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Tomar paracetamol y bebidas alcohólicas multiplica el daño a tu hígado
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Tomar paracetamol y bebidas alcohólicas multiplica el daño a tu hígado

El alcohol y los medicamentos no son una buena combinación: puede provocar síntomas en nuestro organismo que nos deriven a urgencias

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Has pasado unas anginas y, aunque te encuentras mejor, sigues tomando antibióticos. Se presenta una cena con amigos que hace que te preguntes hasta qué punto puede afectar a tu tratamiento tomarte un par de copas de vino. Si bien la norma general es que leas el prospecto para ver si existe alguna contraindicación y que lo consultes con el médico o el farmacéutico, vamos a explicar cómo afecta el alcohol a tu organismo y los efectos que puede tener esta mezcla sobre tu salud.

“El alcohol se metaboliza en el hígado, principalmente por la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), y es ahí donde también se metabolizan muchos fármacos", explica el Dr. José Altamirano, hepatólogo del Hospital Quirónsalud Barcelona. "El problema al ingerirlos de manera simultánea tiene que ver con la frecuencia de consumo. Si la ingesta de alcohol es puntual, puede que no se metabolicen correctamente y se potencien las toxinas de ambos; si el consumo es crónico, puede disminuir la acción del fármaco debido al daño hepático que produce”. En algunos casos, las reacciones adversas que se producen pueden acabar llevándote a urgencias.

Si estamos tomando antihistamínicos para la alergia, "puede alterarse seriamente la función motora". Tendremos menos reflejos

En el caso de los antibióticos, la mayoría no producen ninguna reacción cuando son mezclados con alcohol, como la amoxicilina, uno de los más habituales. Aun así, puntualiza el Dr. Altamirano, “lo más prudente sería no beber. Que no sea muy probable no quiere decir que no suceda". Y añade el facultativo que "hay además otros antibióticos que pueden producir un daño severo al organismo, como el metronidazol, la cefalosporina y el ketaconazol, ya que estos afectan a cómo metabolizamos el alcohol, multiplicando los efectos, pudiéndose producir el conocido efecto antabús”. Este efecto hace referencia a la no metabolización de las bebidas alcohólicas por parte de nuestro cuerpo. Sus síntomas van desde enrojecimiento de la cara a dolor de cabeza, sudoración profusa, taquicardia, náuseas, vómitos y en ocasiones vértigo, hipotensión arterial o incluso el síncope.

Cada medicamento, un efecto

Si lo que estamos tomando es paracetamol, uno de los analgésicos más habituales, hay que tener en cuenta que no es en absoluto inocuo. “El paracetamol —explica el especialista— es un medicamento hepatotóxico, es decir, nocivo para las células del hígado, como el alcohol. Combinarlos es multiplicar el daño que le vamos a hacer”.

Con el ibuprofeno, en cambio, los daños pueden ser digestivos, al tratarse de un antiinflamatorio no esteroideo que puede producir gastritis. En este sentido, y en contra de la creencia popular, tomarse un ibuprofreno antes de irse a dormir después de haber ingerido varias copas no es un remedio adecuado a aplicar contra la resaca.

En cuanto al ácido acetilsalicílico, habitualmente usado para tratar el dolor y la fiebre, consumirlo de manera paralela al alcohol perjudica la mucosa gástrica y puede derivar en un sangrado o en una úlcera. Además, al igual que el paracetamol, es hepatotóxico y causa daños extra al hígado.

Si estamos tomando antihistamínicos para la alergia, “puede alterarse seriamente la función motora”. Estaremos mucho más torpes de lo habitual y con menos reflejos.

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Con medicinas para dormir como los barbitúricos, entraña mucho peligro, ya que "pueden potenciar el efecto depresor de nuestro sistema nervioso y comprometer seriamente nuestra vida". Relajantes musculares, benzodiazepinas (para tratar la ansiedad) y analgésicos opioides entran también en esta categoría.

Finalmente, en muchas ocasiones los pacientes se preguntan si hay alguna bebida que ocasione más conflicto que otra en cuando a interacciones con ingesta de alcohol se refiere. El Dr. Altamirano indica que "lo que genera problemas no es la bebida, sino el alcohol 'per se', de modo que las que tienen mayor graduación alcohólica son las que mayor interacción con el medicamento pueden tener".

Estos son algunos ejemplos pero, subraya el facultativo, en cualquiera de los casos “lo mejor al estar tomando una medicación es abstenerse completamente de tomar alcohol y, si hay algún tipo de duda, consultarlo con nuestro médico”.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Barcelona.

Has pasado unas anginas y, aunque te encuentras mejor, sigues tomando antibióticos. Se presenta una cena con amigos que hace que te preguntes hasta qué punto puede afectar a tu tratamiento tomarte un par de copas de vino. Si bien la norma general es que leas el prospecto para ver si existe alguna contraindicación y que lo consultes con el médico o el farmacéutico, vamos a explicar cómo afecta el alcohol a tu organismo y los efectos que puede tener esta mezcla sobre tu salud.

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