Es noticia
¿Dejas todo para el último momento? 7 formas de superar la procrastinación
  1. Alma, Corazón, Vida
no te dejes llevar por la pereza

¿Dejas todo para el último momento? 7 formas de superar la procrastinación

Perder el tiempo es muy humano, pero puede acabar estresándonos o despertando en nosotros sentimientos de culpa. ¿Cómo luchar contra ello?

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

Perder el tiempo es una de las actividades que caracterizan al ser humano. ¿Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de ponerte ordenar tus calcetines, leer en Wikipedia si E.T. tenía hermanos o pintarte las uñas cuando tenías que hacer un trabajo o estudiarte una lección? No estás solo, por supuesto. Esa curiosidad que te entra de repente por conocer si a los cadáveres les sigue creciendo el pelo cuando tendrías que estar terminando un informe tiene un nombre: procrastrinación.

La procrastinación (perder el tiempo de toda la vida) sería ese "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". El problema es que puede conducir a un aumento del estrés, problemas de salud y un rendimiento más bajo. Según informa 'Psychology Today', los procrastinadores tienden a tener más problemas de sueño e incluso pueden sentir vergüenza y falta de autoestima por ese motivo. Sin embargo, hay maneras de evitarla.

Recompénsate

Igual que a un perro se le dan regalos cuando se porta bien, tú puedes optar por darte pequeñas recompensas cuando cumples con tus cometidos. Si quieres darte un atracón de Netflix o mirar las redes sociales, en lugar de hacerlo mientras estás trabajando, date esos caprichos una vez hayas terminado de hacer lo que debías. Sabrán mejor y te sentirás satisfecho contigo mismo.

Optimiza tu entorno

Si tu mesa está llena de libros, cómics y tienes el móvil al lado, es mucho más probable que acabes procrastinando. El entorno tiene mucho que ver en cuanto a tu productividad se refiere, por ello, si lo crees necesario, apaga tu teléfono, aparta tus cosas y límpialo todo para que esté despejado; Te darás cuenta de que te sometes a muchas menos distracciones.

Divide y vencerás

Muchas veces, cuando una tarea es muy larga suele sobrepasarnos, a menudo le sigue la procrastinación. ¿Por qué no dividirla entonces en partes más pequeñas y fáciles de llevar a cabo?

Establece plazos específicos para completar una tarea. A continuación, encuentra a alguien que te ayude a ser responsable

Por ejemplo, si deseas escribir un libro, puedes elegir hacer un esquema, identificar cada capítulo, averiguar las secciones de los capítulos y luego comprometerte a escribir un capítulo cada día.

Sé realista

También es importante. Las tareas en general ocupan más tiempo del esperado, así que conócete a ti mismo: si no te despiertas ni a tiros antes de las 10 de la mañana, no esperes levantarte a las 8 para hacer ejercicio físico. Quizá sea mejor que esperes a la noche o al mediodía.

Acaba con las excusas

"Necesito estar de humor para acabarlo", "en un rato me pongo", "trabajo mejor bajo presión"... ¿te suenan? Las excusas nunca ayudaron a nadie. En lugar de pensar cuándo será el momento idóneo para hacerlo, ponte ya.

Aprende a delegar y busca un socio

Establece plazos específicos para completar una tarea. A continuación, encuentra a alguien que te ayudará a ser responsable. Cuando tengas que cumplir el plazo mencionado, también lo harás porque tu socio cuenta con que lo hagas. El no querer faltar a tu palabra puede ser una gran manera de acabar con la vacilación.

Perdónate

A veces, las personas procrastinan porque son demasiado perfeccionistas. Si no has logrado acabar un trabajo porque pensabas que no te saldría bien o como habías concebido, no te fustigues. El pasado, pasado está.

Foto: Cualquier cosa en lugar de trabajar. (Corbis)

Céntrate en el presente y en la excelencia, no hay un trabajo o un momento perfectos, simplemente tienes que hacerlo lo mejor que puedas. Si te centras en el 'hoy' y te perdonas, comenzarás a ser productivo.

Perder el tiempo es una de las actividades que caracterizan al ser humano. ¿Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de ponerte ordenar tus calcetines, leer en Wikipedia si E.T. tenía hermanos o pintarte las uñas cuando tenías que hacer un trabajo o estudiarte una lección? No estás solo, por supuesto. Esa curiosidad que te entra de repente por conocer si a los cadáveres les sigue creciendo el pelo cuando tendrías que estar terminando un informe tiene un nombre: procrastrinación.

El redactor recomienda