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Procrastinar el sueño: por qué alargamos la hora de apagar la luz aunque no queramos
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Procrastinar el sueño: por qué alargamos la hora de apagar la luz aunque no queramos

Se trata de un comportamiento errático que cada vez realizamos más: desde revisar por última vez el 'feed' de publicaciones hasta quedarnos atrapados en YouTube antes de cerrar los ojos

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Típico momento en el que por fin decides meterte en la cama pero una idea aparece en tu mente: todavía no. Entonces, agarras el 'smartphone' y comienzas a navegar por redes sociales como un autómata, y a medida que el 'feed' de publicaciones se refleja en tus ojos los minutos van pasando, hasta que al cabo de un rato miras la hora y sabes que te has excedido demasiado y has perdido una cantidad de tiempo muy valiosa que 'a priori' debería estar encomendada a descansar.

A veces, los humanos actuamos de manera irracional. Hacemos cosas que no deberíamos sin ninguna razón o causa aparente, incluso cuando sabemos que son perjudiciales para nosotros. Nos gusta complicarnos la vida, y peor aún, sin saber por qué. ¿A qué viene el impulso de querer revisar los últimos 'posts' o darte un atracón a base de vídeos de YouTube justo antes de dormir?

"Las personas que suelen postergar actividades rutinarias y aburridas en su día a día pueden ser más propensas a dejar para más tarde el sueño"

"Me preocupa no poder quedarme dormida lo más rápidamente posible, así que me digo a mí misma que tan solo me desplazaré por las redes sociales hasta que quede exhausta", asegura Ashley Lauretta, periodista de la revista 'Wired'. "No importa cómo lo llames, en mi caso es una mezcla de adicción tecnológica y ansiedad. Es esto, junto con la falta de lo que los investigadores llaman autorregulación del sueño, lo que me convierte en una procastinadora del sueño de manual".

La relación con el insomnio

La primera vez que apareció el término "procastinación del sueño" fue en un estudio holandés de 2014 que define esta manía como "el acto repetido de no irse a la cama a a hora prevista, sin que ninguna circunstancia externa lo impida". En realidad, puede confundirse con el insomnio, ya que al no poder conciliar el sueño durante varios minutos podemos acabar empleando el tiempo en actividades de lo más variopintas: desde leer un libro (sin duda la mejor si quieres dormir lo antes posible), pasando navegar en redes sociales o alguno hasta le funcionará ponerse a cocinar o a limpiar.

"El tiempo antes de acostarse puede ser el único momento para procesar el atraso que sentimos a nivel emocional del día"

Pero no es el insomnio lo que produce esta "procastinación del sueño", sino más bien la ansiedad tecnológica que te encomienda a "darte un último paseo por la red" antes de apagar la luz y cerrar los ojos. Otra de las razones que esgrimen expertas del sueño como Alessandra Edwards es que al sujeto le mueve un instinto de venganza frente al hecho de no disponer de todo el tiempo libre que le gustaría.

Evidentemente, esta es una sensación que puede acrecentarse los domingos, cuando el fin de semana está a punto de acabar y nos hemos acostado y levantado más tarde los dos días anteriores, el sueño no viene y al día siguiente hay que volver a la rutina: lucharemos por alargar el fin de semana todo lo posible. "Hay una sensación de querer tomar represalias contra la vida, que niega categóricamente la idea de querer irse a la cama temprano, cuando nos convendría más", asegura Edwards.

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Por otro lado, también puede haber una relación directa entre una personalidad ya de por sí procastinadora en todo lo concerniente a la vida diurna. Así lo cree Floor Kroese, profesor asistente de Psicología de la Salud en la Universidad de Utrecht. "Una diferencia interesante puede ser que la personas que suelen postergar actividades rutinarias y aburridas sean también más propensas a dejar para más tarde el hecho de irse a dormir", asevera.

En un estudio de 2014, Kroese y su equipo de investigación argumentaron que la falta de autorregulación emocional o mental, asociada a rasgos de personalidad de personas que se muestran impulsivas o se entretienen con facilidad, están relacionados con la procastinación del sueño. "El tiempo antes de acostarse puede ser el único momento para procesar el atraso emocional del día", es decir, el tiempo de la autorregulación, que se refiere a sensaciones de "frustración y enojo, o miedo y ansiedad, que durante el día han podido ser excluidos". ¿Y tú? ¿Te consideras un procastinador del sueño?

Típico momento en el que por fin decides meterte en la cama pero una idea aparece en tu mente: todavía no. Entonces, agarras el 'smartphone' y comienzas a navegar por redes sociales como un autómata, y a medida que el 'feed' de publicaciones se refleja en tus ojos los minutos van pasando, hasta que al cabo de un rato miras la hora y sabes que te has excedido demasiado y has perdido una cantidad de tiempo muy valiosa que 'a priori' debería estar encomendada a descansar.

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