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La sorprendente razón por la que deberías casarte o vivir en pareja
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La sorprendente razón por la que deberías casarte o vivir en pareja

Aunque el número de matrimonios ha disminuido con la crisis y se apueste más por las parejas de hecho, quizás deberíais haceros esta pregunta antes de tomar una decisión

Foto: ¿Vais a dar el paso? Nada os inspirará más que una película antes de dormir. (iStock)
¿Vais a dar el paso? Nada os inspirará más que una película antes de dormir. (iStock)

"Ni te cases ni te embarques". Parece que esta famosa frase popular tiene gran peso entre la población española. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de parejas que contrajo matrimonio el año pasado se redujo en un 2,2% respecto al año anterior. Los datos revelan que desde el comienzo de la crisis cada vez son menos las parejas que se atreven a dar el paso. Aunque la cifra fluctúa año a año sin grandes variaciones, el porcentaje de matrimonios ha caído un 17,28% desde 2007. La edad media a la que se casan los hombres españoles es algo tardía, comparada con épocas pasadas: los 37,8 años; mientras que ellas lo hacen dos años más jóvenes, a los 35.

Muchos entienden que quizás no es el momento o no ven la necesidad de comprometerse en una empresa tan decisiva. Sobre todo, debido a su situación financiera. De ahí que el número de matrimonios oficializados por la Iglesia o el juzgado se haya reducido y las parejas de hecho que se mudan a vivir juntas sin ningún compromiso a largo plazo haya crecido. En este caso, el plan de compartir piso y vivir juntos sin firmar nada ni estar atados a una unidad económica familiar parece ser la opción que más triunfa entre las parejas. Pero, como todo, tiene sus pros y sus contras.

Las dificultades económicas para encontrar un piso para uno solo puede deparar graves problemas para ambas partes

Dos son mejores que uno para pagar el alquiler. Algo obvio, pero que muchas veces puede salir bastante mal en caso de que entre los dos las cosas no vayan demasiado bien. Con la subida de los precios del alquiler y de las hipotecas, sobre todo en las grandes ciudades, se da el caso de muchas parejas que aun sabiendo que su gran época de romance ya pasó hace tiempo, siguen viviendo juntas porque no encuentran nada mejor en el mercado inmobiliario. Al no poder irse cada uno por su lado a otro piso (la consabida frase de "darse un tiempo para estar solos"), la situación deriva en un 'impass' vital y existencial para ambos que no admite una separación real, sino una mera convivencia en la que ya no quedan apenas esos apasionados momentos que antes estaban a la orden del día, sino más bien la ley del desgaste amoroso, aguantar el mal trago hasta que aparezca una salida conveniente a toda la situación.

Es como si existiera una conspiración por parte de inmobiliarias y propietarios para reducir el número de separaciones y que a las parejas no les quede más remedio que soportarse a pesar de ya no estar hechos el uno para el otro como antes. La dificultad para encontrar un piso para uno solo, por pequeño que sea, puede deparar graves problemas para ambas partes. Si uno de los dos decide marcharse y vivir solo, seguramente tenga que afrontar altos costes, tanto económicos como emocionales. La autoestima se resentirá, ya que implica una vuelta atrás que se debe encarar con estoicismo y decisión para salir del paso. Por otro lado, si la pareja decide continuar a pesar de ya no tener nada en común más que la cuenta de gastos del mes, todo ello puede derivar en una suerte de relación tóxica muy peligrosa que puede convertirse en un callejón sin salida.

Foto: Con lo que ahorras, te da para un perro y la suscripción de Netflix. (iStock) Opinión

¿A que la idea de vivir juntos como pareja de hecho ya no parece tan buena? En las relaciones, aunque no te cases ni te embarques, parece flotar la angustia de tener que ceder ante una serie de principios no escritos, como el hecho de vivir juntos o compartir gastos, que a la larga se convierten en una pesadilla si realmente te has equivocado con la elección de la persona. Es como si todas esas relaciones adultas estuvieran amparadas por el gran ojo del mercado que hace que la decisión de irse a vivir juntos, compartir gastos o casarse ya fuera una especie de trampa, algo de lo que arrepentirse en el futuro, cuando el amor y la pasión se apaguen y no os quede más remedio que aguantaros el uno al otro por miedo a afrontar un problema demasiado grande a nivel económico y emocional.

En Estados Unidos parecen estar aprendiendo la lección. Un estudio publicado en el 'Journal of Financial Planning' sugiere que compartir piso con tu pareja puede ser el "beso de la muerte financiera". El argumento que más esgrimen es la inestabilidad, la caducidad de la relación o la falta de protección legal al no estar casados pero vivir juntos. "Los que se casaron disfrutan de principios legales que dividen sus activos por igual en el momento de la separación", avisa Cassandra Dorius, una de las principales autoras de la investigación en 'The New York Post'. "Para el caso de las parejas de hecho, es recomendable que alcancen acuerdos de cohabitación por los cuales se repartan los bienes en el caso de que la relación termine".

Antes de acordar vivir juntos, debes hacerte la siguiente pregunta: "¿Puedo permitirme vivir una vida por mi cuenta sin la otra persona?"

El estudio también señala que las parejas de hecho gastan de forma diferente a las casadas. Las casadas son más propensas a invertir en hipotecas, automóviles o en la misma jubilación, mientras que aquellas que viven juntas sin acuerdo matrimonial lo emplean en cosas que reporten una utilidad para ambos, ya sean vacaciones, muebles y más ocio.

Robin Lalley, abogada de derecho familiar, aconseja tener una conversación real y honesta sobre aquellas preguntas financieras verdaderamente difíciles de responder, como la más típica y que se te tiene que pasar por la cabeza en el momento en el que acuerdas vivir con alguien: "¿Puedo permitirme vivir una vida por mi cuenta sin la otra persona?". La pregunta tiene un fondo egoísta, ya que se supone que cuando una pareja inicia una vida juntos la ilusión impera sobre la razón; sin embargo, es del todo crucial para que luego no ocurra lo que ha terminado pasando a muchos.

"Ni te cases ni te embarques". Parece que esta famosa frase popular tiene gran peso entre la población española. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de parejas que contrajo matrimonio el año pasado se redujo en un 2,2% respecto al año anterior. Los datos revelan que desde el comienzo de la crisis cada vez son menos las parejas que se atreven a dar el paso. Aunque la cifra fluctúa año a año sin grandes variaciones, el porcentaje de matrimonios ha caído un 17,28% desde 2007. La edad media a la que se casan los hombres españoles es algo tardía, comparada con épocas pasadas: los 37,8 años; mientras que ellas lo hacen dos años más jóvenes, a los 35.

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