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"Lo importante no es el dinero, es la curiosidad": habla una estrella del porno
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"Lo importante no es el dinero, es la curiosidad": habla una estrella del porno

Emiri Okazaki tenía 21 años cuando decidió rodar su primera película. Ahora, seis años después, ha concedido una entrevista para hablar de sus mejores y peores momentos

Foto: Emiri Okazaki en una entrevista en YouTube para 'Asian Boss'. (YouTube)
Emiri Okazaki en una entrevista en YouTube para 'Asian Boss'. (YouTube)

Una vez que las cámaras se apagaban y el equipo de rodaje abandonaba la habitación, Emiri Okazaki cierra las cortinas de su apartamento en Tokio y rompe a llorar sobre las sábanas. Tan solo tenía 21 años cuando emprendió una carrera meteórica en el mundo del cine para adultos. Harta de su vida de focos y sudor, decidió apartarse para siempre de la mirada lasciva de los otros. Seis años después, ha hablado de nuevo y se ha puesto delante de las cámaras, pero esta vez no para desnudarse, sino para analizar cómo ha sido su vida hasta el momento y qué espera del futuro.

"Sentí que no llegaría a ningún lado y que estaba equivocada", cuenta la joven para una entrevista en el canal líder de audiencia en el país asiático, Asian Boss, transmitido a través de YouTube. "Sentí que cuanto más mayor me hacía, mi carrera se iba a estancar". Así resume la actriz las razones de su fulminante entrada en el mundo pornográfico. Okazaki rodó su primera película a los 21 años, en 2011. Una sesión que se extendería durante dos días de 12 horas, detalló. El día de su primera vez, su agente la recogió y la llevó a una reunión con el director para confirmar "lo que podía o no podía hacer".

Me sentí mal por mis padres. Los problemas familiares me afectaron muchísimo mental y anímicamente

Esa noche, después de rodar, lloró por primera vez. "Es difícil de explicar, pero fue como si muchas emociones me golpeasen a la vez", reconoce en unas declaraciones recogidas por 'The Daily Mail'. "Al igual que yo, veía a muchas chicas llorar al final de las sesiones". Mostrar tu cuerpo así de buenas a primeras delante de una cámara y aceptar que miles de personas te ven desde sus ordenadores no parece nada fácil de llevar.

"En mi caso, imaginaba que no era verdaderamente yo, sino una actriz que interpretaba su papel en una película", confiesa. "Por lo que una vez terminé y llegué a casa, de repente, comencé a llorar. Tenía un duro cóctel emocional. Ni si quiera sabía realmente por qué estaba llorando". Emiri, que abandonó la industria y ahora tiene su propio negocio de belleza, reveló que estuvo trabajando con actrices de diversas procedencias, incluidas de familias con un gran poder adquisitivo que habían estudiado en "prestigiosas universidades".

Okazaki admite que no entró en el porno por estar atravesando una mala racha económica, al igual que muchas de sus compañeras de rodaje. "Dicen que una parte de los motivos es para ganar mucho dinero rápido, pero la razón principal es porque sientes una curiosidad tremenda", afirma. Okazaki reveló cómo llegaron a pagarle 6.000 dólares por rodaje (unos 5.029 euros) por cerca de 28 películas por mes.

Sin embargo, su carrera le costó cara en términos afectivos. Su progenitora le dejó de hablar durante seis meses después de descubrir que estaba trabajando en la industria pornográfica y la madre de su novio estaba tan avergonzada que intentó poner fin a su relación de cualquier manera. "Me sentí un poco culpable, aunque en el fondo de mi corazón sabía que no estaba haciendo nada malo", argumenta. "Me sentí mal por mis padres, aunque en todo momento sabía que era mi decisión". Su madre bloqueó sus llamadas y se negó a verla durante seis meses. "Los problemas familiares me afectaron muchísimo mentalmente", declara. "Estaba más agobiada y preocupada por mi madre que por mi trabajo".

Foto: La exactriz porno también ha trabajado de camgirl. (Wikimedia Commons)

Finalmente, su madre la llamó. "Nunca entenderé tu carrera ni te apoyaré, pero eres mi hija y eso nunca cambiará. Así que de ahora en adelante, no quiero saber nada de tu trabajo", resolvió. "A partir de ahora empezamos de cero". Para ella, tener sexo en la vida real y en el porno es algo "totalmente diferente". La gente piensa que las estrellas porno son buenas por naturaleza en el sexo. Pero creo que eso es falso. Son buenas actrices, pero no en la cama. Algo que también ocurre con los hombres".

La estrella decidió abandonar la industria en 2016 después de sentir que había alcanzado el nivel de éxito que se propuso en sus inicios. Describió cómo amigos y familiares que la despreciaron en su día volvieron a retomar contacto con ella. Si tuviera que dar un consejo a chicas que tienen duda sobre vincularse a la industria, ella aconseja: "Esto puede sonar muy obvio, pero cuanto más joven eres, menos piensas en las consecuencias. Por ello, reflexiona. He visto a muchísimas chicas arrepentirse de haberlo hecho".

Una vez que las cámaras se apagaban y el equipo de rodaje abandonaba la habitación, Emiri Okazaki cierra las cortinas de su apartamento en Tokio y rompe a llorar sobre las sábanas. Tan solo tenía 21 años cuando emprendió una carrera meteórica en el mundo del cine para adultos. Harta de su vida de focos y sudor, decidió apartarse para siempre de la mirada lasciva de los otros. Seis años después, ha hablado de nuevo y se ha puesto delante de las cámaras, pero esta vez no para desnudarse, sino para analizar cómo ha sido su vida hasta el momento y qué espera del futuro.

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