está claro que la afectada y sus amigas no van a volver a ese restaurante nunca.

Historias de clientes descontentos con el servicio, la comida o el trato que han recibido en un restaurante hay a patadas. De jefes que ofrecen condiciones abusivas a sus trabajadores en hostelería hay otro tanto. Pero, de clientes que sufren un mal trato por parte de un camarero, no hay tantas anécdotas —al menos que se hayan compartido de forma pública—, y menos del calibre de lo que le sucedió a una mujer al acudir a comer a un restaurante en Valencia con sus amigas.

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