Del amor por compasión al amor compasivo: diferencias en una relación sexoafectiva
Para que haya amor o algún tipo de deseo, siempre debe primar el reconocimiento de las emociones del otro y las ganas de sanar sus heridas o afrontar los problemas juntos
No es lo mismo amor por compasión que amor compasivo. Lo primero está fatal, pues al final se trata de camuflar tus sentimientos en los de otra persona y atenta contra el libre albedrío de algo tan inexplicable como es la atracción por alguien. En cambio, lo segundo es esencial en cualquier relación amorosa o romántica. Cuando pensamos en la compasión, generalmente nos viene a la cabeza el sentimiento de "empatía" que sentimos por alguien. Sin embargo, este último concepto tiende más a aplicarse de manera universal, mientras que la compasión requiere que haya algún tipo de filiación con la persona hacia la que la sentimos, o que en su defecto que está en una posición inferior a la nuestra.
"Un estado mental dotado de un sentido de preocupación por el sufrimiento ajeno, y la aspiración de querer ver ese sufrimiento aliviado". Esta podría ser una de las mejores definiciones de compasión, formulada por Thupten Jinpa, principal autor al inglés de las enseñanzas del Dalai Lama. Por ello, es lógico pensar que esta emoción viene ligada necesaria e indisociablemente al sentimiento amoroso. Básicamente, porque cuando conocemos a alguien tendemos a ver sus imperfecciones y a interesarnos por sus problemas, lo que redunda en una intención de querer solucionarlos.
Pero la compasión no debería reducirse solamente a aquellas personas de las que nos enamoramos. También debe primar en cualquier tipo de relación sexoafectiva sin que por ello signifique que haya que pasar los deseos del otro por encima de los nuestros. Fenómenos tan en boga hoy en día como el ghosting o el breadcrumbing son fruto de una nula compasión. No se trata, pues, de ceder sin rechistar, sino que primer la comunicación por encima de todo en la relación, del tipo que sea. Ya el mero hecho de reconocer, aceptar y entender las emociones de alguien denota compasión, pues ahí emerge un sentimiento de empatía que vela para que estas no sean minusvaloradas o se atente contra ellas.
Lo más difícil es "comprometerse a dialogar con compasión", lo que quiere decir que habrá que eliminar asperezas cuando surjan los problemas
El psicólogo y divulgador estadounidense Barton Goldsmith, en un reciente artículo publicado en Psychology Today, habla de que el amor compasivo es uno de los cuatro tipos de amor que experimentan las parejas en una relación romántica, junto con el apasionado, el de compañía y el de apego. Evidentemente, si tu pareja está triste es natural que salga de ti apoyarla, pues esta sería la muestra compasión más básica que existe. Es justo cuando esta forma de compasión más básica se descompensa, cuando vienen los problemas. Todos pasamos por épocas complicadas y puede que a pesar de que tengamos a esa persona especial con nosotros, no darnos cuenta de determinados sentimientos o sucesos que le hacen sufrir en su vida, tal vez porque nosotros también estamos pasando una mala racha.
¿Puede crearse la compasión que sentimos o hacer que crezca? Para Goldsmith, no es nada difícil. "Primero, requiere que haya deseo", asegura. "Querrás preguntarle cuáles son sus necesidades y también explicarle las tuyas, lo que hará que seáis más compasivos el uno con el otro porque así sabrás dónde debes enfocarte". Lo más difícil, en todo caso, es "comprometerse a dialogar siempre con compasión", lo que quiere decir que habrá que eliminar las asperezas que puedan surgir entre vosotros. Cuando surja una discusión, más si es por un tema que realmente le afecta a la otra persona, lo más compasivo será identificarlo y entonces actuar con dulzura para que la relación no se dañe y podáis hablar las cosas de manera reposada y tranquila.
Tanto si hay amor como si no
Una de las acciones que recomienda el psicólogo para fomentar esa compasión es mirarse directamente a los ojos. "Mirar profundamente a los ojos de la persona a la que amas y sentir sus emociones creará más complicidad y compasión", aconseja. Otro consejo más abstracto es pensar en aquellas cosas que os unen, que seguramente sean muchas si tan bien os lleváis u os queréis. En este sentido, puede que a los dos os desagraden determinadas situaciones, como una discusión a voces en casa sobre un tema concreto. Esto es muy básico, pero extrapolándolo a un plano más positivo, aquello que tenéis en común y que más os une es el deseo de tener una vida en común. Y tener eso claro también es fomentar la compasión. Al igual que darte cuenta de que para nada es lo que quieres y cortar cuanto antes. Tanto para una cosa como para la otra, se necesita mucha compasión.
No es lo mismo amor por compasión que amor compasivo. Lo primero está fatal, pues al final se trata de camuflar tus sentimientos en los de otra persona y atenta contra el libre albedrío de algo tan inexplicable como es la atracción por alguien. En cambio, lo segundo es esencial en cualquier relación amorosa o romántica. Cuando pensamos en la compasión, generalmente nos viene a la cabeza el sentimiento de "empatía" que sentimos por alguien. Sin embargo, este último concepto tiende más a aplicarse de manera universal, mientras que la compasión requiere que haya algún tipo de filiación con la persona hacia la que la sentimos, o que en su defecto que está en una posición inferior a la nuestra.