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Nadie tiene alergia al polvo: los verdaderos enemigos se llaman ácaros
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SALUD SIN MITOS

Nadie tiene alergia al polvo: los verdaderos enemigos se llaman ácaros

Existe mucha desinformación sobre estos seres microscópicos que causan alergia, asma, rinitis, conjuntivitis, etc. Desgranamos los mitos y te damos las claves para combatirlos

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El polvo es una de las principales fuentes de alérgenos en los hogares. Un conjunto de partículas prácticamente invisibles que flotan por el aire. Unas de origen vivo (escamas de piel humana, hongos...) y otras de carácter inerte (fibras de los tejidos, arena...). En este ecosistema, viven y se alimentan los conocidos ácaros que, a su vez, desprenden partículas (deposiciones) en el polvo del ambiente.

Así, en contra de la creencia popular, estos ácaros y sus restos son los que producen las reacciones alérgicas y no el polvo en general. Por tanto, hablaremos de la alergia a los ácaros, no al polvo. La Dra. Pilar Cots, alergóloga del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, nos ayuda a comprender mejor esta patología y a desterrar algunos mitos que existen sobre ella.

Ácaros: qué son y cuáles son sus síntomas

Los ácaros son unos insectos pertenecientes a la familia de las arañas. Estos animales de tamaño microscópico son causa frecuente de alergia y síntomas de asma, rinitis, conjuntivitis y también dermatitis atópica. Prefieren lugares oscuros y con humedad, por lo que suelen ser más abundantes en las zonas de costa.

“Los ácaros no penetran en el cuerpo humano, sino que desprenden unas partículas microscópicas que flotan en el aire y que, al ser inhaladas o entrar en contacto con las mucosas, producen los síntomas en los ojos, nariz, pulmones y piel de los alérgicos”, aclara la Dra. Cots. Estornudos, picor nasal o lagrimeo son los síntomas más habituales. Si padecemos alguno de ellos mientras estamos en zonas en las que hay polvo o mientras limpiamos, es probable que tengamos alergia a los ácaros del polvo.

Si sufrimos estornudos, picor nasal o lagrimeo mientras estamos en zonas con polvo, probablemente tengamos alergia a los ácaros

Uno de los principales consejos que nos da la alergóloga para combatirlos es evitar objetos que acumulen polvo y que sean difíciles de limpiar: moquetas, alfombras, peluches, libros, cortinas pesadas, muebles tapizados, cojines, papel pintado en las paredes o excesivos adornos. “Al limpiar, debemos intentar no levantar polvo barriendo o sacudiendo con un trapo o plumero. Conviene utilizar un paño húmedo para los muebles, aspirador (con filtro HEPA o de agua) y fregona para el suelo", asegura.

Estos insectos se acumulan especialmente en colchones, almohadas, sofás y cojines. La doctora considera que para prevenir riesgos debemos guardar cierta distancia de los colchones que sean de muelles, ya que favorecen la presencia de los ácaros al ser huecos por dentro. “Para mantenerlos limpios y no sufrir o minimizar los síntomas de la alergia, lo mejor es higienizarlos con un aspirador y, si es posible, ventilar y exponer el colchón y la almohada a los rayos del sol", explica la especialista.

Asimismo, el aire acondicionado y la calefacción ayudan a disminuir la cantidad de ácaros, aunque es recomendable revisar los filtros de manera regular.

Mitos a desterrar sobre los ácaros

La especialista nos da una serie de apuntes que resumen lo que deberíamos saber sobre la alergia y su impacto en nuestra salud, alertando sobre los falsos mitos más comunes:

  • "La alergia a los ácaros no es peligrosa". La realidad es que esta patología sí puede afectar a la salud, llegando a producir algunas alteraciones más severas, como episodios de asma.
  • "El polvo que viene de la calle y el que se produce en las obras también causan alergia a los ácaros". Para que los ácaros puedan sobrevivir, no pueden estar expuestos ni al sol ni a la sequedad (22ºC de temperatura y alrededor del 70% de humedad). Suelen aparecer en sitios oscuros, cerrados y húmedos. Los ácaros están en el polvo doméstico de las viviendas con estas condiciones, pero no en el polvo del exterior.
  • "Aunque tengas alergia a los ácaros, puedes tener animales de compañía en casa sin problemas". Es preferible no tener mascotas de pelo ni pluma en casa de un alérgico a los ácaros del polvo. Estos se alimentan de restos procedentes de humanos y de animales, algo que ocasiona que la población de ácaros sea mayor mientras más personas y animales haya dentro de la vivienda.
  • "La alergia a los ácaros predomina en otoño y primavera". Siempre decimos que estas dos son las peores estaciones, al ser más húmedas y lluviosas; pero lo cierto es que el alérgico a los ácaros puede estar mal en cualquier momento del año si se dan las condiciones ambientales necesarias. Un invierno lluvioso será probablemente peor que un otoño seco.
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  • "Las normas de prevención ambientales evitan la alergia a los ácaros". Los estudios demuestran que las medidas de prevención sí pueden ser beneficiosas sobre la aparición y la gravedad del asma pero, en cambio, no parecen ser muy útiles para retrasar o prevenir la aparición de la alergia en una persona previamente no alérgica.
  • "La alergia al polen en primavera produce más problemas respiratorios que la alergia a los ácaros". Los ácaros tienen un mayor impacto en los problemas respiratorios que el polen. Esto se debe a que los pólenes aparecen en el exterior en épocas muy determinadas del año, de modo que el tiempo que los respiramos es menor que el que respiramos el polvo de casa.
  • "Las alergias no se curan". Muchas personas creen que una vez que aparece la alergia es imposible curarla pero, en la actualidad, los alergólogos disponen de tratamientos eficaces para controlar los síntomas, evitar la evolución e incluso disminuir la sensibilización.

La doctora concluye que estas claves se pueden englobar en una sola: “En las enfermedades alérgicas, cuanto más rápido se llegue al diagnóstico y se inicie el tratamiento, mayores serán las probabilidades de éxito y menores las de sufrir complicaciones".

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Ruber Juan Bravo.

El polvo es una de las principales fuentes de alérgenos en los hogares. Un conjunto de partículas prácticamente invisibles que flotan por el aire. Unas de origen vivo (escamas de piel humana, hongos...) y otras de carácter inerte (fibras de los tejidos, arena...). En este ecosistema, viven y se alimentan los conocidos ácaros que, a su vez, desprenden partículas (deposiciones) en el polvo del ambiente.

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