Es noticia
Kittenfishing o cómo te suelen engañar cuando ligas con una aplicación
  1. Alma, Corazón, Vida
las claves para prevenirlo

Kittenfishing o cómo te suelen engañar cuando ligas con una aplicación

La necesidad de transmitir una buena imagen entre los usuarios de estas herramientas puede conducir a prácticas poco lícitas

Foto: Antes de ilusionarte investiga a tus candidatos. (iStock)
Antes de ilusionarte investiga a tus candidatos. (iStock)

Los nuevos métodos para encontrar pareja o vivir una aventura pasajera han traído también una larga lista de neologismos. Si cuando ligábamos en el bar o en la discoteca se hablaba de ‘pagafantas’, ‘sujetavelas’ o de ‘que te hicieran la cobra’, con las aplicaciones de citas ha surgido un nuevo vocabulario que merece la pena conocer antes de adentrarse en este mundo: ‘breadcrumbing’ (contactar a alguien de forma intermitente para mantener su interés sin llegar a nada), ‘benching’ (quedar relegado como plan B) o ‘ghosting’ (bloquear a una persona en redes sociales y aplicaciones de mensajería para desaparecer sin dar explicación) son algunos de estos ejemplos que demuestran cuán complejas se están volviendo las relaciones por causa de las nuevas tecnologías.

Foto: Desaparecer sin dejar rastro, como si la relación nunca hubiese existido. (iStock)

Si hace unos años el número de parejas potenciales se limitaba a aquellas personas que conocíamos en nuestra actividad diaria (trabajo, amistades, aficiones, etc.), a través de Tinder, Badoo o Lovoo los usuarios tienen la posibilidad de contactar con miles de solteros que llevan ya puestos el cartel y que no tienen ningún pudor en mostrar su deseo de entablar algún tipo de contacto con un desconocido.

Frente a tanta oferta, la gente pasa solo unos segundos contemplando un perfil antes de arrastrarlo (‘swipe’) hacia la izquierda (rechazado) o a la derecha (aceptado) de la pantalla y pasar al siguiente candidato. Por dicho motivo, muchos se esmeran en conseguir una imagen personal cuidada que capte automáticamente la atención de los demás. Con este fin, algunos sujetos llegan a fabricar, a través de fotografías y datos ajenos, identidades 'online' completamente falsas con las que asegurarse el interés de sus objetivos.

Estas personas no se están haciendo ningún favor. Muy al contrario, están perdiendo posibilidades si buscan el amor

Esta práctica que recibe el nombre de ‘catfishing’, tiene una versión más sutil, que una importante número de usuarios reconoce haber sufrido o incluso practicado. ¿En qué consiste el ‘kittenfishing’ y cómo podemos detectarlo?

¿Apariencia o embuste?

El concepto fue acuñado por el portal para encontrar pareja Hinge, y de manera resumida define la tendencia de mostrarse uno mismo con una apariencia demasiado positiva y alejada de la realidad. Las técnicas para conseguir este cambio van desde emplear fotografías del pasado donde el individuo aparece más delgado, más joven y con menos arrugas, a imágenes muy retocadas o variaciones en los datos relativos a la edad, la altura, las aficiones o la formación.

“Estas personas no se están haciendo ningún favor a sí mismas. Muy al contrario, están perdiendo posibilidades si están buscando el amor, al tiempo que hacen daño también a otros individuos”, afirma la experta en relaciones de pareja Nikki Leigh a ‘The Independent’.

Con el botón derecho del ratón, pulsa sobre la imagen del pretendiente y selecciona “buscar en Google” para intentar hallar información adicional

Hinge cuenta en un artículo de su página oficial un ejemplo de ‘kittenfishing’ desde la historia personal de una usuaria. Katie, una neoyorkina que había empezado a utilizar estas aplicaciones tras una ruptura sentimental, relata su aciaga experiencia con su primera cita: “Odio ser esa tipo de chica a la que tanto le importa la estatura, pero soy alta, y encima esa noche llevaba tacones, lo que me hacían medir más todavía”. Ben, la cita de Katie, aseguraba en su perfil que su altura era de 1,90, cosa que claramente no cumplía en persona. La mayor sorpresa llegó, sin embargo, en el momento de establecer una conversación: “Tenía una forma de ser muy aburrida. ¡Era tan divertido por chat! No sé qué demonios ocurrió, pero me sentí totalmente engañada. Me pregunto si fue otra persona la que escribió su biografía”, asegura Katie.

Según la encuesta realizada por Hinge entre sus clientes, un 38% de los usuarios masculinos habrían pasado por una situación similar a la de esta chica, el número se reduce a un 24% para ellas. Sorprende comprobar cómo los hombres parecen más honestos a la hora de crear sus perfiles. Más asombroso es, incluso, constatar que ellos tienen la posibilidad de ser víctimas del ‘kittenfishing’ en más de 1 de cada 3 citas; 1 de cada 4 en el caso de ellas.

Técnicas para detectarlo

¿De qué manera podemos saber si la otra persona no nos está contando toda la verdad? Algunas aplicaciones están copiando las costumbres de las antiguas agencias matrimoniales e invitan a los usuarios no solo a colgar fotografías, sino a grabar un vídeo donde se pueda apreciar tanto la apariencia física como otros rasgos significativos, por ejemplo el tono de voz o los gestos.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Si poseemos algún dato adicional, no es una mala idea ‘googlear’ a nuestro pretendiente. En los casos en que carecemos de información relevante, podemos, incluso, pulsar sobre su imagen de perfil con el botón derecho y seleccionar “buscar en Google” para revisar si el popular ‘browser’ es capaz de ofrecernos algún dato adicional.

La línea que existe entre mostrar nuestra mejor imagen y la mentira es bastante delgada. La recomendación por parte de la mayoría de expertos es la de ser honestos. A pesar de que tengamos que afrontar nuestras inseguridades, hay que considerar que una de las cosas que más indignación crea en la gente es, precisamente, que la engañen. A la larga, la imagen de fábula que hemos construido con esmero puede convertirse en el gran obstáculo que nos impida establecer el tipo de lazos que andamos verdaderamente buscando.

Los nuevos métodos para encontrar pareja o vivir una aventura pasajera han traído también una larga lista de neologismos. Si cuando ligábamos en el bar o en la discoteca se hablaba de ‘pagafantas’, ‘sujetavelas’ o de ‘que te hicieran la cobra’, con las aplicaciones de citas ha surgido un nuevo vocabulario que merece la pena conocer antes de adentrarse en este mundo: ‘breadcrumbing’ (contactar a alguien de forma intermitente para mantener su interés sin llegar a nada), ‘benching’ (quedar relegado como plan B) o ‘ghosting’ (bloquear a una persona en redes sociales y aplicaciones de mensajería para desaparecer sin dar explicación) son algunos de estos ejemplos que demuestran cuán complejas se están volviendo las relaciones por causa de las nuevas tecnologías.

Relaciones de pareja Tinder
El redactor recomienda