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Cómo comer de forma sana incluso cuando estás estresado
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Cómo comer de forma sana incluso cuando estás estresado

Es muy probable que si experimentas síntomas de nervios o ansiedad acabes recurriendo a una alimentación poco saludable. Una experta nos ofrece algunos trucos para evitarlo

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Uno de los peores efectos secundarios de sufrir estrés es la mala alimentación. Si concebimos la ansiedad como esa premurosa sensación de tener que hacer algo pero no saber el qué, un temor manifiesto por el futuro o bien puros nervios fruto de algún suceso muy relevante que está por acontecer, el cuerpo y la mente se sentirán un tanto extraños, de ahí que es posible que tus comportamientos alimenticios tengan dos variantes: o comer mucho y muy rápido (sobre todo en los días en los que siempre vas pillado de tiempo) o, por el contrario, no tener nada de hambre y sentir el estómago cerrado.

En cualquier caso, si sufres de estrés es posible que no te tengas nada de ganas ni tiempo de ponerte a cocinar, por lo que tendrás más posibilidades de recurrir a alimentos procesados, congelados o bien pedir comida a domicilio. Ninguna de estas opciones es buena, ya que no hay comida más saludable que aquella que se elabora de forma casera, controlando la cantidad de sal que añadimos a los platos. Y, por otro lado, la cultura popular asegura que cuanto más tiempo le dediques a la cocina, más apetitoso será el resultado. Una condición que no suele cumplirse cuando atravesamos períodos de ansiedad.

En lugar de consultar el móvil nada más levantarte, centra tu atención en lo que vas a desayunar y piensa sobre lo que vas a hacer en el día

Afortunadamente, hay algunas soluciones muy sencillas para comer sano si no quieres perder tiempo, energía o el mismo apetito. En el mundo gastronómico existen atajos que simplifican mucho la preparación de platos nutritivos. Y refrescantes, ya que ahora mismo con el calor de verano, es normal que notemos que nuestro apetito disminuye. Y por nada del mundo es recomendable apostar por recetas cargadas de calorías y carbohidratos, de ahí que se aconseje comer ligero para reducir en la medida de lo posible la sensación de calor.

Establece un horario

Para quitarte el estrés de encima y que no influya en tu alimentación, lo mejor será apostar por crear una serie de hábitos que poder seguir. "Los seres humanos se sienten más cómodos si hay una serie de límites", asegura Brigitte Zeitlin, dietista estadounidense, a 'Business Insider'. "Disponer de un horario te ayudará a prevenir el estrés y la ansiedad".

No consultes redes sociales al desayunar

Por regla general, el despertador que usamos para levantarnos cada mañana suele ser el que viene instalado en el móvil. Inmediatamente después de despertarnos, seguramente acudamos a la cocina a por un buen café que nos despeje el cuerpo y despierte el cerebro. Entonces, es muy probable que caigas en la trampa de haber agarrado el móvil y ya no soltarlo: irás directo a consultar los mensajes sin leer, el correo electrónico o las redes sociales.

Foto: Dormir desnudo en pareja aumenta la segregación de oxitocina. (iStock)

Al igual que minutos antes de acostarte, quedarte pegado al móvil nada más abrir los ojos puede ser muy perjudicial para tu salud mental, Zeitlin recomienda evitar cualquier tipo de pantalla durante los primeros 30 o 45 minutos después de despertarse. En lugar de eso, céntrate bien en lo que vas a desayunar y aprovecha el tiempo para pensar en qué quieres gastar el día.

Céntrate en los nutrientes

Obsesionarse con el recuento de calorías y los elementos de los alimentos puede aumentar aún más el estrés por comer. Los expertos recomiendan centrarse en los nutrientes en vez de en la cantidad de calorías. Y en este sentido, la experta resume esta costumbre con una regla que ella llama de 'las dos Ps': de "proteína" y de "producto". Para las primeras, las opciones más aconsejables son los yogures, los huevos, el pollo, el pescado o los frutos secos. Todos estos alimentos ricos en proteínas contienen también un montón de grasas saludables.

Evita las bebidas azucaradas, el café y el alcohol, y sustituyélas por agua o té

Si eres vegano, puedes conformarte con el hummus, el tofu o las legumbres. En el segundo grupo, el de los "productos", Zeitlin engloba a alimentos sanos ricos en fibras como las verduras o frutas, y también de productos congelados frescos, como por ejemplo el pescado. En cambio, propone huir de los fritos a la sartén y otros ya preparados.

Mantente hidratado

Y más en esta época como es el verano. Esto no solo te ayudará a llevar mejor el calor y correr menos riesgos de tener síntomas de deshidratación, sino que también vendrá muy bien para el estrés. Muchísimo mejor que si optas por bebidas con alto contenido de azúcar, el café (sobra decir que la cafeína no es recomendable ni para el calor ni para el estrés) o, directamente, el alcohol, el cual debe evitarse totalmente si pretendes llevar una vida sana.

Uno de los peores efectos secundarios de sufrir estrés es la mala alimentación. Si concebimos la ansiedad como esa premurosa sensación de tener que hacer algo pero no saber el qué, un temor manifiesto por el futuro o bien puros nervios fruto de algún suceso muy relevante que está por acontecer, el cuerpo y la mente se sentirán un tanto extraños, de ahí que es posible que tus comportamientos alimenticios tengan dos variantes: o comer mucho y muy rápido (sobre todo en los días en los que siempre vas pillado de tiempo) o, por el contrario, no tener nada de hambre y sentir el estómago cerrado.

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