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Guía para sobrevivir a la cena de Nochebuena y que todo no acabe en caos
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Guía para sobrevivir a la cena de Nochebuena y que todo no acabe en caos

Las cenas de Nochebuena y las comidas de Navidad son un momento clave del año: las familias se reúnen y puede que, entre copa y copa, surja alguna que ora polémica

Foto: Cena de Navidad. (iStock)
Cena de Navidad. (iStock)

Las cenas de Nochebuena son el acontecimiento central de la Navidad. Pero además de esperar la llegada de Papá Noel y comer dulces de anís, estas cenas pueden suponer para aquellas familias más grandes o variopintas, un momento delicado. Pues pueden sumarse a la mesa perfiles muy diversos en todos los aspectos que, además del vínculo familiar, poco más tienen que ver.

En estos casos, y en muchos otros también, la chispa que provoca el champán o las copitas de vino, pueden jugar en contra de uno mismo provocando que se suelte la lengua y entrando al trapo de debates, que en ocasiones, se sabe que, por la personalidad del de enfrente, no se pueden ganar. Para evitar caer en esto, y en otras varias cosas, es importante seguir algunas pautas que eviten, que lo que en principio debería ser una agradable velada, se acabe convirtiendo en un caos o una batalla campal de las peores, interfamiliar.

No beber antes de ir

Es importante, al menos al principio, mantener la compostura. Por eso, es bastante relevante no beber antes de llegar a la cena. Es común en algunos lugares de España quedar con algunos amigos antes de la cena de Nochebuena para tomar unas cañas e ir calentado motores, pero esto, puede tener consecuencias si no se controla lo que se bebe o si uno, es propenso a meterse en jaleos cuando se empieza a entonar. En estos casos, una buena idea es optar por tomar un refresco y que la cerveza o el vino esperen a la cena.

Llegar un poco perjudicado a la cena puede hacer que se te suelte la lengua demasiado rápido

Esquivar indirectas

Si quieren algo, que vayan al grano. La figura del lanzador de indirectas es bastante común en las familias. Se trata de aquel que va soltando, como quién no quiere la cosa, la idea de que es el momento de que te cases, de que tengas hijos, de que cambies de trabajo o de que te lances a invertir en un proyecto nuevo. Si realmente está convencido de que lo que te dice es una buena idea, que se esfuerce por dejarlo claro de manera directa. Mientras sean indirectas, puedes esquivarlas y tener la noche en paz.

Respuestas estándar

Hay conversaciones en las que puede que no te apetezca entrar o simplemente, de las que pases. Sin embargo, quedarte callado o callada mientras piensas en tus cosas puede que no guste a tu familia. Para afrontarlo, lo mejor es sumarte a la estrategia 'cuñadil' y optar por respuestas estándar que den a entender que te estás enterando de todo aunque en realidad, tenas la mente en las copas que te vas a tomar después con tus colegas. Dependiendo del transcurso de la charla, puedes optar por algunas de estas:

  • "Eso es como todo"
  • "La vida es así"
  • "¿Qué le vamos a hacer"
  • "No somos nadie"
  • "Siempre se van los mejores"
  • "Por lo menos tenemos salud"
  • "El tiempo todo lo cura"
  • "Para la próxima ya has aprendido"
  • "De todo se aprende"
  • "Siempre hay gente que está peor"

Temas tabú

Además del dinero y las herencias, dos clásicos que hay que evitar en cualquier comida o cena familiar, este año la actualidad está calentita con temas polémicos (si no todos los que están en la mesa tienen la misma opinión) que seguro que a tu cuñado le apetece comentar. Sin embargo, en tu mano está esquivar la conversación o desviarla hacia algo menos conflictivo. Algunos de los temas que seguro que salen y que pueden generar pequeñas reyertas son: la exhumación de Franco, el auge del feminismo, las supuestas denuncias falsas, la aparición de Vox como fuerza parlamentaria con representación o los políticos presos en Cataluña.

Ibuprofeno y Almax

Hay familias que tienen cenas tranquilas en las que se escucha el hilo musical de fondo. Sin embargo, en la mayoría de las casas, en Nochebuena se cruzan los gritos de la abuela preguntando si alguien necesita algo más con los de los tres niños pequeños que juegan al 'pilla pilla' y los del tio de turno que decide brindar para celebrar que todo el mundo ha llegado entero a la Navidad.

Este jaleo, junto al posible empacho al que se puede llegar si se hace caso a todos los miembros de la familia y se acaba probando todos y cada uno de los pasteles que se han llevado a la cena, pueden provocar que necesites un empujoncito para coger fuerzas antes de salir a tomarte una copas, así que, por lo que pueda pasar, siempre es útil llevar en la chaqueta algún antiácido e ibuprofeno. Serán los dos aliados definitivos de la Navidad.

Las cenas de Nochebuena son el acontecimiento central de la Navidad. Pero además de esperar la llegada de Papá Noel y comer dulces de anís, estas cenas pueden suponer para aquellas familias más grandes o variopintas, un momento delicado. Pues pueden sumarse a la mesa perfiles muy diversos en todos los aspectos que, además del vínculo familiar, poco más tienen que ver.

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