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Esta es la mejor forma y el mejor momento para tomarte un descanso en tu jornada laboral
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Frenar es fundamental

Esta es la mejor forma y el mejor momento para tomarte un descanso en tu jornada laboral

Nuestras obligaciones adultas nos limitan la posibilidad de ofrecerle al organismo ese descanso que nos pide de muy diversas maneras: dolores de cabeza, pérdida de visión, dolores musculares, mareos y náuseas y muchos más

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Si te descuidas, se te pasan las horas con los ojos puestos en la pantalla del ordenador. Una, dos, tres… y así toda la mañana, y toda la tarde, o tal vez toda la mañana y toda la tarde. En algún momento, más pronto que tarde, pensamos, sentimos que nuestro cerebro busca desconectar, aislarse, y la atención empieza a decaer. Bienvenidos todos al mundo laboral moderno.

Aunque no hace falta situarnos en el plano del trabajo para reconocer que los largos períodos de concentración que el sistema exige hoy a las personas es, por decirlo de alguna forma, denso. Ya desde adolescentes, e incluso desde niños, debemos atender en clase durante varias horas seguidas. Y actuar con los síntomas de la curiosidad que todo niño debiera tener: mantén los ojos bien abiertos, la boca también de vez en cuando (pero no, no bosteces), pregunta muchas dudas, mantente feliz. A veces, simplemente, el cuerpo no puede más, mida lo que mida y pese lo que pese.

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Por supuesto, las obligaciones adultas nos limitan aún más la posibilidad de ofrecerle al organismo (ofrecernos) ese descanso que nos pide de muy diversas maneras: dolores de cabeza, pérdida de visión, dolores musculares, mareos y náuseas y muchos más. Con todo esto encima, ¿es posible parar en nuestro puesto laboral? Es imprescindible. Entonces, ¿en qué debe consistir esa pausa para que resulte eficaz?

El descanso suficiente

Para conocer la respuesta, un equipo dirigido por la investigadora Patricia Albulescu, de la Universidad Occidental de Timișoara, ha revisado 22 estudios que reunían un total de más de 2.000 participantes. ¿Acaso bastan unos segundos con los párpados hacia abajo, diez minutos de conversación con los compañeros de trabajo frente a la máquina de café o hace falta, al menos, media hora con paseo incluido? Ante todo, no esperes a que los síntomas del cansancio se agraven.

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Los resultados de este nuevo análisis, publicados en la revista científica PLoS ONE, sugieren que en términos generales un "microdescanso" de menos de diez minutos es insuficiente para reducir la fatiga y recuperar la energía. En palabras de los propios autores: "Las micropausas podrían ser una panacea para promover el bienestar durante la jornada laboral".

En concreto, los hallazgos resultaron más variados en lo que respecta al rendimiento: en la mayoría de las tareas cognitivas exigentes, diez minutos de descanso no parecían suficientes para restaurar la capacidad del cerebro. De ser posible, se deberían efectuar descansos más largos. No obstante, las pausas cortas sí aumentaban el rendimiento en el caso de tareas rutinarias.

No vale parar para seguir trabajando

Además, no es nuevo que las actividades altamente automatizadas, que son cada vez más amplias, llevan a un cansancio menos palpable, por lo que los límites a los que puede llegar el trabajador le conducen a soñar despierto y a cometer errores. En este sentido, tomarse unos minutos de descanso ayuda a volver a concentrarse, sugieren los autores, pero haría falta algo más de tiempo para reconstituir todo el cuerpo y las consecuencias de su postura.

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No obstante, el mismo efecto positivo se observó en las actividades creativas: una breve pausa ofrece un respiro en el trabajo en curso, lo que probablemente activa un pensamiento más "divergente" y una cierta flexibilidad cognitiva que favorecen la generación de nuevas ideas.

En cuanto al tipo de descanso, lo mejor es evitar utilizar las pausas para reproducir formas de trabajo. Es decir, si decides parar, nada de acercarse a la mesa de otro compañero a echarle una mano, nada de consultar una duda en otro departamento y, en general, nada de hablar de trabajo. De hecho, se ha constatado que llevar a cabo actividades relacionadas con el trabajo durante el descanso afecta al bienestar y estado de ánimo. Lo mejor es desconectar por completo, por ejemplo, realizando estiramientos o comentando con otros la última película que has visto en el cine.

Si te descuidas, se te pasan las horas con los ojos puestos en la pantalla del ordenador. Una, dos, tres… y así toda la mañana, y toda la tarde, o tal vez toda la mañana y toda la tarde. En algún momento, más pronto que tarde, pensamos, sentimos que nuestro cerebro busca desconectar, aislarse, y la atención empieza a decaer. Bienvenidos todos al mundo laboral moderno.

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