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La historia del Condado de Treviño: un enclave que todos quieren poseer
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La historia del Condado de Treviño: un enclave que todos quieren poseer

Ha sido reivindicado en multitud de ocasiones por Álava, pues, aunque se encuentra rodeado por la provincia, en realidad pertenece a Burgos

Foto: El Condado de Treviño.
El Condado de Treviño.

“Hay situaciones en que me avergüenzo de pertenecer a la raza humana. No puedo creer que el impulso más noble del hombre, la compasión al prójimo, sea cuestionado”.

Coronel Dax en Senderos de Gloria de Stanley Kubrick.

A 20 kilómetros de Vitoria y un centenar de Burgos aproximadamente, hay un territorio o porción de tierra española con unos rasgos muy particulares y relativamente anómalos. Su nombre es, el de Condado de Treviño y antiguamente, durante la Baja Edad Media (1.300-1.500 d.C ) y hasta el siglo XVIII fue la ruta de tránsito natural para La Mesta como opción alternativa unas veces, principal otras, además de camino de postas hacia Europa.

Fue el Reino de Castilla en principio y más tarde La Corona en la época de los Austrias mayores, la que se hizo cargo de la famosa Legua Real hasta que esta, dependió finalmente del Ministerio de Fomento a partir de 1851; en 1870, fue cedida formalmente a la provincia de Álava. Aduciendo la pertenencia administrativa del Condado de Treviño a Burgos, los respectivos gobiernos centrales, han mantenido un recurso de inconstitucionalidad (pendiente de resolución a día de hoy) en contra del Plan General de Carreteras de la Comunidad Autónoma Vasca que en reiteradas ocasiones ha intentado acondicionar la controvertida Legua del Rey, habida cuenta la elevada siniestralidad de este peligroso tramo de la antigua nacional, trayecto que soporta más de 40.000 vehículos diarios, con un alto porcentaje de ellos de gran tonelaje, argumentando su pertenencia a la Comunidad vecina de Castilla. Paradójicamente, casi todos los vecinos compran, reciben la asistencia sanitaria de calibre en Vitoria, practican su ocio urbano en la capital alavesa, etc. Cosillas de una familia bien avenida.

La romanización pasó de puntillas por esta zona del actual País Vasco debido a su densa armadura forestal y la baja calidad productiva de sus tierra

Hay constancia que señala que durante la prehistoria, se extrajeron en la Cuenca del río Ayuda efectos tallados en sílex en la zona de Araiko. Mazos, posibles proyectiles de honderos, azadas, picos, y puntas de flechas o lanzas además de cuchillos y hachas, son testimonio de aquella larga noche de la humanidad. Más recientemente (y engarzado en el paleolítico), en Murba, situado entre las aldeas de Samiano y Torre fueron descubiertas por el Dr. Estavillo restos de poblados a cielo abierto que incluían, hachas pulimentadas cerámicas de elaborada confección y molinos manuales de uso doméstico y no comunal. También hay mucha riqueza arqueológica de largo explicar, descubierta en estos últimos años y vinculada a la Edad del Bronce. Yacimientos como los de Montico de Txarratu en Albaina; las Tejeras en Araiko; las faldas de la Sierra de Uralde dan testimonio de antiguas poblaciones de las que solo queda un recuerdo despeñado a través de la historia del tiempo.

Treviño, fundada por el rey Sancho el Sabio

La romanización pasó de puntillas por esta zona del actual País Vasco habida cuenta de su densa armadura forestal y por ende, de la baja calidad productiva (en aquel tiempo) de sus tierras en las que la umbría , las lluvias casi permanentes y oscilaciones térmicas muy ligeras, eran las propietarias de los inmensos hayedos, robledales y espesos encinares que, abrumaban por lo general a las legiones romanas con un temor reverencial hacia sus díscolos habitantes y al terrible sonido de la txalaparta resonando en lo más profundo de aquellos bosques abrazados y milenarios. La txalaparta hoy convertida en instrumento de percusión, reflejo de la ancestral cultura de aquellas latitudes del norte, en aquel tiempo se usaba como un teléfono de urgencias muy apañado que avisaba a los autóctonos de las aviesas intenciones de los invasores.

Aunque en puridad Treviño fue fundada por el rey castellano Sancho el Sabio en 1161, y repoblada por sancho VI de Navarra como defensa adelantada ante las aspiraciones de los castellanos sobre estas tierras limítrofes, razones de trueque e intereses cruzados hicieron que cayera en manos del Reino de Castilla. La lápida fundacional de la iglesia (más bien ermita) de San Juan, alerta a los descarriados aspirantes de aquellas tierras del vasallaje al rey de Navarra. De hecho, se implementó astutamente una romería por parte de los tonsurados por la cual el obispo de Calahorra, a la sazón un tal Don Aznar, concedía cuarenta días de indulgencia a todos los que acudieran a ella en el aniversario de su dedicación a los mártires Emeterio y Celedonio, lo que indirectamente era un impelente que propiciaba más si cabe, el pecado y el desvarío con el chollo de un perdón por anticipado y la oportunidad de unos cepillos a rebosar. Negocietes de la curia.

El antiguo País Vasco era impenetrable por su densa foresta, y había que ir hacia las tierras cultivables cercanas a los ríos de la zona

El siglo XIII es un momento de esplendor en el que Treviño es cortejada por el obispo de Calahorra ante la tremenda expansión demográfica hacia tierras abiertas producida por un largo periodo de paz (hasta las lindes de la Castilla de aquel tiempo), ya que el antiguo País Vasco era impenetrable por su densa foresta, y había que “tirar” hacia las tierras cultivables cercanas a los ríos convergentes en la zona. La natalidad desbocada y las bodas preliminares, generaron una atención nada casual a la iglesia, pues la recaudación por bulas y otras zarandajas llenaban las arcas de la diócesis calagurritana con ingentes entradas a causa de las dadivas de los lugareños que aspiraban a un futuro (en el más allá) algo más reconfortante y menos sufrido que en el más acá.

Es el momento del Románico Tardío que dura hasta el primer cuarto del siglo XIII para dar paso al gótico. En este paréntesis se da la mayor actividad en la construcción de monasterios, ermitas e iglesias en el que la Orden del Cister tiene mucho que decir, pues implantó buena parte de sus reales en la zona.

Fechas fundamentales

Tras el trágico ajuste de cuentas producido en 1277 por el cabreado rey castellano Alfonso X que dejó a los habitantes de Treviño más desnudos que el David de Miguel; Ángel; Simón Ruiz de los Cameros, un malvado y pérfido ricohombre, es pasto de la ira flamígera del monarca por haber facilitado el paso hacia Aragón a la reina madre y a sus nietos, los infantes de la Cerda, con los que por cuestiones sucesorias se llevaban peor que mal. El tal Simón era un pieza de cuidado y personaje bastante turbulento que hacía “manitas” con Enrique I de Navarra en temas de política ambiental; entendido este concepto hoy tan en boga como un “to pa mi”. El rey castellano que no se andaba con chiquitas y tenía un brazo articulado y telescópico como el del inspector Gadget, le echó el guante al hermanito del chamuscado y compinche de trapacerías, Fadrique de Castilla, al que ejecutó sin más preámbulos in situ una vez capturado.

Es en 1453 cuando se convierte en condado definitivamente y en el año 1646 cuando se plantea su integración en Álava por primera vez; fechas ambas muy señaladas en la historia que nos lleva. Lamentablemente, el declive demográfico (pocos bautizos y superávit de defunciones), unas tierras de secano de las que casi la totalidad debían de permanecer desactivadas de producción por un año, esto es, en barbecho, no permiten una productividad acorde con unas mínimas exigencias de dignidad, en consecuencia, la población vive en un régimen de pura subsistencia. Si a eso se le añaden la invasión napoleónica y el saqueo de vituallas para la tropa del hombre de la mano en el píloro (moriría en Santa Helena de cáncer gástrico), y además les caen encima las Guerras Carlistas, hacemos un pan como unas hostias.

Es en 1453 cuando se convierte en condado definitivamente y en el año 1646 cuando se plantea su integración en Álava por primera vez

Hacia 1833, el Condado de Treviño es incluido en la provincia de Burgos: Javier de Burgos y Olmo, senador, periodista y dramaturgo, es el artífice de la división de España en provincias, y por ello, el condado es asignado a la limítrofe provincia castellana.

El movimiento autonómico

En el segundo intento de incorporación a Álava dado en el año 1917 durante el Movimiento Autonómico; la Cámara de Comercio e Industria alavesa solicitó a una comisión extra parlamentaria vasca que incluyera el Condado de Treviño en el Estatuto. Esta iniciativa fue bien acogida por la Diputación pero la caída del Gobierno Romanones que no estaba en contra de la operación, arrastró consigo aquel sueño de incorporación. El tercer intento de reincorporación a Álava, ocurre cuando ya es tarde para la II República. En 1938-40 y en 1958, durante el período más oscuro de la dictadura militar, Treviño y La Puebla de Arganzón, emprendieron acciones para ser alaveses.

Pero la cosa no queda ahí. Un cuarto asalto para integrar en el verano del año 1940 Treviño a Álava, fracasa tras un referéndum promovido por el farmacéutico Venancio Arrieta, un hombre de derechas como “Dios manda”. Un dictamen en contra de la Academia de Historia argumentado en la continuidad histórica del control de Castilla sobre Treviño, deja el proceso de reincorporación tocado de muerte. Los diarios burgaleses calificaron a los de Treviño promotores del expediente de "rojos", así, con un par.

El Gobierno Vasco elevaría un recurso de inconstitucionalidad en 1985 en un trabado combate con la Comunidad de Castilla y León

Mientras los vecinos de Treviño por mayoría querían desagregarse de Castilla por las incongruentes trabas burocráticas, distancia y costes de desplazamiento para la resolución de los temas administrativos más elementales y también, todo hay que decirlo, por la fiscalidad más laxa en los regímenes forales, el Gobierno Vasco elevaría un recurso de inconstitucionalidad en 1985 en un trabado combate con la Comunidad de Castilla y León, que ante el Tribunal Constitucional, un año después, decidiría por mayoría rechazar en favor de la Comunidad Autónoma Castellana, que habría desplazado la capitalidad y quebraderos de cabeza que producía el alejamiento de Burgos, ni más ni menos que a Valladolid, un poquito más allá para proponerles una gimnasia sicológica adicional a los atribulados habitantes de este disputado condado.

En fin, lo de Treviño es de traca, para mear y no echar gota.

“Hay situaciones en que me avergüenzo de pertenecer a la raza humana. No puedo creer que el impulso más noble del hombre, la compasión al prójimo, sea cuestionado”.

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