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La vida después del cine porno: confesiones de una 'sex symbol' madura
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La vida después del cine porno: confesiones de una 'sex symbol' madura

La actriz Lisa Ann sorprende con una entrevista en la que detalla los comienzos de la industria en Estados Unidos y cómo ha cambiado hasta ahora

Foto: La actriz, en una convención de 2010. (Wikipedia)
La actriz, en una convención de 2010. (Wikipedia)

"En los 90, ser una 'pornstar' era totalmente diferente. Las chicas estaban más valoradas. No había muchas que quisieran ganarse la vida de esta forma, por lo que los productores trataban con mucho más respecto a las actrices que ahora. Era como grabar una película convencional, te llamaban el día anterior para preguntarte qué querías comer y se aseguraban de que solo trabajabas con actores con los que de verdad querías trabajar".

Esta es una de las reflexiones más interesantes que Lisa Ann, exestrella del cine para adultos, ha hecho en una reciente entrevista concedida a 'Ladbible', en la que ha repasado algunos de los momentos más emocionantes y decisivos de su carrera. "Siempre conocíamos al tipo antes de rodar la película. Normalmente quedabas con él para tomar un café o comer para ver si así surgía la química, y en caso contrario, la compañía se encargaría de buscar a otro. Era algo así como acudir a una primera cita para averiguar si querías tener sexo con él, era muy emocionante", explica.

Los estudios filmaban entre 30 y 50 películas por semana, lo que provocó que se convirtiera en una especie de McDonald's del sexo

Ann contrapone la escena pornográfica de aquellos años en los que debutó con la de ahora, mucho más agresiva y violenta con la figura de la mujer. Desde hace un tiempo a esta parte, diversas actrices como ella se han movilizado exigiendo sus derechos a las productoras ante los últimos escándalos de abuso sexual por parte de actores famosos (el #MeToo del porno), como lo que ocurrió con Nikki Benz, la cual denunció haber sufrido una violación mientras rodaba una película. Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan estas 'artistas del sexo' es la falta de pruebas de los supuestos delitos y la escasez de apoyo colectivo e institucional.

"Fue entre principios de los 2000 cuando se empezó a hacer agresivo", asegura la actriz. "Los estudios filmaban de 30 a 50 películas por semana, lo que provocó que se convirtiera en una especie de McDonald's del sexo. Las empresas comenzaron a hacer cosas dudosamente legales, como por ejemplo rodar escenas de ahogamiento o directamente de violencia física hacia las mujeres", señala. En este sentido, Ann indica que cuando ella debutó no permitía que en sus películas se la tratara con actitudes vejatorias, algo que por desgracia acabó ocurriendo más adelante con otras compañeras.

La llegada del porno político

Uno de los más grandes hitos en la cultura pornográfica estadounidense tiene lugar el 4 de noviembre de 2008. Sarah Palin, excandidata a la vicepresidenta de Estados Unidos, abre la puerta a dos soldados rusos que piden auxilio. Al cabo de un rato, diálogos intranscentes de por medio, deciden ir al lío y montarse un trío en el sofá. Se trata de la que quizás sea la película porno más famosa de todos los tiempos: 'Who's Nailing Palin' (cuya traducción sería algo así como '¿Quién se la está clavando a Sarah Palin?').

He hecho cerca de 300 escenas y estoy encantada de esta profesión pero ya no es lo mismo. Quiero dejarlo

Evidentemente, ninguna política estadounidense llegó a protagonizar una escena de desnudos. El extremo parecido físico de Lisa Ann con Paylin permitió dotar al 'film' de un realismo sucio que engrandeció los momentos onanistas de millones personas en todo el mundo y encumbrando a la actriz como la Milf más deseada de todo el orbe. Un título que a día de hoy sigue ostentando.

"Todavía sigue siendo mi película favorita, la mejor que he rodado", asegura Ann. "Había un grupo de reporteros, en total unas 50 personas en la sala en la que rodamos, todas tomando notas. Sabía que era gente que nunca había visto sexo en directo, y fue muy emocionante tenerla allí en un set tan pequeño. Me reí mucho al ver que se sentían incómodos y que algunos de ellos no querían estar allí. Fue realmente emocionante tener a todos tomando notas en un entorno en el cual nunca habían estado. Y todos compartíamos esa parte de la historia, esta referencia a la cultura popular que tuvo tanto éxito", relata.

Y ahora... en realidad virtual

Fue en 2014 cuando la actriz se tomó un descanso para escribir un libro y dedicarse a una nueva carrera al margen del porno como comentarista deportiva. Su ejército de fans creía que ya jamás la volvería a ver en una nueva escena, pero el año pasado la actriz sorprendió a todos al realizar dos escenas con realidad virtual. "Decidí que quería hacerlo para mis dos últimas escenas antes de retirarme definitivamente", afirma. "Una de ellas va sobre la cena de Acción de Gracias y la otra sobre las fiestas navideñas", señala.

Foto: Toda una vida en el porno. (Wikipedia)

"Es algo muy diferente de las escenas convencionales, ya que el hombre está menos metido en la escena, no puedes tocarlo o besarlo como en una de dos dimensiones", recalca Ann. "Estoy muy contenta por haberlo probado con una compañía que, además, me permitió ser parte de la toma de decisiones de la escena", aclara. Pero la estrella admite que ya ha tenido suficiente y quiere dejarlo todo atrás. "Ya no me conviene. He hecho alrededor de 300 escenas, aunque en Internet dice que 500. Estoy encantada por todo lo que me ha ofrecido esta profesión, y me siento muy feliz de acudir a los eventos de la industria, pero al mismo tiempo ya no siento lo mismo que antes".

"En los 90, ser una 'pornstar' era totalmente diferente. Las chicas estaban más valoradas. No había muchas que quisieran ganarse la vida de esta forma, por lo que los productores trataban con mucho más respecto a las actrices que ahora. Era como grabar una película convencional, te llamaban el día anterior para preguntarte qué querías comer y se aseguraban de que solo trabajabas con actores con los que de verdad querías trabajar".

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