Piden un año de cárcel para un joven que prendió fuego a una gata

El 21 de julio de 2015, un joven de 19 años se encontraba en un garaje de la calle Goya de la localidad de Peñaflor, en Sevilla. Estaba en compañía de varias personas, entre ellas dos menores de edad, cuando vio en la calle a una gata de apenas dos meses de vida y que era propiedad de una vecina. El hombre cogió al felino y lo introduzco en la cochera.

Ahí comenzó el infierno para el animal: según la versión del Ministerio Público, el joven "propinó varios tortazos" a la gata, antes de "rociarle los ojos con colonia, pulverizar su cuerpo con aceite lubricante y prenderle fuego con un mechero". Siempre, "con una clara intención de causar daños al animal".

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Ahora, la Fiscalía de Sevilla pide un año de prisión para este joven, que está a punto de cumplir los 24 años. Le acusan de un delito contra la protección de la flora, fauna y animales domésticos, por lo que, según recoge Europa Press, solicitan un año de prisión y otros tres de prohibición de tener animales. Asimismo, se pide la "inhabilitación especial para el ejercicio de profesión u oficio relacionado con los animales" durante el mismo periodo de tres años.

Peligro de muerte

El escrito de acusación recoge lo que se encontró el veterinario cuando le llevaron a la gata herida: "Presentaba toda la cabeza quemada con herida abierta en la parte frontal del cráneo, dolor, vibrisas faciales quemadas, babeo constante, heridas abiertas en las extremidades anteriores, almohadillas quemadas y herida abierta en la escápula derecha".

La Fiscalía asegura que el acusado roció los ojos de la gata con colonia, pulverizó su cuerpo con aceite lubricante y le prendió fuego con un mechero

Para poder curar de todas esas heridas necesitó antibióticos, antiinflamatorios, calmantes y crema para quemaduras. Pese a todo, perdió parte de las orejas y su vida corrió serio peligro, aunque finalmente pudo salvarse de un trágico caso de maltrato animal.

Además de un año de prisión, la Fiscalía también reclama al joven el pago de 2.079 euros: mil euros serían como indemnización para la dueña de la gata por las lesiones y secuelas; otros mil euros corresponderían a daños morales; y los 79 euros restantes por los gastos ocasionados por la atención del veterinario y la medicación que se tuvo que administrar al felino.