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Qué es realmente el 'doomscrolling' y cómo parar de hacerlo
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Qué es realmente el 'doomscrolling' y cómo parar de hacerlo

Si no puedes apartar la mirada de las malas noticias y los contenidos negativos que proliferan por la red, lo mejor es que le pongas remedio con estos consejos de expertos

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La pandemia ha producido numerosos efectos en la psicología de las personas. Tanto tiempo encerrados en casa y pendientes de las últimas noticias ha hecho que hayamos desarrollado una serie de manías de las que será difícil desprendernos en el futuro. Una de ellas es el 'doomscrolling', que se refiere a la adicción de consumir información negativa sobre diversos asuntos, pero especialmente sobre la pandemia. Antes de que estallara la crisis sanitaria, eran muchos los artículos que se publicaban sobre supuestos apocalipsis y mundos distópicos, y ahora que hemos atravesado una situación similar a un fin del mundo (o al menos a un fin de época), es como si nuestras más ásperas fantasías se hubieran convertido en realidad.

¿Te has quedado más de una noche en la cama leyendo noticias o reportajes en el móvil que no auguraban nada bueno? ¿Demasiadas horas en YouTube visionando largos debates o canales cuyos contenidos eran en su mayoría predicciones muy negativas sobre el futuro? No nos engañemos, las cosas no van bien y necesitamos más que nunca tener acceso a información veraz y contrastada. Pero en la era de la desinformación y las 'fake news', también hay mucha trampa. En nuestra mano está en qué poner el foco para no dejarnos llevar por la conspiranoia, el pánico o la negatividad.

"El terror, cuando se observa desde la comodidad del hogar, tiene un efecto potencialmente calmante"

Por un lado, tenemos la necesidad urgente de estar informados en épocas de crisis para adquirir seguridad. Y por otro, el algoritmo de las redes sociales tiende a promocionar o realzar los contenidos más sorprendentes, en general malas noticias, pues aunque nos apetezca mucho recibir de una vez alguna buena que nos haga creer que toda esta pesadilla está acabando por fin, en el fondo somos seres curiosos que tienden a fijarse en lo peor. Quizá al haber pasado tantos meses recibiendo noticias malas ya nos hemos acostumbrado a ellas, terminando por acostumbrarnos y compadecernos a nosotros mismos para convencernos de que no estamos tan mal.

¿Te sientes identificado con esta descripción? Jessica Klein, periodista de la 'BBC' ha consultado con diversos expertos del mundo de la psicología a qué se debe este errático y compulsivo comportamiento por el que sentimos una especie de "placer" o "comodidad" al ser testigos o informados de todas las cosas malas que pasan en el mundo. De algún modo, recuerda a la idea expresada por el filósofo británico Walter Benjamin que decía algo así como que "el ser humano es el único animal que encuentra placer al ser espectador de su propia destrucción". ¿A qué viene esta curiosa reacción psicológica?

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"El terror, cuando se observa desde la comodidad del hogar, tiene un efecto potencialmente calmante", asevera en el diario británico Dean McKay, profesor de psicología de la Universidad de Fordham, especializado en trastornos de ansiedad y conductas compulsivas. "La actitud de estas personas es de reconocer que las cosas son bastante horribles, pero me siento cómodo, ya que voy a poder dormir bien esta noche pensando que todas esas cosas no me pasan a mí".

Una opinión que coincide con la de Pamela Rutledge, directora del Centro de Investigación de Psicología de los Medios con sede en California, quien asegura por su parte que "'el doomscrolling' describe la necesidad compulsiva de tratar de obtener respuestas cuando sentimos miedo". De tal modo que "tendemos a evaluar constantemente si la nueva información supone una amenaza para nosotros, estamos biológicamente motivados para atender a esta clase de cosas".

Una cuestión evolutiva

"Todos los estados emocionales humanos surgieron de la adaptación", sostiene McKay. "Por tanto, querer sentir indirectamente una cierta emoción al leer noticias o comentarios fruto del enojo o la desesperación, puede ser una forma de practicar mecanismos de afrontamiento evolucionados que hemos desarrollado para gestionar los acontecimientos negativos de la vida. Tener miedo, por ejemplo, nos pone en alerta máxima, lo que es útil en situaciones peligrosas. En este sentido, el 'doomscrolling' funciona como una herramienta dee recopilación de información y estrategia".

Los estudios hablan por sí solos: una encuesta realizada a finales de marzo y principios de abril de 2020 halló una conexión directa entre la frecuencia, duración y diversidad de exposición a los medios con el aumento de síntomas de depresión y ansiedad, ya sea general o relacionada con la pandemia. También otra investigación realizada por el Darmouth College comprobó que el abuso del teléfono móvil para informarnos conllevaba más riesgo de padecer síntomas depresivos o trastornos de ansiedad entre estudiantes universitarios.

Hora de actuar

¿Qué hacer en caso de ser conscientes de que existe verdaderamente un problema de 'doomscrolling'? Lo primero, según Rutledge, es admitirlo y ser conscientes de ello. La psicóloga afirma que al igual que una persona que quiere adelgazar debe llevar un control estricto de su dieta, aquellos que presienten que tienen una especie de "adicción a recibir malas noticias" deben "identificar la tendencia negativa y luego tomar medidas para cambiarla". En este caso, es difícil saber con precisión el tiempo total que pasamos mirando noticias y contenidos en redes, pero hay pequeños pasos que pueden ayudar a desconectar, como por ejemplo fijar una hora por la noche en la que ya no abriremos más el 'smartphone' con la ayuda de una alarma.

Y por otro lado, fomentar la vida exterior, pues al final es lo más importante para darte cuenta de que el mundo no es tan terrible como parece en las noticias ni la gente está tan enfadada como muestra en redes sociales. Esto se puede conseguir dando paseos, tanto en soledad o en compañía, para desconectar de la rutina de quedarse en casa actualizando constantemente el 'feed'.

La pandemia ha producido numerosos efectos en la psicología de las personas. Tanto tiempo encerrados en casa y pendientes de las últimas noticias ha hecho que hayamos desarrollado una serie de manías de las que será difícil desprendernos en el futuro. Una de ellas es el 'doomscrolling', que se refiere a la adicción de consumir información negativa sobre diversos asuntos, pero especialmente sobre la pandemia. Antes de que estallara la crisis sanitaria, eran muchos los artículos que se publicaban sobre supuestos apocalipsis y mundos distópicos, y ahora que hemos atravesado una situación similar a un fin del mundo (o al menos a un fin de época), es como si nuestras más ásperas fantasías se hubieran convertido en realidad.

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