Cómo ayudar (y calmar) a tu gata cuando está en celo

La cantidad de gatos de compañía que hay en España no deja de crecer. Los últimos datos disponibles hablan de unos 4 millones de felinos que viven como mascotas en nuestro país, aunque las cifras varían según la encuesta. Lo que sí está claro es que cada vez son más las personas que viven y disfrutan con gatos en casa.

Los que ya son expertos en esta materia conocen los quebraderos de cabeza que tiene vivir con un gato, sobre todo si se trata de una hembra. Su carácter es muy diferente al de los perros, ya que son más independientes que los canes, y tienen el problema del celo, que se repite en muchas ocasiones a lo largo del año, provocando situaciones complicadas.

TE PUEDE INTERESAR

Por qué a los gatos les encantan las cajas de cartón

ACyV

El ciclo sexual de las gatas es diferente al de otros animales: necesitan mucha luz, por lo que el celo llega principalmente a lo largo de los meses de primavera y verano, cuando hay más de 12 horas diarias de luz solar. En invierno, cuando los días son cortos, las gatas entran en un estado de anestro, es decir, no tienen celo. Sin embargo, eso no sucede con las que viven con los humanos, ya que la luz artificial de un hogar hace que puedan entrar en celo durante todo el año.

Cómo es el ciclo sexual de las gatas

Un dato que hay que tener en cuenta si se convive con una gata es que las felinas son poliéstricas, es decir, que presentan celos cada pocos días que solo desaparecen si entran en anestro (en invierno), si son esterilizadas o quedan preñadas. Y es importante saber si están en celo, ya que su comportamiento cambia en esos casos.

Las gatas callejeras y las que viven con humanos suelen tener celos diferentes

El desarrollo sexual de las gatas se produce entre los 4 y los 18 meses, cuando alcanzan aproximadamente un 80% del peso que tendrán de adultas. Y tienen un ciclo similar al de las mujeres, con una fase folicular: eso significa que transcurre un tiempo entre el primer día del celo y el periodo de la ovulación, por lo que la gata pasa por distintas etapas.

Según Experto Animal, estas son las fases del ciclo sexual de una gata:

• Proestro (de 0 a 2 días): la gata no acepta todavía la cópula, pero muestra interés por los machos, se pone más cariñosa y se roza con objetos y personas.
• Estro (de 3 a 12 días): la fase de celo propiamente dicha, cuando la gata acepta al macho y se nota en su comportamiento.
• Interestro (de 2 a 19 días): el periodo de descanso de los celos en los que existe la actividad ovárica, pero no hay ovulación.
• Anestro (de 50 a 120 días): en invierno, coincidiendo con los días más cortos del año, la gata no tiene actividad ovárica, por lo que no hay celo. Sin embargo, en las gatas que viven con humanos eso puede cambiar debido a la luz artificial de los hogares.

Cuando las gatas se encuentran en celo su comportamiento es fácilmente identificable: suelen estar más nerviosas, sensibles y demandan más mimos; también arquean el lomo y ladean la cola, dejando expuestos sus genitales; suelen lanzar maullidos, se restriegan con los humanos o con objetos de la casa, ronronean y orinan más. Incluso tratan de escapar si se les presenta la ocasión.

Cómo calmar a una gata en celo

Como hemos visto, el comportamiento de nuestra gata cambiará con el celo. Por eso, es importante saber cómo calmarla cuando lo necesite, ayudándole a afrontar estos periodos. Muchas personas optan por la esterilización, ya que de esa manera se elimina el estrés que puede provocar su deseo sexual y la incapacidad de salir de su casa para ser cubierta por el macho.

TE PUEDE INTERESAR

¿Por qué ronronean los gatos? La verdadera razón que esconde este sonido

ACyV

Pero si no quieres esterilizar a tu gata, hay otros comportamientos que puedes llevar a cabo y que le ayudarán durante su fase de celo:

• Presta más atención a tu gata, haz que se sienta tranquila y dale un extra de cariño: una buena forma de hacerlo es calmarla mientras le cepillas el pelo y atusas.
• Juega más habitualmente con ella para que se olvide de sus instintos naturales temporalmente. Por eso es importante no gritarle ni enfadarse por su comportamiento.
• Trata de proporcionarle calor, ya sea con tu contacto directo, con toallas o mantas o, incluso, con bolsas de agua caliente.
• Limpia su arenero más a menudo y evita que salga al exterior, cerrando puertas y ventanas ya que se puede llegar a escapar.

La mayoría de los veterinarios y expertos animales recomiendan encarecidamente la esterilización de la gata ya que, además de evitar sus celos, estarás protegiendo a tu mascota de posibles enfermedades. Se sabe que las gatas son propensas a sufrir problemas como la hiperplasia fibroepitelial mamaria, la diabetes mellitus, la infección del útero (o piometra) o, incluso, la depresión.