Este japonés es una estrella porno y cuenta todos sus secretos

Taka Kato lleva toda la vida dedicándose al porno. A sus 59 años, ha vivido lo suficiente como para poder escribir varias biografías sobre su experiencia en el cine para adultos. El veterano actor anunció en 2013 que ya nunca más se volvería a quitar la ropa delante de una cámara. Con más de 10.000 vídeos en su haber y tras haberse acostado con muchísimas mujeres, Kato asegura estar preparado para envejecer y comenzar una nueva etapa.

La que es una de las estrellas porno más importantes del país y uno de los pioneros dentro de la industria se siente satisfecho con su carrera. Así lo asegura en una entrevista concedida al canal de YouTube Asian Boss, por el que también pasaron actrices muy importantes (y más jóvenes), como Emiri Okazaki. En dicha entrevista, el actor repasa su carrera desde que empezó. Se mudó a Tokio y buscó un sitio en el que trabajar como cualquier chico de su edad.

No conocía a nadie en Tokio, estaba muy solo. Además gasté todo mi dinero en muy poco tiempo y me arruiné

"Comencé en 1987. Empecé en la industria como asistente de director. Dejé mi ciudad natal y mi carrera. En esa época, nadie era capaz de rechazar un trabajo. Dejé mi casa sin mucho dinero en los bolsillos y me dirigí a un Tokio caro y apabullante, lleno de actividad", confiesa. "Al final, me arruiné y gasté todo mi dinero en poco tiempo. Me sentí traicionado por la ciudad. No le conté nada a mi madre, pero ella sabía que algo malo pasaba porque dejé de llamarla y lo intuyó. Tampoco conocía a nadie en Tokio, estaba muy solo. Entonces, mi madre me mandó dinero, y algo cambió dentro de mí, me di cuenta de lo difícil que era ganarse la vida".

Kato reconoce que su madre le salvó en esos momentos tan duros por los que pasó: "Tuve que encontrar cualquier trabajo para devolverle el dinero, por lo que comencé en la industria del cine y el vídeo porque supe que pagaban de forma diaria". Además, observa, "era mucho más cómodo que otros trabajos con horarios bastante rigurosos". Como tenía 28 años, le dijeron que ya estaba viejo para rodar (menuda ironía) y le colocaron al otro lado de las cámaras, como asistente de dirección.

"La industria del cine no es lo tuyo", le dijeron, según cuenta en la entrevista con Asian Boss. "Sin embargo, hay unas cuantas productoras porno en Tokio a las que les podrías interesar, igual tienes suerte". Kato estaba tan desesperado y falto de dinero que accedió; además, en esa época el porno no era tan popular como ahora. Así es como comenzó como asistente de director. Pronto, un compañero le dio las instrucciones para ser buen actor porno y le animó para, esta vez, ponerse delante de las cámaras.

"Yo era muy pudoroso, y en el primer vídeo que hice no mostré ni mi cara ni mi cuerpo totalmente desnudo", asegura. ¿Cómo fue su primer vídeo porno? "Me presenté antes a las actrices con las que iba a rodar. Quedé con ellas y estuvimos conociéndonos y hablando en plan amistoso. Luego, nos acostamos. No fue nada especial, pero salió bien. A partir de ahí, tuve muchos más papeles y después de tres meses, mi agenda estaba llena de compromisos y cosas que hacer".

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A Kato se le conoció en la industria como "Goldfinger", un apodo bastante curioso (fusión entre las palabras "oro" y "dedo" en inglés). Ya puedes imaginar por qué. "No me gustaba nada ese mote. Alguien me lo puso, no fui yo. Nunca me habría llamado así", señala. Los círculos de la industria afirman que fue él quien inventó el género del 'squirting'. "Ese mote apareció porque hubo gente que vio mis vídeos y pensaron que era yo el pionero en ese tipo de porno. La palabra 'squirting' ya existía antes de que empezara yo a grabar", confiesa, aunque por la edad que tiene ahora no está muy claro si se usaban esos términos hace 40 años.

Los adolescentes no tienen la formación sexual adecuada, ven películas absurdas que les ponen en el instituto

En 1998, se casó con una actriz de su mismo gremio. Ante la pregunta de si hay o hubo celos en su relación, Kato reconoce que no. "No me importaba que se acostara con otros hombres. Nunca querría ser un hombre celoso, y menos con ella". Además, recuerda uno de los momentos más emotivos de su vida, el día en que su padre murió: "Dos días después de mi jubilación, mi padre murió. Lo hizo en mis brazos, mientras le preguntaba: '¿No te preguntas si pudiste hacer algo más? ¿Qué hay en tu lista de cosas pendientes por hacer?'. Entonces, no me di cuenta de que esas preguntas me las estaba haciendo a mí mismo. Me pregunté si había logrado hacer algo propio de un hombre honesto. Cuanto más lo pensaba, más me daba cuenta de que estaba muy cómodo económicamente. Sin embargo, había perdido toda la fuerza de la que solía hacer antes gala", recuerda con emoción.

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Los planes de futuro de Taka Kato no están muy claros. Aunque sí tiene clara una cosa: quiere enseñar educación sexual a los más jóvenes. "Los adolescentes no tienen la formación sexual adecuada, ven películas absurdas sobre reproducción que les ponen en el instituto y en las que salen mujeres embarazadas. Como si la única función del sexo fuera esa. Nada relacionado con el acto real de practicar sexo". Además, advierte que estas políticas de educación en su país revierten en grandes problemas para la sociedad: "Hay muchos fetiches sexuales que no están reconocidos. Por ello, la sociedad se reprime y no se entiende sexualmente, y todo acaba derivando en vidas sexuales insatisfechas o algo peor: en crímenes". Tras esta entrevista, Kato salda una deuda con su pasado y está preparado para envejecer como uno de los actores porno pioneros de su amado Japón.