La curiosa historia de Hans Berger y cómo cambió la psicología para siempre

¿Podemos leer las mentes? La telepatía es algo que ha obsesionado al ser humano durante mucho tiempo. De hecho, en los años 60 algunas investigaciones concluyeron que la mayoría de las experiencias telepáticas sucedían cuando los individuos estaban soñando. Una serie de investigaciones en el Maimonides Medical Center de Brooklyn intentó comprobar la telepatía durante el sueño.

En realidad el término fue acuñado por primera vez en 1882 por Frederic W. H. Myers, fundador de la Sociedad para la Investigación Psíquica. Sus investigaciones se basaron más en la recopilación de datos anecdóticos, por lo que no pudieron tomarse muy en serio. Con el paso del tiempo, las pruebas más clásicas se basarían en la adivinación de naipes, relacionadas con los avances en el campo de la estadística, para evaluar los resultados. Hay pocas conclusiones al respecto a día de hoy y la premisa general es que la telepatía como tal no es posible.

La electroencefalografia nació gracias a una suerte de serendipia, de la mano de Hans Berger, un estudiante de matemáticas de la Universidad de Jena en Alemania

Sin embargo, una persona se obsesionó con ella y de esa manera cambió el campo de la neurociencia para siempre. La electroencefalografia nació gracias a una suerte de serendipia, de la mano de Hans Berger, un estudiante de matemáticas de la Universidad de Jena en Alemania. En 1892 se inscribió un año en caballería y, en una ocasión durante un ejercicio militar se cayó de su caballo. Impotente, en el suelo, estuvo a punto de ser aplastado.

Hasta ahí sería una historia trágica pero no quedaría más allá de la anécdota, sin embargo, a kilómetros de distancia su hermana tuvo una súbita premonición de que algo iba terriblemente mal. Fue un sentimiento tan intenso que insistió y obligó a su padre que le enviara un telegrama a Berger de inmediato. Los rápidos reflejos del conductor de la artillería que iba a aplastarle le habían salvado la vida con algún moratón del que se recuperó rápidamente, pero al volver al campamento se encontró con el telegrama y eso le obsesionó. No podía descartar esa intuición de su hermana como una mera coincidencia y decidió estudiarla.

A kilómetros de distancia su hermana tuvo una súbita premonición de que algo iba terriblemente mal. Obligó a su padre que le enviara un telegrama a Berger de inmediato

En un principio, Berger estudiaba matemáticas y quería ser astrónomo, pero tras el incidente empezó a intentar buscar un enfoque científico al concepto de telepatía, lo que curiosamente le llevó a la vanguardia de la neurociencia. No estaba interesado en la telepatía como tal, simplemente asumió que existía y quería estudiar los mecanismos que permitían que ocurriese. Tras décadas de trabajo al respecto, en 1924 proporcionó la primera grabación de electroencefalografía que medía la actividad eléctrica que emite el cuero cabelludo (representante de la actividad neuronal subyacente).Su objetivo era encontrar una conexión entre la actividad del cerebro y los fenómenos psíquicos subjetivos, según informa 'Psychology Today'.

La invención del encefalograma fue un avance neurocientífico fundamental, y llegó gracias a los experimentos de Berger primero en pacientes y después en personas sanas (incluida su hija). En la década de 1930 ya se empleaba en Estados Unidos para diagnósticos médicos (epilepsia y trastornos del sueño, entre otros). Sirvió para conocer el cerebro de una manera innovadora y también ayudó al estudio de la neurociencia. Otros neurólogos o psicólogos como Paul Broca ayudaron a contribuir a la neurociencia del lenguaje.

En la década de 1930 ya se empleaba en Estados Unidos para diagnósticos médicos (epilepsia y trastornos del sueño, entre otros)

Por ejemplo, con un paciente conocido como 'Tam' (debido a que esa era la única palabra que conseguía pronunciar) se realizó un estudio detallado. Era muy inteligente y estaba completamente lúcido y, sin embargo, no lograba hablar. Cuando murió, su autopsia reveló que tenía una gran lesión en el lóbulo frontal izquierdo (hoy en día se sabe que es la región asociada al lenguaje).

Aunque fue un proceso agotador y bastante lento, el estudio de pacientes como Tam sirvió para la comprensión actual y fundamental sobre la base neuronal de funciones como la memoria, la toma de decisiones o la percepción. Cabe señalar que un estudio de hace unos años se vinculó a Berger con los mismísimos nazis, al salir a la luz varios documentos que mostraban que participó en al menos seis apelaciones en juicios de esterilización. No obstante, los expertos apuntaron que, si bien parece que financió a las SS, no puede demostrarse con ello que tuviera ninguna simpatía por el partido nazi sino que quizá lo hizo en gran medida para protegerse de las presiones del partido.

Si bien parece que financió a las SS, no puede demostrarse con ello que tuviera ninguna simpatía por el partido nazi sino que quizá lo hizo en gran medida para protegerse de las presiones del partido

El hombre que durante toda su vida creyó en la telepatía y en la capacidad para encontrarla, y que por el camino descubrió algo aún más valioso, se ahorcó un 1 de junio de 1941.