¿Es bueno dormir con tus hijos? El colecho al detalle y pautas para una práctica segura

Cuando llega un nuevo miembro a la familia, una de las preguntas que se hacen los padres es ¿dónde va a dormir el niño? Muchos lo tienen claro, el infante tendrá su cuna, su habitación y su cama, sin discusión. Otros, por necesidad o por costumbre, practicarán el famoso colecho, ya saben que compartirán lecho con sus hijos desde el minuto uno.

El colecho tiene varias formas, pero viene a ser lo mismo: dormir con los hijos. Puede ser en la misma cama, habitual con bebés. Con camas pegadas una al lado de otra en la misma habitación, ideal cuando crecen un poco. O cada uno tiene su propia cama, separada de los demás, pero en la misma habitación. Sea como fuere, esta práctica suscita muchas dudas, tanto para el crecimiento de los pequeños como para el bienestar de la familia.

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EC

En el reino animal, las crías de primate nunca duermen lejos de sus madres, prácticamente no se separan hasta que han crecido un poco. Mientras dura el colecho, se genera un vínculo emocional beneficioso durante el periodo de lactancia materna. Con los humanos pasa lo mismo. Muchas madres han visto cómo el acto de dar el pecho al recién nacido es más sencillo y natural si el bebé duerme en la misma cama que los padres.

Pautas para un colecho seguro

Si tan bueno es, ¿por qué hay padres que lo odian? El motivo principal es el miedo al síndrome de la muerte súbita del lactante, el fallecimiento repentino de un niño menor de un año mientras duerme. Es un tema muy serio y se cree que el colecho puede ser un factor de riesgo. Desde la Asociación Española de Pediatría recomiendan que, durante los primeros seis meses de vida de un bebé, este duerma en su cuna, boca arriba y al lado de la cama de los padres. Es una forma de dormir con todos los beneficios del colecho (cercanía, seguridad) y sin los peligros del SMSL, ya que esta técnica reduce las posibilidades de fallecimiento súbito en un 50 %.

Para una mayor seguridad de los niños a la hora de practicar colecho en la misma cama, la AEP aconseja no hacerlo si los padres son obesos, dado el peligro de ahogamiento. Si los progenitores consumen tabaco, alcohol o drogas, la práctica está totalmente fuera de lugar. También se desaconseja en casos de cansancio extremo de uno de los padres, por la imposibilidad de despertarse si ocurre alguna emergencia o la dificultad para descansar bien.

Otra de las recomendaciones para una práctica segura del colecho es no dormir con un bebé en un sofá o en otra superficie sin la adecuada firmeza y seguridad. El pequeño siempre debe dormir boca arriba y el adulto debe emplear su cuerpo como barrera para que el infante no se caiga de la cama.

Si se evitan los factores de riesgo, el colecho es una técnica muy segura

Por último, si el colecho se hace bien, la familia puede disfrutar de sus ventajas. Se acabaron las carreras por el pasillo cuando el pequeño llora, las noches sin dormir escuchando el vigila bebés o los terrores nocturnos que no dejan descansar ni a padres ni a hijos.