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¿Puede un sonido relajante llegar a ser una droga? El auge del sonido binaural
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¿Puede un sonido relajante llegar a ser una droga? El auge del sonido binaural

Una encuesta global sobre drogas reciente califica como sustancia psicodélica el uso de estos archivos de audio o vídeo al haberse producido un gran incremento del número de usuarios que así lo perciben

Foto: Foto: iStock.
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¿Qué es una droga? Podríamos admitir como definición que toda sustancia química capaz de alterar la mente, los estados de conciencia o el propio organismo. Esta también podría funcionar para el término 'medicamento', la diferencia es que la primera tiene una connotación negativa. Mientras que el consumo de fármacos sirve para paliar algún dolor o curar una enfermedad, la droga tiene un fin más recreativo y suele desembocar en problemas de adicción o dependencia. Ahora bien, ¿hay sonidos que pueden funcionar como el principio activo de una sustancia? ¿Podemos hacernos adictos a un tipo de sonoridades?

Eso es lo que se preguntaron un equipo de investigadores de Reino Unido y Australia cuando en la Encuesta global sobre drogas de 2021 se encontraron con que el 5% de los encuestados habían hecho una incursión en el uso de sonidos binaurales con fines recreativos. Si buscamos en Google este mismo término nos encontramos con un montón de contenido (sobre todo vídeos) que prometen resultados beneficiosos de cara a reducir el estrés y la ansiedad. En sí mismos, parecen ser la típica terapia para meditar con facilidad, y cuando los escuchamos apenas se nota la diferencia entre un sonido estéreo normal y uno binaural. Entonces, ¿a qué viene tanto revuelo y por qué algunos científicos no dudan en calificarlos como droga sonora?

La mayoría de los usuarios tenían entre 15 y 20 años y un amplio historial de consumo de otras drogas recreativas

Según definen algunas páginas, los sonidos binaurales "modifican el estado de ánimo incidiendo sobre el cerebro de manera directa" gracias a una pequeña diferencia de frecuencias entre las ondas que entran por un oído y otro que aporta una sensación de profundidad. Fue Heinrich Wilhelm Dove, un físico prusiano, quien descubrió el "latido binaural" al escuchar dos tonos constantes reproducidos en frecuencias ligeramente diferentes que entre ellos dan luz a un nuevo tono que se percibe como distinto. Por ejemplo, si escuchamos una melodía con una frecuencia de onda de 120 hercios por un oído y de 132 en el otro, el 'latido binaural' resultante sería de 12 hercios.

Y sí, evidentemente, está comprobado por la ciencia que son muy útiles para calmar y tratar las sensaciones de estrés y ansiedad, así como también para favorecer la concentración en algo o reducir el insomnio. Cuando buscamos ejemplos en YouTube es probable que aparezcan resultados que entroncan con el mundo del New Age y las terapias alternativas, por no decir 'magufas' que prometen desde una regeneración celular hasta un aumento de la capacidad de memorización.

Una droga en ondas

En la encuesta, según 'Science Alert', la mayoría de los usuarios tenían entre 15 y 20 años y un amplio historial de consumo de otras drogas recreativas (como el MDMA o el cannabis) y eran de Estados Unidos, México, Reino Unido, Brasil y Polonia, países en los que supuestamente ha tenido una gran aceptación esta actividad que involucra únicamente a los oídos y al cerebro. "Esta encuesta demuestra que es algo que está sucediendo en muchos países", asegura Monica Barratt, autora principal del estudio y científica de la Universidad RMIT de Australia. "Teníamos alguna información anecdótica, esta fue la primera vez que preguntamos de manera formal a las personas cómo, por qué y cuándo las usan".

"Al igual que las sustancias que se ingieren, algunos de los usuarios de ritmos binaurales querían llegar a un subidón"

Parece magia: los 'latidos binaurales' producen que las ondas entren en zonas de tu cerebro que creías que no existían, haciéndote creer que estás en el centro de la fuente primaria del sonido, como si oyeras el sonido dentro de tu cabeza y no fuera. Al hacer la prueba, cualquier trabajo experimental con el 'feedback' de la compositora francesa Éliane Radigue tiene un poder de relajación mayor que los sonidos que se presentan como aurales. O el 'Music for airports' (1978) de Brian Eno, pionero de la música 'ambient'.

Lo importante aquí, tal y como reconocen los autores del estudio publicado en la revista 'Drug and Alcohol Review', es la intención de querer replicar mediante estos sonidos binaurales una experiencia psicodélica. "Al igual que las sustancias que se ingieren, algunos de los usuarios de ritmos binaurales querían llegar a un subidón", concluye Barratt. Pero también los utilizaron "como fuente de ayuda, como terapia para conciliar el sueño o alivio del dolor". Evidentemente, cualquier remedio que no incluya tomar una pastilla y apueste por la creación de un hábito saludable, es un buen remedio.

Foto: Los Banana Flats de Leith, en Edimburgo. Y una imagen de la película Trainspotting.

Un punto a tener en cuenta, para concluir, es que en el momento en que alguien con notoriedad se refiera a esta clase de sonidos como "droga sonora" o "droga digital", seguramente produzca un efecto llamada o que más de un aficionado a su consumo se preocupe, viéndolo como tóxico o dañino. Este es un ejemplo de cómo el lenguaje da forma a la realidad que vivimos, y lo que antes servía para curar (sin ir más lejos, la cocaína, usada como ingrediente medicinal hace no tanto tiempo) ahora se concibe como vicio del que es muy difícil desengancharse. Puestos a elegir, mejor alcanzar una experiencia psicodélica gracias al sonido que tomando alguna sustancia ilícita o que comporta riesgos para la salud. Tan solo escuchar para calmar al demonio que todos llevamos dentro...

¿Qué es una droga? Podríamos admitir como definición que toda sustancia química capaz de alterar la mente, los estados de conciencia o el propio organismo. Esta también podría funcionar para el término 'medicamento', la diferencia es que la primera tiene una connotación negativa. Mientras que el consumo de fármacos sirve para paliar algún dolor o curar una enfermedad, la droga tiene un fin más recreativo y suele desembocar en problemas de adicción o dependencia. Ahora bien, ¿hay sonidos que pueden funcionar como el principio activo de una sustancia? ¿Podemos hacernos adictos a un tipo de sonoridades?

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