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En contra de los malditos propósitos de Año Nuevo: algo inútil si quieres cambiar tu vida
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En contra de los malditos propósitos de Año Nuevo: algo inútil si quieres cambiar tu vida

Estas fechas están cargadas de prisa por buscar alternativas a nuestra vida o hacer las paces con nosotros mismos. Pero, en realidad, nada de eso sucederá. Te contamos por qué

Foto: Mejor no pongas nada en la lista. (iStock)
Mejor no pongas nada en la lista. (iStock)

Se acerca el día en que entraremos por fin en el año que viene, y los que nacieron antes del nuevo milenio seguramente vean muy loco eso de meternos en un año como 2023. No obstante, hora de celebrar: seguimos vivos, nos queremos, todo continúa allá donde lo dejamos. Pero también hora de lamentarse por no haber implementado los cambios que planeamos llevar a cabo en nuestra vida cotidiana a lo largo de estos doce meses. Si fuera así, no se repetirían constantemente. Ya sea por descuido u omisión, por pereza o por falta de voluntad, otro año más en el que no hicimos el suficiente ejercicio como para ponernos en forma, tampoco dejamos atrás malos hábitos y, ni mucho menos, llegamos a cumplir nuestros sueños.

Todo cierre de temporada debe tener una resolución y un nuevo comienzo, como si se tratara de la serie de nuestra vida. Aunque abrir un nuevo folio de guion no es fácil (y muchas veces estos finales de temporada aparecen de pronto, sin avisar), celebrar el Año Nuevo siempre tiene su punto. Un momento breve de euforia que dura los doce segundos que tardamos en comer las uvas y luego poco a poco va difuminándose entre las felicitaciones y palmaditas en la espalda por haber llegado hasta aquí. Sí, enhorabuena por sobrevivir (hay que decirlo más), que así se mantenga y sobre todo que no vayamos a peor. Pero hay que aspirar a más, no podemos quedarnos de brazos cruzados como si fuéramos unos meros espectadores. Y menos cuando tenemos una larga lista de asuntos pendientes a los que poner solución o, como mínimo, enderezar.

¿Cuáles son los propósitos de Año Nuevo que nunca se cumplen? Aquellos que hacen palanca con otras aspiraciones más difíciles

Piensa que, al menos, los propósitos tienen un sentido, más allá del triste hecho de que no se cumplan. Si realmente nos los planteamos es porque en el fondo tenemos esperanza. Aunque este sentimiento no es de mayor utilidad si queremos cambiar las cosas, como dijo una filósofa, sí que es positivo el hecho de visualizarnos en un futuro mejor. No nos engañemos, quien espera sentado a que algo suceda, nunca se lleva tantas alegrías como el que se está moviendo todo el rato y se arriesga (a pesar de las tortas que le puedan llover). A no ser que te toque un premio en la lotería, tu vida no será tan diferente una vez entrado el nuevo año. Vayas donde vayas y estés donde estés, siempre vas a tener que cargar contigo mismo, con tus inseguridades, tus frustraciones personales, tus miedos y tus vicios. Pero oye, siempre podrás recrearte en el imaginario de un superyó un poquito mejor que el yo de ahora. Y que justo echa a andar el 31 de diciembre.

Imposibles de cumplir

¿Cuáles son los propósitos de Año Nuevo que nunca se cumplen? Aquellos que hacen palanca con otras aspiraciones más difíciles. Y, en ocasiones, muchas de estas no están a un alcance realista. Por ejemplo, si quieres vivir más años y en mejores condiciones físicas (una aspiración grande), has de llevar unos buenos hábitos basados en una alimentación sana, completa y variada, compaginándola con una rutina de ejercicio físico adecuada para ti. Y, por supuesto, dejar de lado los vicios, como beber o fumar. Entre otros propósitos que parece que nunca se cumplen destacan el hecho de viajar más a menudo o de disfrutar de más tiempo con tus seres queridos. Esto parece difícil de abordar si no dispones de una fuente de ingresos óptima, segura y estable, así que antes de plantearte estos objetivos, lo primero que deberías hacer sería buscar un buen trabajo (con todo lo que eso conlleva: formarte, quizá aprender una nueva disciplina...) o pedir a tu superior que te suba el sueldo a cambio de un mayor sacrificio y esfuerzo diario.

Si quieres que un propósito se cumpla, enfócate más en lo que no quieres que en lo que quieres

Aprender idiomas es otra de las asignaturas pendientes que la mayoría de las personas aspiran a superar conforme pasan los años. Sin embargo, a no ser que te apuntes a una academia buena e intensiva o te vayas a vivir una temporada fuera del país, es posible que tus clases de inglés, francés o alemán no sean suficientes para hacer una entrevista de trabajo en una empresa extranjera sin quedar mal o simplemente tener una conversación agradable con una persona de otro país. Además de dinero, aprender un idioma exige tiempo y dedicación, por lo que si tienes que compaginarlo con una jornada de trabajo regular o el cuidado de familiares, tendrás que hacer un buen encaje de bolillos de horarios para que tenga éxito.

Foto: Así, con el disfraz de Papá Noel y todo. (iStock)

Y todo esto, desgraciadamente, no se resuelve del 31 de diciembre al 1 de enero, o lo que es lo mismo, de un día para otro, que en realidad es "de un año para otro". Por ello, uno de los mejores consejos sería empezar a implementar, o como mínimo a mentalizarte, de todos esos cambios que pretendes llevar a cabo antes de que terminen estos doce meses. Apenas quedan días, pero aún es posible. Este es un consejo que dio Beth Skwarecki, periodista de la revista de bienestar Life Hacker, quien asegura con razón que no se puede hacer borrón y cuenta nueva o cambiar de forma de vida de repente. Además, el clima festivo de la Navidad te puede animar más que la tortuosa cuesta de enero, donde el cálculo de gastos y calorías ingeridas echará por tierra toda tu motivación.

Por tanto, mejor no pienses en cómo podría ser tu vida una vez comience 2023. Hazlo ahora. O en su defecto, no hagas nada; un estudio realizado en 2021 en Nueva York descubrió que era mucho más probable cumplir un propósito cuando lo formulas desde un punto de vista negativo. Es decir, en vez de "quiero", tienes que enfocarte en el "no quiero". Una especie de Bartleby en pleno siglo XXI que agrega un "prefiero no hacerlo" a sus comportamientos cotidianos, aquellos que en último término definen a una persona. Por sus actos les conoceréis, y no es buena idea ilusionarse mucho con que el año que viene será perfecto y por fin podremos dejar nuestras imperfecciones atrás. El año nuevo comienza cada día, a cada instante. Y nunca es mal momento para negar a nuestro cuerpo, nuestra mente y a nuestros seres queridos un placer culpable del que ya estamos hartos.

Se acerca el día en que entraremos por fin en el año que viene, y los que nacieron antes del nuevo milenio seguramente vean muy loco eso de meternos en un año como 2023. No obstante, hora de celebrar: seguimos vivos, nos queremos, todo continúa allá donde lo dejamos. Pero también hora de lamentarse por no haber implementado los cambios que planeamos llevar a cabo en nuestra vida cotidiana a lo largo de estos doce meses. Si fuera así, no se repetirían constantemente. Ya sea por descuido u omisión, por pereza o por falta de voluntad, otro año más en el que no hicimos el suficiente ejercicio como para ponernos en forma, tampoco dejamos atrás malos hábitos y, ni mucho menos, llegamos a cumplir nuestros sueños.

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