El hombre que lleva 17 años intentando sacarse el carné de conducir: ha suspendido 192 veces

Cumplir los 18 años es sinónimo de alegría. Se llega a la mayoría de edad, se termina el instituto y se comienza una nueva vida que a muchas personas llevará a la universidad o a otro tipo de estudios, mientras que para otras será el momento de intentar adentrarse en el complicado mercado laboral. Pero hay algo que es común para casi todos.

Los 18 es el momento en el que, además de poder votar, se pueden hacer muchas otras cosas de manera legal como conducir. Por eso, es normal que sean muchas las personas que nada más cumplir la mayoría de edad tratan de sacarse el carné para poder tener más libertad de movimientos. Pero no es tan fácil como parece.

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El Confidencial

Lo primero a lo que se enfrentan todos los futuros conductores es a superar un examen teórico y uno práctico que, además, suponen un desembolso económico que no todo el mundo puede hacer a esa temprana edad. Pero, más allá del dinero, hay algunas personas que se estrellan a la hora de enfrentarse a ese examen, ya sea al teórico o al práctico.

192 suspensos consecutivos

Es el caso de un ciudadano anónimo que vive en Piotrków Trybunalski, una ciudad polaca de apenas 80.000 habitantes. Tiene 50 años y lleva casi dos décadas intentando sacarse el carné de conducir. Sin embargo, tiene tan poca pericia que ha suspendido el examen 192 veces consecutivas, lo que supone un récord en el país.

Este hombre ha suspendido el examen 192 veces consecutivas en los últimos 17 años

Lo normal en Polonia es aprobar el examen al segundo o tercer intento de media. Las estadísticas señalan que el examen teórico tiene una tasa de aprobados en torno a un 50 por ciento, mientras que en el práctico solo 4 de cada 10 lo aprueban a la primera. Pero este hombre ha superado todos los récords y, de paso, se ha gastado cientos de euros en tasas de examen.

Stanisław Kobusiewicz, profesor de autoescuela, explica a TVP que "debería haber una regulación en Polonia que prohíba a un candidato realizar el examen más de veinte o treinta veces. Si alguien ignora las reglas y no las conoce, no debe conducir por las calles. Después de todo, puede representar un peligro para los demás". El protagonista, de momento, no desespera y piensa seguir presentándose al examen porque la esperanza es lo último que se pierde.