Esto es lo que hacen Bill y Melinda Gates todas las noches
El matrimonio ha sabido compaginar su agitada vida social y llevar el equilibrio a su relación. ¿Cómo? Gracias a una actividad muy sencilla que en otras parejas es motivo de conflictos
El amor está en los pequeños detalles. Y si no que se lo digan a Bill y Melinda Gates, quienes admiten continuar tan unidos como desde el día en el que se conocieron. Ahora, 25 años después de que contrajeran matrimonio, disfrutan de una vida en común que, a pesar sus sendas agendas apretadas, les deja espacio para tener ratos de intimidad y vida conyugal.
¿Cuáles son esos "pequeños detalles" a los que ambos aluden? Según cuenta la propia Melinda Gates en una entrevista para 'Business Insider', en "lavar juntos los platos todas las noches". Su secreto para un matrimonio próspero y duradero radica en un principio muy simple: asegurarse de que la relación se encuentra en un punto equilibrado. Miss Gates ha publicado un libro en el que explica cómo la pareja gestiona el tiempo libre, a la vez que reivindica el papel de la mujer en el mundo de las grandes empresas: 'The Moment of Lift: How Empowering Women Changes the World' (o lo que se podría traducir en español como "El Momento del Ascenso: Cómo empoderar a las mujeres sirve para cambiar el mundo").
Dividir el trabajo doméstico es clave para ayudar a resolver la desigualdad de género, mejorar la pobreza e impulsar la economía
Los Gates se conocieron en 1987, cuando Melinda se unió Microsoft como jefa de producto. Una noche, en una tranquila cena de trabajo más o menos formal con más gente, se sentaron uno al lado del otro y se enamoraron. Gates le ofreció volver a quedar, pero le puso un plazo tan alto que ella no estaba dispuesto a asumir: dentro de dos semanas. Por ello, Melinda lo rechazó, ya que "no era lo suficientemente espontáneo". Él pilló la indirecta y le llamó dos horas después para anunciarla que había reservado mesa en un restaurante esa misma noche.
Ahora ambos son fundadores de la organización benéfica más grande del mundo y tienen tres hijos: Jennifer, Roy y Phoebe. A pesar de sus agotadoras y largas jornadas de trabajo, los dos dedican mucho tiempo al día para estar juntos, y para hacer algo que podrá parecer muy vulgar o convencional a cualquier otra pareja: lavar los platos. "Puede parecer trivial, pero dividir este tipo de trabajo doméstico es clave para ayudar a resolver la desigualdad de género, mejorar la pobreza e impulsar la economía, toma mucho tiempo y tradicionalmente recae en más mujeres que hombres", afirma Melinda.
Desde que estuvieron a punto de romper, fregar los platos y recoger la cocina juntos se ha convertido en una tradición en su casa
Siete años. Esta es la cifra que aporta la esposa de Gates a la hora de contabilizar el tiempo de diferencia que existe de media en "trabajos no remunerados domésticos". Por ello, añade que si las mujeres pueden reducir esta cantidad de tiempo invertido a las tareas del hogar, la productividad de su fuerza laboral se incrementaría en un 20%. Además, según agrega, "repartir las tareas puede hacer que las relaciones también se hagan más fuertes". Gates narra en su libro uno de los peores momentos de su vida en el que más sintió la distancia de Bill: el año de su embarazo del que ahora es su hijo mayor. Su esposo estaba muy ocupado y viajaba casi todos los días al ser CEO de Microsoft, lo que le dejó muy desatendida en cuidados.
Con el tiempo, y después de mucho diálogo entre ambos, la pareja aprendió a encontrar el equilibrio, y para ello hizo falta hacer cosas juntos, como lavar los platos. "Una noche me di cuenta de que pasaba una media de entre 10 o 15 minutos más que los demás en salir de la cocina una vez terminábamos de comer", asegura Melinda. "Un día me enfadé mucho y les grité '¡Nadie sale de la cocina hasta que yo me vaya!'". Desde entonces, hacer las tareas de manera conjunta se ha convertido en una tradición en su casa.
El amor está en los pequeños detalles. Y si no que se lo digan a Bill y Melinda Gates, quienes admiten continuar tan unidos como desde el día en el que se conocieron. Ahora, 25 años después de que contrajeran matrimonio, disfrutan de una vida en común que, a pesar sus sendas agendas apretadas, les deja espacio para tener ratos de intimidad y vida conyugal.