¿Tus recipientes de plástico salen mojados del lavavajillas? Esta es la razón

Seguro que te ha pasado. Si tienes lavavajillas en casa y lo usas de forma habitual te habrás dado cuenta que, al acabar el programa de lavado e ir a colocar todo lo que hay en el interior, los recipientes y utensilios de plástico siempre salen mojados, mientras que el menaje de cerámica, vidrio o acero inoxidable salen totalmente secos.

Al sacar las fiambreras, los tápers, los vasos y platos infantiles o los boles de plástico es inevitable que caigan esas gotas de agua acumuladas sobre la superficie de estos recipientes en el suelo de la cocina. Algo que es un fastidio y supone un engorro y una molestia, ya que te toca secarlos con un paño de cocina.

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Más de una vez te habrás preguntado a qué se debe y las dudas te asaltan. ¿Será que usas mal el lavavajillas o utilizas un programa inadecuado para este tipo de enseres o el producto equivocado? O, por el contrario ¿estará estropeado mi electrodoméstico? Pues no, no haces ninguna de estas cosas mal. Simplemente, el plástico no se seca al lavarlo en el lavaplatos.

El plástico no evapora el agua

La explicación es muy fácil de entender. El plástico es un material mucho más ligero que la cerámica, el vidrio o el metal y, aunque reciben el mismo calor, lo pierden muy rápidamente porque no son capaces de almacenarlo. De este modo, el calor que queda alojado en los platos y vasos que no son de plástico hace que se mantengan muy calientes durante mucho más rato, de forma que hacen evaporar el agua que tienen a la superficie.

Asimismo, esto también se debe a la energía superficial. Los recipientes y utensilios de plástico tienen mucha de esta energía, por lo que una gota de agua sobre una superficie de plástico formará una burbujita, mientras que sobre el vidrio creará una lámina fina, más fácil de evaporar.

El plástico, al ser un material que procede del petróleo, es hidrófugo y repele el agua

Además, hay que tener en cuenta que el plástico, al ser un material que procede del petróleo, es hidrófugo y repele el agua. Por este motivo le cuesta mucho más evaporar el agua que cae sobre su superficie. He aquí la razón técnica y científica de este dilema que supone un auténtico quebradero de cabeza para los fabricantes de lavavajillas.