Es noticia
Cómo ve el mundo tu gato: su sistema visual no se parece al tuyo
  1. Alma, Corazón, Vida
el segundo mejor amigo del hombre

Cómo ve el mundo tu gato: su sistema visual no se parece al tuyo

Aunque parezca mentira, comparten un ancestro común con nosotros, lo que hace que nuestra manera de ver el mundo no sea tan diferente

Foto: Fuente: iStock
Fuente: iStock

Seguro que más de uno o dos dueños de un lindo minino pagarían por ver a través de sus ojos en alguna ocasión. No solo para entender su frío y calculador intelecto, que no duda en subirse a una estantería y tirar tu jarrón de la dinastía Ming valorado en miles de euros. También porque sus bellos ojos felinos ven las cosas un poco diferentes a como las vemos nosotros, y, aunque sea por simple curiosidad, parece interesante.

Por poner un poco en contexto: el último ancestro común de gatos y humanos fue un mamífero que vivió hace más de 90 millones de años. Un conjunto de descendientes de este mamífero se dividió en roedores y primates respectivamente, y también a nosotros. La otra rama conducía no solo a los gatos, también a las ballenas, cerdos, caballos o murciélagos. Esto significa que estamos mucho más relacionados con los ratones que con el resto de animales, mal que nos pese.

Ese último ancestro compartido con los gatos probablemente tenía un sistema visual más simple y menos poderoso que el que tienen los humanos o los gatos en la actualidad. Pero con el tiempo, tanto nuestro linaje como el de los gatos se adaptaron a formas de vida particulares que requerían una visión aguda y nuestros sistemas visuales se volvieron más sofisticados.

El último ancestro común de gatos y humanos fue un mamífero que vivió hace más de 90 millones de años. Tenía, lógicamente, un sistema visual más simple

Para nosotros y otros primates, el vivir en los árboles es lo que nos dio la visión que actualmente tenemos. Nos sirve para evaluar, planificar e imaginar en un entorno tridimensional complejo, lo cual es muy práctico cuando un paso en falso puede significar la perdición a manos de algún depredador. Una estrategia muy buena también para encontrar frutas en los árboles mientras mitigábamos el riesgo de caídas.

placeholder  Sus ojos son más parecidos de lo que puedas imaginar.
Sus ojos son más parecidos de lo que puedas imaginar.

Pero los gatos son cazadores y, por tanto, su sistema visual es diferente. De hecho, están tan desarrollados para la caza que la mayor parte de su cerebro puede "apagarse" y aún pueden atacar. Más específicamente, si el cerebro anterior se desconecta quirúrgicamente del resto, un pequeño golpe de electricidad al tronco cerebral hará que el animal salte de una manera totalmente coordinada. Eso es muy útil si tienes que atrapar a una presa rápida y astuta como un ratón: el salto debe ser preciso y coordinado. Y aquí es donde entra en juego la visión: para saber dónde tiene que saltar, necesita saber cuánto de lejos debe hacerlo. La vista de sus dos ojos es algo diferente, lo que permite que el cerebro juzgue con precisión la distancia con un objeto cercano.

El vivir en los árboles es lo que nos dio la visión que actualmente tenemos. Nos sirve para evaluar, planificar e imaginar en un entorno tridimensional complejo

La visión estereoscópica es la capacidad que tenemos para integrar las imágenes que recibimos a través de cada uno de los ojos, en una sola imagen en tres dimensiones, en relieve y con profundidad. Si un gato ve un ratón en el suelo delante de él, su imagen se proyecta en ambos ojos y aterriza en las dos retinas. Una neurona en cada ojo capta la luz de, digamos, la parte superior de la cabeza del ratón. Luego, las dos neuronas deben enviar esta información a los mapas cerebrales de la escena visual para que las dos imágenes puedan compararse en busca de pequeñas diferencias. Esto sucede en la corteza visual, en la parte posterior de la cabeza, que recibe información de los dos ojos.

Similares

Según informa 'Psychology Today', el desafío es que las neuronas en la corteza visual están construidas en láminas, con células individuales empaquetadas (algo así como hojas de hierba en un césped denso). Las neuronas que reciben información de los dos ojos no se pueden apilar una encima de la otra. Esto sería como apilar un trozo de césped encima de otro. En cambio, el cerebro intercala neuronas que reciben información de los dos ojos, como si insertáramos cuidadosamente plantas individuales de un trozo de césped en la ubicación correspondiente en el otro trozo de césped.

En el cerebro del gato, esta estrategia evolucionada se muestra como un patrón, donde las entradas de los dos ojos se entremezclan en parches en forma de remolino, (algo parecido a una huella dactilar). El patrón de la huella dactilar facilita que el cerebro compare cómo se ve una ubicación determinada en el mundo desde el punto de vista de ambos ojos. ¿Muy complicado?

La similitud entre nuestra forma de ver el mundo y la de los gatos le ha convertido históricamente en el animal elegido para investigaciones diversas

Intentemos explicarlo mejor. Hay algo bastante interesante al respecto: resulta que los gatos desarrollaron un mismo patrón de organización del sistema visual que nosotros, pero por distintas razones y de una forma completamente independiente. Es curioso porque otros mamíferos carecen del patrón de huellas dactilares antes mencionado. Este patrón, que se conoce como 'columnas de dominancia ocular', son en realidad un conjunto de células corticales simples y complejas que responden mejor a las entradas de información visual provenientes de uno de los ojos y que se distribuyen perpendicular y verticalmente a través de las seis capas de la corteza visual primaria. En nuestro caso es importante porque apoyaba en el pasado a la búsqueda de comida en los árboles. Para los gatos, probablemente los ayudaba a cazar. La cuestión es que este patrón permite que se extraiga información sobre el espacio tridimensional y se actúe.

Y, por ello, la similitud entre nuestra forma de ver el mundo y la de los gatos le ha convertido históricamente en el animal elegido para investigaciones diversas. Por ejemplo, en los años 50 se hicieron algunas pruebas de dudosa ética para conocer todo tipo de alteraciones en el entorno visual (cerrarles los ojos con suturas al nacer, criarlos bajo luces estroboscópicas...). La inquietud pública es la que ha llevado a que, en la actualidad, la mayoría de los estudios se hagan con ratones y ratas, que, sin embargo, tienen capacidades visuales bastante débiles.

Y diferentes

Pero, aunque compartamos similitudes en nuestro sistema visual, también hay diferencias obvias. Los gatos son activos durante la noche y tienen mejor agudeza visual que nosotros en condiciones de poca luz. También tienen pupilas llamativas con forma de hendidura, que son comunes en los depredadores nocturnos. Y además son daltónicos: tienen dos tipos de fotorreceptores cónicos, mientras que la mayoría de los humanos tienen tres.

Los gatos son daltónicos: tienen dos tipos de fotorreceptores cónicos, mientras que la mayoría de los humanos tienen tres

Y las diferencias se extienden a otros sentidos: ellos no necesitan saber si algo es dulce porque rara vez se llevan a la boca algo que no sea carne, por lo que han perdido los receptores de la lengua que detectan sustancias químicas dulces (como la sacarosa). Así que nunca conseguirás que un gato salga de su escondite tentándole con un dulce. Pero a pesar de estas diferencias evolutivas, vemos de manera muy similar, por lo que quizá no es difícil 'ponernos en sus ojos' (y por eso sentimos tanta empatía con ellos, lo que nos lleva a comprender por qué triunfan tanto los vídeos de gatitos). Por poner un último e increíble ejemplo, a ellos también les engañan con las ilusiones visuales. Pero, como una imagen vale más que mil palabras, aquí te dejamos un ejemplo.

Seguro que más de uno o dos dueños de un lindo minino pagarían por ver a través de sus ojos en alguna ocasión. No solo para entender su frío y calculador intelecto, que no duda en subirse a una estantería y tirar tu jarrón de la dinastía Ming valorado en miles de euros. También porque sus bellos ojos felinos ven las cosas un poco diferentes a como las vemos nosotros, y, aunque sea por simple curiosidad, parece interesante.

Noticias Curiosas
El redactor recomienda