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Los cafés de la muerte o cómo normalizar que a todos nos llegará la hora
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Los cafés de la muerte o cómo normalizar que a todos nos llegará la hora

El final de la vida es uno de los grandes tabúes de nuestra cultura. Con este tipo de eventos se pretende eliminar el miedo que se tiene a un proceso natural

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Un grupo de 15 personas se reúne en una cafetería, la mayoría de ellos no se conoce, no pagan dinero por acudir y -casi sin normas- hablan durante una hora y media sobre un tema tabú en nuestra cultura: la muerte. No se trata de una terapia de grupo, ni un lugar donde la gente va a contar sus penas o pasar su duelo, sino de un ‘Death Cafe’.

En este tipo de eventos se habla de la muerte sin un guion cerrado ni objetivos concretos, cualquiera puede acudir a él y la única finalidad es normalizar algo que es parte de la vida. Los únicos requisitos es que los grupos sean de menos de 15 personas, charlen como máximo de hora y media, se reúnan en un lugar donde se pueda hablar tranquilamente (puede ser cualquier espacio de ocio donde comunicarse en un tono moderado) y, por supuesto, es sin ánimo de lucro (cada uno paga lo que consume y el local no pertenece a los organizadores).

Los 'Death Cafe' no son establecimientos concretos donde solo se habla sobre este tema, sino encuentros puntuales en los que, en resumidas cuentas, tan solo se pretende hablar libremente de la muerte mientras se toma un café, un refresco o una cerveza. No es una forma de ayudar en experiencias personales. Tampoco se pretende llegar a ninguna conclusión, solo eliminar el tabú del final de la vida.

Los grupos son de menos de 15 personas, charlan como máximo una hora y media y los eventos son sin ánimo de lucro

“Aunque nadie quiera, todos vamos a morir y hablar de la muerte también es hablar de la vida”, explica a El Confidencial Gabriel Heras, director del proyecto Humanizando los Cuidados Intensivos (Huci), una de las instituciones que organiza este tipo de eventos. “Después de acudir a una de estas charlas mucha gente se plantea qué le queda por hacer antes de morir y sale pensado que deben hacerlo porque nunca se sabe cuando va a llegar el momento”, explica el director, que también es médico especialista en Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Torrejón.

El especialista explica que en estos encuentros no hay nadie que enseñe ni nadie que atienda, solo el organizador que trata de hacer que la charla fluya (si no lo está haciendo): “No hay un tema concreto en torno a la muerte, hay veces que la gente se pone a hablar de películas relacionadas con la muerte o filosofía. Cada café es diferente. Cada uno tiene sus propias inquietudes”. Todo depende de las personas que acudan, ya que no existe un perfil definido de asistente, puede ser “cualquiera”, destaca el directo de Huci.

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“La gente muchas veces piensa que somos una secta”, explica mientras ríe. “Cuando explicas en qué consiste dicen que no tenía nada que ver con lo que se les pasó por la cabeza. Eso sí, la mejor forma de comprobarlo es acudir a uno”, señala el médico.

El tabú de la muerte

“Probablemente en España no exista un tema de conversación que sea más tabú que la muerte”, opina el especialista. El respeto que teníamos en nuestro país a los temas relacionados con el sexo quedó atrás hace años y posiblemente esta sea la cuestión de la que menos nos gusta hablar.

“Menos de un 5% de la población española hace un documento de voluntades anticipadas y eso que tenemos la suerte de ser líderes en trasplantes a nivel mundial”, señala el especialista cómo uno de los ejemplos que muestran que no pensamos y evitamos realizar nada que tenga que ver con el final de la vida.

Inicios y lugares dónde acudir

La idea surgió en la localidad suiza de Vissoie de la mano del sociólogo Bernard Crettaz, que se inspiró en fiestas católicas como el Día de los Muertos. Así nació el denominado Movimiento Café Suizo Mortal, que tuvo su primer evento en 2004 en el restaurante de un teatro en Neuchâtel.

No hay ningún instructor en estos eventos. Cada encuentro es diferente ya que cada participante lleva sus propias inquietudes

El encuentro funcionó y en el año 2010 se organizó una de estas sesiones en París, que llegó a los oídos de Jon Underwood. Este londinense fue el impulsor definitivo de la idea por varios locales del este de Londres y a través de la página web, que dio nombre al movimiento mundial, deathcafe.com.

“Underwood se dio cuenta de que no había diálogos sobre la muerte en la población en general y, basándose en estas ideas, pensó que reunirse en torno a un café permitiría hablar de la muerte igual que de un partido de fútbol. Esto podría hacer que se socializara el concepto y que mucha gente le perdiera el miedo”, explica Heras.

Foto: Franklin Roosevelt afirmó que “la única cosa a la que debemos temer es al miedo mismo”. (iStock)

Actualmente estos encuentros se celebran en muchas partes del mundo, incluido nuestro país. Prácticamente cualquiera puede organizarlo, siempre que cumpla los requisitos ya explicados. Ciudades del norte de la Península Ibérica como Vitoria y Santander los celebran con frecuencia, y en otros lugares de España también se producen estas reuniones de manera puntual, en este enlace puede conocer todos los encuentros.

Un grupo de 15 personas se reúne en una cafetería, la mayoría de ellos no se conoce, no pagan dinero por acudir y -casi sin normas- hablan durante una hora y media sobre un tema tabú en nuestra cultura: la muerte. No se trata de una terapia de grupo, ni un lugar donde la gente va a contar sus penas o pasar su duelo, sino de un ‘Death Cafe’.

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