Gana una fortuna a la lotería y cumple el sueño… de quien le vendió el boleto

Milford es una pequeña localidad de 16.000 habitantes en el estado de Michigan, en el norte de Estados Unidos. Hace 20 años, Ramzy Karmo compró una franquicia de la cadena de licorerías Sherwood y lo hizo con un sueño: siempre deseó dar un gran premio de lotería para poder tener en su local uno de los carteles que la Lotería de Michigan proporciona a quienes venden un premio gordo.

Ramzy murió hace 7 años y su hijo Ryan tomó el testigo. Él es quien lleva ahora el peso del negocio y quien, hasta ahora, mantenía el sueño de su padre: dar un gran premiopara poder colgar de sus paredes los carteles de que ahí se ha dado un gordo. Pero, por fin, dos décadas después, los Karmo han cumplido su deseo y han hecho un millonario.

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Una mujer de 63 años, que quiere permanecer en el anonimato, ha ganado 4 millones de dólares, el equivalente a 3,4 millones de euros. Lo hizo el pasado 9 de febrero, aunque la afortunada ha tardado más de seis semanas en reclamar su premio. Ahora, ya lo tiene en su cuenta corriente, a pesar de que le ha costado hacerse a su nueva condición de millonaria.

Jubilación dorada

La ganadora ha explicado a Hometown Life cómo descubrió que le había tocado la lotería con uno de los típicos boletos de rasca y gana: "Compré el boleto y lo rasqué una vez que llegué a mi coche. Me tomé mi tiempo para tachar los números y todo lo que pude decir después de ver el símbolo '4MIL' fue: '¿Me estás tomando el pelo?' Pero era cierto".

Pidió a su marido que se sentara bien antes de darle la gran noticia

Con el susto todavía en el cuerpo y la respiración agitada, la mujer condujo de vuelta a su casa, donde estaba su marido. Nada más entrar le dijo que era mejor que se sentara para escuchar las noticias que le iba a dar: "Cuando se lo dije, su reacción fue un poco más colorida que la mía, los dos estábamos simplemente eufóricos." Ya eran millonarios.

Después de varias semanas eligiendo cuál sería la mejor opción, la mujer decidió recibir el premio como un pago único, por lo que se llevará a casa 2,5 millones de dólares que, después de impuestos, se quedarán en, aproximadamente, 1,7 millones de euros. Ahora, sus planes pasan por utilizar este dinero para su jubilación, pues le quedan dos años para dejar de trabajar.

La mujer, que es una habitual de los juegos de azar, reconoce que "mi esposo y yo hemos estado hablando sobre la jubilación y, después de hacer cálculos, antes creíamos que estaríamos bien. Ahora, con el premio, sabemos que vamos a estar bien". No es para menos, su cuenta corriente ha aumentado en dos millones de dólares contantes y sonantes.

La alegría del vendedor

Aunque el gran premio va directo a la ganadora, también la tienda que vendió el boleto se llevará un pellizco. De hecho, la Lotería de Michigan les entregará un talón por valor de 50.000 dólares (unos 43.000 euros) por haber vendido un gran premio en su establecimiento. Pero para Ryan Karmo, hay algo mucho más importante que el dinero.

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El gerente de la tienda explica que "mi padre solía soñar con vender un premio gordo al menos una vez. Quería poner un cartel fuera de la tienda solo una vez, como vemos en otros establecimientos". Sin embargo, el mayor premio que habían repartido hasta ahora había sido de 10.000 dólares, por lo que la Lotería de Michigan no les había mandado sus famosos carteles.

Ahora, después de vender este rasca y gana de 4 millones de dólares, ya están esperando a que llegue el cartel que ponga "premio de 4 millones vendido aquí". Ryan Karmo tiene claro que "la gente quiere ir a una tienda afortunada. Ojalá esto nos traiga más suerte y vendamos otro premio de lotería igual de grande". Su padre estaría más que feliz.

Invertirá el dinero del premio en su próxima jubilación

La tienda de Ryan vende boletos para todo tipo de sorteos de lotería, pero ha sido un rasca y gana el que ha traído la suerte a esta futura jubilada. Sus próximos años serán mucho más tranquilos con este premio en su cuenta corriente y podrá disfrutar del resto de su vida sin tener que pararse a pensar si puede permitirse o no un determinado lujo. Se lo ha ganado.