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Las colmenas o cómo comprar productos de proximidad en las grandes ciudades
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Como hacer una compra online al supermercado

Las colmenas o cómo comprar productos de proximidad en las grandes ciudades

El proyecto 'La colmena que dice sí' permite comprar alimentos directamente a productores locales que se encuentren a menos de 50 kilómetros de ti

Foto: Foto: La colmena que dice sí
Foto: La colmena que dice sí

Tendemos a conceptualizar las grandes ciudades como espacios sin alma, donde el campo queda muy lejano y, por ende, se respira un peor aire y se comen productos de menor calidad. La vorágine que puede ser el día a día en una metrópoli hace que el supermercado sea el lugar de referencia para adquirir todo lo que necesitamos en el menor tiempo posible.

Normalmente una manzana comprada en una gran superficie puede dar la vuelta al mundo antes de llegar a la mesa. Pero una iniciativa, que lleva instalada en España desde 2014, quiere acercar productos de proximidad y calidad a los ciudadanos con la misma facilidad que ir al ‘súper’.

Se trata de La colmena que dice sí, un modelo participativo de consumo local, que está presente principalmente en Madrid y Barcelona –también en otras zonas de nuestro país, aunque en menor medida–. Este proyecto, que nació en Francia en el 2011, permite a los productores de la región exhibir sus productos en la web donde los consumidores pueden elegir que desean comprar. El objetivo es fomentar los productos de proximidad ya que es la mejor forma de obtener alimentos frescos, reducir el impacto ambiental negativo y apoyar la economía local y el valor gastronómico y cultural ligado al territorio.

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Foto: La colmena que dice sí

La forma de uso es muy sencilla. El consumidor elige cuál va a ser su ‘colmena’ (un espacio de referencia de su barrio), a través de la plataforma elige cada semana qué productos quiere comprar de los productores que ofrezcan y va a buscar su encargo a ese lugar el día determinado (algunas tienen entrega a domicilio). En resumidas cuentas, como hacer un pedido online a un supermercado.

En cada una de las colmenas son los propios productores que velan para que los consumidores puedan comer local y de calidad. Y todo ello sin dejar de innovar y proponer productos excepcionales, que nunca dejan de sorprender. Pastelería vegana, pan de centeno integral, mermelada de manzana y jengibre, vinos biodinámicos… pero también carne de calidad, quesos de granja y una gran variedad de fruta y verdura de temporada, donde además se recuperan variedades antiguas.

Comprar de este modo aporta “un valor añadido para el consumidor, al adquirir un producto local, cercano y de calidad”, explica a El Confidencial, Anna García, portavoz de esta iniciativa en España.

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Foto: La colmena que dice sí

De media, los productores que venden en cada colmena no están a más de 50 kilómetros de estas, asegurando así productos de proximidad con una menor huella ecológica y, por supuesto, de alta calidad. Aunque existen pequeñas excepciones “en zonas como Madrid donde hay poca variedad de fruta o pescado, se incluyen productores dentro de la red de Cataluña, Galicia (pescado y marisco) o Andalucía. Son lo que denominamos los Invitados Especiales y eso hace que suba la media recorrida”, explica García.

624 productores locales

En todo el territorio nacional hay abiertas actualmente 59 colmenas y otras 41 se encuentran en construcción. Para abastecer a todas ellas, un total de 624 productores locales están inscritos en la web, de los que el 60% venden con regularidad.

placeholder Mapa de colmenas
Mapa de colmenas

Por el momento 108.518 españoles se han sumado como consumidores a esta iniciativa, aunque solo compran de manera habitual unos 11.000. Aunque el proyecto tiene más peso en la Comunidad de Madrid, donde 60.000 personas están dadas de alta para comprar productos, acumulando más de la mitad de las colmenas abiertas en toda España (37).

Los precios

El precio de los productos que se encuentran en la web está dentro de los estándares del circuito corto de comercialización, que en sí "es un pelín más caro que en los supermercados”, señala la portavoz. “Lo que pasa es que la lógica en La colmena que dice sí es diferente. En los supermercados se le paga una miseria al productor, obtenido un precio bastante bajo para el consumidor, pero quien se lleva el pastel son los intermediarios. Además, los productos de los supermercados, por lo general, no son ecológicos, ni locales, ni de buena calidad”, añade.

“Aquí el precio lo fija el productor, siendo un precio digno y justo según su trabajo. Y, además, los productos son de mejor calidad”, resume García.

Para los productores vender a través de este proyecto también tiene un pequeño coste, que corresponde al 20% del importe total de sus ventas. El porcentaje se divide a partes iguales entre La colmena que dice sí como proyecto global y el responsable de colmena (que es la persona que crea la ha creado). Esta tarifa que paga el productor engloba varias facilidades. Por una parte, el trabajo de gestión y comunicación que lleva a cabo el responsable. Y la más representativa que es la vía de comercialización: dispone de la plataforma web para la venta de sus productos que le permite fijar sus propios precios y condiciones de comercialización.

Iniciativas con contacto directo con el productor

Otras iniciativas de este tipo se han puesto en marcha en nuestro país a raíz de la crisis del covid-19. El objetivo es el mismo objetivo: poner en contacto a consumidores con productores para adquirir alimentos con el menor coste ecológico posible, la máxima calidad y con un precio justo para el agricultor. Aunque en este caso es necesario comunicarse directamente con cada uno de ellos y hacer compras individualizadas de cada alimento.

Una de ellas es Mercado Local, una plataforma creada en pleno confinamiento para promover la economía local, la sostenibilidad y el consumo de productos de proximidad de pequeños agricultores locales. En este proyecto los pequeños agricultores, ganaderos y productores locales en general tienen la posibilidad de ofrecer sus productos a través de internet de una forma fácil y sin coste para ellos, pues el uso de la plataforma es totalmente gratuita tanto para los productores como para los consumidores.

El responsable de la iniciativa, Rafael R. López, explica a este periódico que –además de poner en contacto a productores tradicionales– otra de las intenciones de este proyecto es "ayudar a mejorar la economía familiar, abriendo la plataforma para que cualquier persona que tenga un huerto familiar o un huerto urbano, en un momento determinado, pueda vender parte de su producción de forma sencilla".

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Foto: iStock

López tilda la respuesta de los productores hacia la plataforma de "extraordinaria": "En apenas cuatro meses se han incorporado a Mercado Local más de 400 pequeños productores de toda España. Principalmente tenemos pequeños productores de quesos, miel, frutas, verduras y hortalizas, aceite, vino y embutidos".

De reciente creación, también podemos encontrar una iniciativa cuyo nombre indica a la perfección de qué se trata: Productos de aquí. Un proyecto nacido al inicio del confinamiento como herramienta de ayuda para pequeños productores asturianos. "Muchos de ellos veían como el cierre de los pequeños mercados locales, que en Asturias se prohibieron durante el confinamiento, provocaba un enorme problema para ellos; ya que son sus principales canales de comercialización", cuenta a El Confidencial el cocinero y creador del proyecto, Lluis Nel Estrada.

El cocinero relata que al observar la "excelente" acogida entre los productores asturianos, pensaron que podría ser una herramienta útil también en otras comunidades autónomas. "Productos de aquí nació simplemente como un directorio de contacto que agrupa a cientos de pequeños productores agroalimentarios y facilita su localización así como la compra directa", explica. Actualmente, con 500 productores inscritos, se encuentran desarrollando un 'marketplace' propio para "facilitar la compra agrupada de embalajes para los envíos online, la creación de tiendas online propias, la gestión de las redes sociales o ayuda a la comercialización de este tipo de productos a través del canal ordenado e incluso la exportación cuando sea necesario".

Tendemos a conceptualizar las grandes ciudades como espacios sin alma, donde el campo queda muy lejano y, por ende, se respira un peor aire y se comen productos de menor calidad. La vorágine que puede ser el día a día en una metrópoli hace que el supermercado sea el lugar de referencia para adquirir todo lo que necesitamos en el menor tiempo posible.

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