La mujer que lleva tres años intentando demostrar que está viva

En carne y hueso, Jeanne Pouchain parece estar viva y coleando, pero convencer a las autoridades francesas de esto parece una cuestión bastante difícil. Después de ser declarada muerta por un tribunal, la francesa ha pasado tres años tratando de ser 'resucitada' oficialmente.

La mujer de 58 años de Saint-Joseph, un municipio cerca de Lyon, no existe a los ojos de la administración francesa desde 2017, después de una disputa legal con una exempleada de limpieza, según recoge 'The Guardian'. El tribunal laboral la declaró fallecida, presuntamente, actuando con la información proporcionada por esta extrabajadora.

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“Fui a ver a un abogado que me dijo que se resolvería rápidamente ya que había estado con mi médico, quien certificó que todavía estaba viva. Pero debido a que hubo un fallo legal, esto no fue suficiente ”, explicó Pouchain a la prensa local.

Su abogado, Sylvain Cormier, también estaba asombrado por su supuesta muerte: “Es una historia loca. No lo podía creer. Nunca pensé que un juez declararía muerto a alguien sin un certificado. Pero el demandante afirmó que la Sra. Pouchain estaba muerta, sin proporcionar ninguna prueba y todos la creyeron. Nadie lo comprobó”.

La francesa cuenta que tiene miedo de salir a la calle y que necesite probar su identidad. Y todo porque un tribunal acabó con su vida en papel, sin comprobar si realmente había muerto.

La batalla legal que la 'mató'

La decisión del tribunal de apelaciones de Lyon de declarar que Pouchain estaba muerta se produjo en noviembre de 2017, después de más de una década de batallas legales con una exempleada descontenta.

Se trata de una historia que se remonta al año 2000, cuando la empresa de limpieza de Pouchain tuvo que despedir a algunas de sus empleadas porque perdió un gran contrato y una de ellos demandó a la empresa, recoge 'Gizmodo'. En 2004, el juez ordenó a la empresa de la francesa que pagara a la empleada despedida 14.000 euros como indemnización, pero como se había interpuesto contra la empresa y no contra la propia Pouchain, la sentencia nunca se cumplió.

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En 2009, la exempleada volvió a presentar una demanda, pero el caso fue desestimado. En 2016, creyendo que Pouchain había muerto, un tribunal de apelaciones ordenó a su hijo y a su esposo que pagaran los daños. ¿Y por qué la dieron por muerta?, pues porque la empleada informó al tribunal industrial de que sus cartas a su antigua jefa no habían recibido respuesta y que había fallecido. Por ello Pouchain fue borrada de los registros oficiales, invalidando su cédula de identidad, licencia de conducir, cuenta bancaria, seguro médico y otros documentos oficiales necesarios para probar su existencia.

El abogado de la empleada acusó a Pouchain de ser autora de su propia muerte y de haberse hecho la muerta para evitar pagar los daños, acusaciones que ella ha negado.