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¿Ha cambiado la forma en la que somos infieles a nuestras parejas?
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CRISIS CONYUGAL

¿Ha cambiado la forma en la que somos infieles a nuestras parejas?

Las maneras del engaño han cambiado mucho en estos años, al igual que otras tantas cosas. Hoy repasamos cómo y por qué se dan tantas traiciones

Foto: Foto: iStock.
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La infidelidad es uno de los principales motivos de ruptura entre parejas monógamas. También desde el punto de vista del espectáculo. A fin de cuentas, nada despierta tanto morbo como ver cómo reaccionan los enamorados al enterarse de la traición o peor aún: asistir a cómo la ven con sus propios ojos. De ahí que en los últimos años hayan tenido tanto éxito ciertos programas televisivos en los que podemos asistir al desastre conyugal en 'prime time' como una especie de 'pornografía emocional' de gran intensidad.

Ahora bien, cabe preguntarse si la forma en la que somos infieles ha cambiado algo en los últimos años. Cierto es que las formas de comunicación y de conocer a alguien nuevo han cambiado, sumado al hecho de que estos tiempos pandémicos han producido que pasemos más tiempo en casa con nuestras parejas en caso de vivir con ellas, lo que dificulta (o promueve más aún, quién sabe) el acto de traición.

"Algunas personas son 'buscadoras de sensaciones' natas y tienen esta mayor necesidad de expresar emociones sexuales porque sus cerebros son menos sensibles a la dopamina"

"Creo que los 'cuernos' aumentaron tanto como disminuyeron durante la pandemia", asegura Justin Lehmiller, uno de los mayores expertos en relaciones de pareja, miembro del Kinsey Institute, en un reciente artículo publicado en 'Men's Health'. "La gente trabajó desde casa, hubo muchas menos oportunidades de que se diera esa infidelidad en persona, habiendo más dificultad de esconder una relación paralela. Se acabaron los viajes y los momentos de ocio y socialización, las situaciones en las que a menudo surge esa traición. Pero al mismo tiempo, la infidelidad 'online' aumentó", como reflejaron los datos de webs de aventuras como Ashley Madison.

Las nuevas formas del engaño

Precisamente, las formas de comunicación que usamos todos los días (WhatsApp, Instagram, Telegram) han hecho que la naturaleza del infiel se haya transformado hacia territorios más subliminales, haciendo que ya no solo sea un motivo puramente carnal la razón de la traición. Ahora, como explica Lehmiller, abundan más casos de infidelidad emocional (cuando alguien ofrece y recibe un apoyo emocional que no viene de su pareja, le cuenta todo sobre su vida y sus problemas sin que su novio se entere, sus más íntimos secretos...) o incluso, infidelidad financiera (cuando hay un trasvase de fondos comunes o compartidos a una tercera persona con la que suele ligar a menudo).

"Hay datos que demuestran que aunque dos personas estén en relaciones prósperas y felices, sanas y satisfactorias, todo puede cambiar"

Por no hablar de la fórmula más clásica a la hora de pensar en traiciones conyugales virtuales: el 'sexting'. "Es algo que está en constante cambio, porque a medida que desarrollamos nuevas formas de expresarnos sexualmente, ello abre más oportunidades para que diversos comportamientos se consideren como una traición", recalca el experto. ¿Y a un nivel biológico o más evolutivo?

Factores biológicos y psicológicos

"Al estudiar la ciencia de la infidelidad, descubrimos que es un fenómeno muy complejo", reconoce Lehmiller. "Hay factores biológiocs, psicológicos y sociales que influyen en cuándo y por qué alguien puede hacer trampa. Algunas personas son 'buscadoras de sensaciones' y tienen esta mayor necesidad de expresar emociones sexuales porque sus cerebros son menos sensibles a la dopamina. Entonces, necesitan algo más para obtener las mismas sensaciones de recompensa de otras personas, y a veces eso implica asumir un riesgo".

En cuanto al factor psicológico, basado en la facilidad con las que las personas pueden llegar a mentir, Lehmiller asegura "que algunas tienen actitudes más permisivas hacia las trampas o el engaño que otras". Aquí entraría, por ejemplo, la educación religiosa, aunque no obstante no por tener una mayor conciencia del pecado vas a pecar menos; todo depende de las circunstancias y de las decisiones concretas que se llevan a cabo. Por último, también entraría en juego el lado social, ya que "cuando estás en un entorno sexualmente insatisfecho, eres más propenso a cometer infidelidad".

Foto: Algunas de las mujeres eran las mejores amigas de la víctima (iStock)

Por último, una pregunta que seguramente se haga todo el mundo que sospecha que le están siendo infiel o que ya lo ha hecho y no sabe cómo abordar el problema con su pareja. O mejor aún, que todavía no haya sucedido nada, y por ello esté a tiempo de frenarlo. ¿Se puede prevenir un caso de infidelidad? Lehmiller es tajante: no. "Tenemos datos que demuestran que aunque dos personas estén en relaciones prósperas y felices, sanas y satisfactorias, todo puede cambiar", concluye. Sin embargo, sí que hay cosas que puedes hacer para reducir las probabilidades de que te toque. Y eso pasa por "actualizar las reglas y límites de vuestra relación".

"Muchas personas en relaciones monógamas tienden a asumir esta fórmula sin ni siquiera llegar a negociar o definir eso con su contraparte", recalca el experto. "Sabemos que hay diferentes formas de monogamia, tanto como de engaño. Así que es muy importante tener una conversación fluida y frecuente con tu pareja y estar al mismo nivel en la relación". Todo para que la relación no se descompense, que es precisamente cuando más probabilidades hay de que se dé la traición.

La infidelidad es uno de los principales motivos de ruptura entre parejas monógamas. También desde el punto de vista del espectáculo. A fin de cuentas, nada despierta tanto morbo como ver cómo reaccionan los enamorados al enterarse de la traición o peor aún: asistir a cómo la ven con sus propios ojos. De ahí que en los últimos años hayan tenido tanto éxito ciertos programas televisivos en los que podemos asistir al desastre conyugal en 'prime time' como una especie de 'pornografía emocional' de gran intensidad.

Relaciones de pareja Pandemia Ashley Madison
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