Las otras 'olimpiadas': se busca a la persona más vaga (con premio incluido)

Tokio acaba de acoger los Juegos de la XXXII Olimpiada y lo ha hecho en medio de una pandemia que ha deslucido el transcurrir de la cita, pero que no ha evitado que los mejores del mundo en su especialidad lucharan por conseguir las preciadas medallas. El lema del movimiento olímpico, "Citius, Altius, Fortius" ("más rápido, más alto, más fuerte") volvió a sonar más alto que nunca.

Muy lejos de allí, a unos 9.500 kilómetros de distancia, se encuentra Donja Brezna, una pequeña localidad de Montenegro donde apenas viven 140 vecinos. Sin embargo, allí se reúnen cada año decenas de personas que tienen un mismo objetivo: ganar su particular medalla olímpica… aunque para ello no tengan que hacer absolutamente nada.

Se trata de las 'Olimpiadas de la pereza', una cita que ha alcanzado su décima edición, aunque la pandemia ha hecho que en esta ocasión los participantes fueran muchos menos que en anteriores citas. Sin embargo, el objetivo era el mismo: estar tumbados el mayor tiempo posible sobre un colchón para ser el rey de la pereza.

No es tan fácil como parece

Aunque este año apenas había un par de decenas de participantes por culpa del coronavirus, los responsables del concurso no han querido aplazarlo. En juego hay un premio de 300 euros para el ganador, el más perezoso de los concursantes, y, aunque parezca lo contrario, no es fácil de ganar.

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El Confidencial

Milos Blagojevic, organizador de la competición, ha explicado a Ruptly que "la competición es interesante, también es psicológica, no es tan fácil como parece. Muchos de los competidores que ganaron el año pasado eran corredores de maratón, corrieron un maratón y dijeron que era más difícil acostarse que correr el maratón que corrieron".

Esa afirmación se demuestra echando un vistazo al actual récord de la competición: está en 49 horas tumbados y se logró en 2019. Es decir, los ganadores se pasaron más de dos días tumbados para llevarse los 300 euros de premio. Si alguien cree que puede batirlo, que vaya preparando las maletas para 2022: la gloria olímpica le espera.