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Qué pasa de verdad durante la anestesia: no estás dormido del todo
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Qué pasa de verdad durante la anestesia: no estás dormido del todo

Una de las grandes pesadillas es despertarte durante una operación. Es mejor no pensarlo, pero quizás estemos más conscientes de lo que pensamos

Foto: Foto: iStock.
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Imagina que un día, en medio de una operación quirúrgica, la anestesia falla y te despiertas. Comienzas a sentir cómo los bisturís rasgan tu carne y las pinzas separan los tejidos para que el cirujano pueda acceder al interior de tus vísceras. Una imagen más bien propia de las películas gore que de la realidad. Ante todo, tranquilidad. La sanidad pública española es una de las mejores del mundo y cuenta con grandes profesionales muy preparados que no permitirían que nada de eso ocurriera.

Pero, ¿y si realmente lo que provoca la anestesia sea una especie de olvido necesario del dolor? Es decir, ¿qué pasaría si en el escenario quirúrgico fueras consciente de todo, pero una vez pasada la operación y tras haber remitido el efecto del fármaco, fueras incapaz de acordarte de nada? Esto es lo que están debatiendo un equipo de médicos finlandeses de la Universidad de Turku. Ellos creen, a raíz de sus investigaciones, que si bien no es cierto que no se pierda la plena consciencia, el cerebro pierde los registros de memoria del suceso, de ahí que cuando despierte no tenga constancia de nada.

La mayoría de los pacientes confesaron a los doctores que tenían ensoñaciones muy vívidas y profundas al estar inconscientes

"El cerebro funciona mucho más de lo que pensamos durante la anestesia general", afirma Harry Scheinin, doctor del Hospital Terveystalo Pulssi, a 'The New York Post'. La investigación se realizó a partir del escaneo de los cerebros de los pacientes a los que se les había administrado determinadas dosis de un antestésico y se realizaron varios experimentos para ver cómo respondían a los estímulos físicos y exteriores. Todos estos ensayos y pruebas serán publicados en el número de julio de la revista científica 'British Journal of Anesthesia'.

En la primera prueba, sacudieron el cuerpo de los voluntarios como si despiertas a alguien de un sueño muy profundo, además de vociferarles a voz en gri. La mayoría de los pacientes confesaron a los doctores que mientras estaban inconscientes tenían ensoñaciones realmente vívidas. "Es posible que la anestesia general sea más similar a un estado de sueño que lo que los expertos pensaron en un primer momento", agrega Scheinin al respecto.

La conciencia no se pierde casi nunca, solo se pierde la memoria del suceso

En el segundo experimento, los investigadores realizaron estruendosos y molestos sonidos a los participantes mientras estaban anestesiados, y repitieron el proceso una vez disminuyó el efecto. Al final, llegaron a la conclusión que el cerebro procesa sonidos mientras está dormido. Para constatarlo, se realizó un segundo estudio en el que los pacientes escuchaban frases reproducidas digitalmente con palabras extrañas al final. Según Scheini, cuando una persona que está totalmente despierta escucha una palabra en una frase que no viene nada a cuento, el cerebro emite una reacción.

Pues bien, los escáneres cerebrales mostraron un pico al final de dichas frases, lo que sugiere que el cerebro escucha y procesa la información a pesar de estar inconsciente. "La consciencia no se pierde casi nunca", asegura Allan Leslie Combs, director del proyecto del Instituto de Estudios de la Consciencia de California, a 'Live Science'. "Es bien probable que una persona no pierda del todo el conocimiento, sino que simplemente pierda la memoria del suceso". A pesar de todo, a la hora de hacer los estudios se empleó una anestesia ligera, por lo que podría resultar diferente en dosis más altas.

Imagina que un día, en medio de una operación quirúrgica, la anestesia falla y te despiertas. Comienzas a sentir cómo los bisturís rasgan tu carne y las pinzas separan los tejidos para que el cirujano pueda acceder al interior de tus vísceras. Una imagen más bien propia de las películas gore que de la realidad. Ante todo, tranquilidad. La sanidad pública española es una de las mejores del mundo y cuenta con grandes profesionales muy preparados que no permitirían que nada de eso ocurriera.

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