¿Un verano solitario? Qué pasaría si decides tener una cita con un amigo o amiga

Seguramente, en más de una ocasión, se te ha pasado por la cabeza la posibilidad de tener algo más con un amigo o amiga. El 'feeling' amistoso a menudo es la puerta de entrada a una relación amorosa. ¿Cómo detectarlo? ¿Cómo saber si dejarse llevar o reprimirse? ¿Si confesarlo o callárselo hasta que sea evidente? En cualquier caso, lo primero que has de tener en cuenta, si de verdad fantaseas con la posibilidad de tener algo con una amistad cercana, es que tanto si sucede como si no, no tiene por qué pasar nada malo en principio entre vosotros, si vuestra relación es sólida y está basada en la confianza. Aunque evidentemente, cada caso es un mundo y nunca conviene generalizar en estos temas.

Sin embargo, una serie de estudios sociológicos confirman la viabilidad de investigar otras formas de relacionarse entre amigos que pueden gustarse o que, simplemente y por curiosidad, un día deciden dar un paso más allá. Una de las últimas investigaciones es la de la profesora de psicología de la Universidad de Manitoba, Jessica Cameron, quien ha concluido que, efectivamente, las parejas que comienzan con un historial de amistad, tienen relaciones más fuertes y más satisfactorias que aquellas que se conocen de forma casual, se gustan al poco tiempo y deciden acostarse o salir juntos.

Las parejas formadas a partir de una amistad duraban mucho más que las que se basaban en un encuentro casual a través de una 'app' de citas

Cameron destaca que si se trata de una amistad que está basada en cierta "intimidad, confianza y apoyo", podría ser una buena decisión intentar algo más, ya que estos tres puntos son "cruciales" de cara a mantener una relación amorosa. "Cuando tienes esa base de amistad, teóricamente tienes más posibilidades de disfrutar de un romance más feliz". ¿En qué amigo o amiga estás pensando ahora mismo, alguien con quien ya pases momentos íntimos, en el que confíes y que te muestra su apoyo?

Dos formas de encontrar a alguien especial

Según el estudio, hay dos formas típicas por las cuales se forman las parejas estables. La primera de ellas es la que más riesgo conlleva, lo que podríamos llamar una "cita a ciegas" con alguien que todavía conoces o de quien dispones de pocos datos, tal vez la información que aparece en su perfil de una 'app' para ligar. Y luego, por otro lado, estaría la que surge de una amistad previa, en la que de pronto dos grandes conocidos se encuentran y deciden dar un paso más. Cameron critica que la mayor parte de los estudios que se hacen sobre encontrar pareja se centran en la primera vía, mientras que la segunda tiende a pasarse por alto. Al fin y al cabo, cuando piensas en la posibilidad de enamorarte, de forma inconsciente planea en tu cabeza la idea de conocer a alguien especial y vivir un romance fogoso e intenso que dé paso a una relación estable; pero, ¿qué ocurriría si te dijeran que esa persona que buscas está más cerca de ti de lo que pensabas en un principio?

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La psicóloga realizó una encuesta a 300 estudiantes de sus clases, con igual número de hombres y mujeres: un 57,4% de ellos eran solteros y el resto estaban en una relación estable. Así, se les preguntó cuánto tiempo llevaban saliendo en caso de estar emparejados en ese momento y cómo habían conocido a su pareja, si por la primera o la segunda vía. Al grupo de solteros, se les permitió valorar cómo les gustaría conocer a su próxima pareja, arrojando el resultado de que la mayoría, principalmente, prefería que fueran amigos anteriormente, en vez de conocerse de sopetón.

Otro resultado fue que, de media, las parejas que se formaron a partir de una amistad duraban mucho más que las que se basaron en un encuentro casual a través de una 'app' de citas o con meros conocidos. La edad media por la que acababa surgiendo el amor entre amigos era de 21,90 meses. Por tanto, si llevas siendo un amigo muy cercano de alguien en un plazo de casi dos años, es mucho más probable que vuestra relación avance a otro tipo de compromiso.

Complejos 'heterosexistas' a tener en cuenta

Hay que tener en cuenta una cosa importante: los sujetos entrevistados eran, efectivamente, heterosexuales. Cameron y sus colegas reconocieron en el estudio que hay un amplio abanico de prejuicios heterosexistas que obstaculizan la posibilidad de que se estudie y analice una relación amorosa como fruto de una amistad larga y consolidada entre un hombre y una mujer. "Si se suele asumir que hombres y mujeres no pueden ser amigos porque hay una atracción sexual que se interpone inevitablemente, puede ser difícil concebir la posibilidad de que dos personas de distinto género heterosexuales puedan mantener una amistad platónica durante meses o incluso años antes de que los sentimientos románticos empiecen a florecer", concluye la psicóloga.

"Si no hubiéramos tenido sentimientos recíprocos, me gustaría pensar que nuestra amistad era lo suficientemente fuerte como para continuar"

Luego está el término de la 'friendzone', el cual es abiertamente sexista, ya que manifiesta una inseguridad masculina que deja en muy mal lugar a su contraparte femenina. La mujer acaba pensando que realmente su amistad era falsa por el interés sexual subyacente, por lo que este tipo de conexiones generalmente tienden a acabar mal. "La mayoría de estas relaciones tienen fin, pues uno de los dos, en este caso el chico, no puede conformarse siendo su amigo, lo que lleva a que poco a poco el vínculo se apague", comentaba a este diario en un artículo previo la sexóloga española Ángela Aznárez. "Hay personas con las que esa compatibilidad es mutua, pero no están compensados a nivel sexual, lo que hace imposible que salgan del formato amistad, aunque también hay relaciones de 'follamigos' muy positivas para ambas partes".

¿Qué piensa alguien que efectivamente ya lo ha probado? "Salir con un amigo puede parecer más arriesgado que tener una cita con un extraño", admite Joe Pinsker, periodista de 'The Atlantic', en un reciente artículo que se ha hecho eco del estudio de Cameron. "Cuando compartí mis sentimientos con la que ahora es mi pareja, años después de ser amigos, estaba aterrorizado por el hecho de que nuestra amistad cercana y de confianza se estropeara. Este es un miedo común y comprensible. La transición de la amistad al romance, en mi caso, fue más gradual. Si no hubiera tenido sentimientos recíprocos o si finalmente lo hubiéramos dejado, me gustaría pensar que nuestra amistad era lo suficientemente fuerte como para continuar, incluso aunque cambiaran los códigos".

Más tiempo siendo amigos, más probabilidades

Por tanto, ante todo, tener confianza en uno mismo y en los dos. Y esto exige tiempo y dedicación. De ahí que las probabilidades de que salga bien sean mayores cuanto más tiempo llevéis siendo amigos. Así lo aseguraba Brit Dawson, periodista de 'Mel Magazine', en un artículo en el que recogía otros estudios que corroboraban la viabilidad de pasar de la amistad al amor. "Las parejas más jóvenes no pueden tener tanta experiencia comunicando sus sentimientos o abordando sus romances incipientes con madurez", admitía el periodista. "Pero a medida que las personas maduran y mantienen las relaciones, la línea entre el romance y la amistad puede volverse más fluida".

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Volvemos de nuevo al tema del interés sexual. Este es un buen baremo para saber si realmente sería buena idea intentar algo con un amigo o amiga: si solo buscas satisfacer tu curiosidad porque la otra persona te parece muy atractiva, tal vez lo mejor es que resistas y te quedes con las ganas. No solo porque la otra persona puede sentirse utilizada, sino porque tal vez cuando paséis unas cuantas noches juntos, la llama se apague y ya no sepáis muy bien cómo salir del lío relacional en el que estáis metidos. En cambio, si no cumple con tus estándares de atracción, es decir, te atrae mucho más quién es como persona, además de su apariencia física, la empresa tiene más probabilidades de terminar en éxito. Así lo corroboró un estudio de 2015, que resolvió que si existe un enamoramiento progresivo a partir de sus cualidades no físicas, es más probable de que la historia salga bien que si solo se busca satisfacer el lado más carnal.