Mentiras de mayordomo: las excusas más comunes en un mundo hiperconectado

"El señor no está en casa". Las mentiras de mayordomo ('butler lies' en inglés) eran un clásico en un pasado no muy remoto, pues la tradición dice que se utilizaba la excusa del mayordomo para poder escaquearse de las visitas comprometidas o de las situaciones que, directamente, uno no tenía tiempo ni ganas de soportar.

Solo el mayordomo podía saber si realmente el señor no estaba en casa o se encontraba escondido detrás de la puerta. En la actualidad solo podemos imaginar un mundo perdido como aquel, pues la mayoría de nosotros no contamos —desafortunadamente, todo hay que decirlo— con un mayordomo, así que las excusas las tenemos que inventar nosotros mismos.

Podría parecer que sin el mayordomo pierde credibilidad la excusa, pero las cosas no han cambiado tanto. En un mundo hiperconectado como en el que ahora vivimos, simplemente el término ha evolucionado y se ha adaptado a la red.

Aquel que nos busque no tendrá que acudir a nuestra casa y llamar a la puerta a la espera de un mayordomo eficiente, con conectarse a WhatsApp podrá hablar con nosotros

El problema de la hiperconectividad está justamente en la propia palabra que la designa: pareciera que es una obligación estar continuamente en línea, aquel que nos busque no tendrá que acudir a nuestra casa y llamar a la puerta a la espera de un mayordomo eficiente, sino que simplemente con conectarse a WhatsApp o a cualquier otro tipo de red social o de mensajería, podrá hablar con nosotros. Nos apetezca o no.

Eso nos lleva, irremediablemente, a trasladar las mentiras de mayordomo a nuestra vida diaria y a usarlas sin ningún pudor. En realidad y según los expertos, este tipo de mentiras también son frecuentes cuando dos personas se están conociendo: más de una vez decimos estar haciendo algo que, sabemos de antemano, puede interesar a nuestro interés amoroso, de manera premeditada y exclusivamente para captar su atención. Pero en general lo más común son las excusas para que nos perdonen no estar conectados las 24 horas del día, y también valen para posponer o cancelar citas.

¿Cuántos de nosotros hemos puesto una excusa por WhatsApp para no acudir a una cita? Bien, ¿cuántos hemos retrasado indefinidamente una contestación para no tener que hacerla frente? Y, aún más, una vez que la hemos hecho frente, ¿cuántos hemos alegado alguna excusa creíble para justificar la ausencia?

La hiperconectividad crea presión para responder de inmediato a los mensajes de texto. Eso, a su vez, crea presión para mentir

Según explica la psiquiatra Gwendolyn Seidman en un reciente artículo publicado en 'Psychology Today': "La hiperconectividad crea presión para responder de inmediato a los mensajes de texto. Eso, a su vez, crea presión para mentir en aquellas ocasiones en las que no deseamos responder de inmediato. Ahora, llamar se ve como algo intrusivo y no tienes por qué contestar si no quieres, sin embargo, parece que siempre tenemos que estar disponibles para responder a un discreto mensaje".

Volviendo a las aplicaciones de citas, donde las mentiras de mayordomo son especialmente útiles, según una encuesta de la Universidad de Stanford, cuando las personas mienten por chat en estas aplicaciones, cerca del 30% de los engaños que dicen son mentiras de mayordomo.

Uno de los ejemplos más típicos es: "se me estropeó el móvil" cuando, en realidad, estabas cansado o sin humor y no querías salir

Uno de los ejemplos más típicos es: "se me estropeó el móvil" cuando, en realidad, estabas cansado o sin humor y no querías salir ese día a verte con un desconocido. También se suelen utilizar, según los estudios, para no parecer desesperado al estar siempre disponible, el clásico 'hacerse un poco de rogar' pero online, naturalmente.

Seidman también defiende que romper el ciclo de mentiras, aunque parece difícil, puede ser posible para que no nos sintamos obligados a responder de inmediato y a estar siempre disponibles. Si de repente optas por no seguir el juego, es posible que otros se sientan rechazados por tu comportamiento. Pero puedes liberarte de esa obligada hiperconectividad manteniendo conversaciones honestas con tus seres queridos sobre las expectativas razonables para responder a los mensajes.

Puedes asegurarle a tus amigos o familiares que te preocupas y que quieres hablar con ellos, pero que a veces necesitas tu espacio y que no siempre responderás de inmediato. Esto te ayudará a evitar las mentiras del mayordomo y evitará que tus amigos se lo tomen como algo personal cuando no estés disponible constantemente.