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¿Tu hijo es un genio? Todas las señales lo apuntan (y tú no te das cuenta)
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10 RASGOS PARA IDENTIFICARLO

¿Tu hijo es un genio? Todas las señales lo apuntan (y tú no te das cuenta)

¿Tu hijo no presta atención, es un rebelde, cuestiona tu autoridad y es muy sensible? Quizá sea superdotado y tú no lo sepas

Foto: Niño superdotado
Niño superdotado

Genios superdotados

Siempre se dice que "un genio nace y no se hace". Einstein, Picasso o Mozart, fueron genios de su época que se diferenciaron de los demás desde muy pequeños. Los investigadores recomiendan prestar atención a los patrones de niños superdotados para captar esta capacidad cuando tienen entre 3 y 8 años y actuar en consecuencia. Nosotros te presentamos los principales rasgos a los que debes prestar atención.

Muchas veces, los síntomas que presenta un niño superdotado no son los que creemos. Que saquen buenas notas, estén atentos en clase, sean sociables y simpáticos u obedientes nada tiene que ver con que sean unos genios. Tener un cociente intelectual superior a 130 a veces se confunde con la falta de atención y la hiperactividad. La tarea esencial de los padres es identificar las señales, descubrirlo y potenciar las capacidades de sus hijos. Se pueden notar ciertos rasgos en los niños desde sus primeros meses de vida, pero no es hasta los 5 años cuando es posible hacer un diagnóstico completo sobre su cociente de inteligencia, por lo que el consejo es que ante la mínima sospecha se coja las riendas del asunto, y se busque apoyo psicológico.

Los niños con estas habilidades, presentan una personalidad muy paradójica, explica la psicóloga Carmen Sanz, directora de eMS (El Mundo superdotado), pues “su estructura cognitiva es muy diferente a la del resto de la población”, aunque son algunos rasgos bastante sencillos los que pueden dar las primeras señales a los padres.

Aprenden a leer muy pronto

¿Lee las cajas de los cereales, letreros y escaparates cuando vais por la calle? Los padres que perciban que su hijo tiene este tipo de perfil deberán tomar algunas decisiones. Deben acudir al centro educativo o a los profesores para pedir orientación. Seguramente después de observar y analizar el caso, el centro recomendará un especialista y así recibirá la atención necesaria y toda la orientación posible.

Les gusta estar con niños mayores

Está mejor con niños con más edad por la sencilla razón que se sienten más identificados con alguien más mayor. Prefieren jugar con ellos y no hay ningún problema en que se relacionen con los más mayores. Si eso hace que el niño sea más sociable, se integre y no se abstraiga será mucho mejor. Aunque es cierto que no es bueno segregar, es conveniente que estos niños reciban una atención especial. Se recomienda que los niños vayan a una escuela normal, pero que inviertan más horas de estudio semanales que los demás en programas de aprendizaje enriquecidos.

Son despistados y están en su mundo

¿Tu hijo prefiere estar solo, siempre piensa en sus cosas y se encierra en su habitación? No te preocupes, los niños superdotados son bastante asociales. No les gusta compartir sus momentos con nadie y a menudo prefieren relacionarse con gente mayor. En muchos casos sienten que los niños de su edad no les comprenden y prefeiren abstraerse. Habla con él o ella e intenta que te cuente cómo se siente. Además, llevarlo a un psicólogo para estimular sus aptitudes será lo más correcto.

Son muy sensibles

Suelen tener baja autoestima y poca resistencia a la frustración, aunque a veces puedan ser muy manipuladores. Son más emotivos, dramáticos y vulnerables que el resto de niños. Tienen la sensibilidad a flor de piel. Sus expresiones verbales y corporales son a menudo exageradas. Caerse en la calle puede hacer que sea el día más triste de su vida. Les afecta cuando alguien grita o habla fuerte, les duele mucho que otros niños se metan con ellos o cuando algo les parece injusto. Tienen la necesidad de expresar constantemente cómo se sienten y necesitan más atención.

Piensan rápido y tienen buena memoria

¿Quién no ha pensado alguna vez que su hijo/a es el más listo de todos? Cualquier padre que lo niegue sabrá que está mintiendo. Este rasgo hace que los niños retengan gran variedad de información y lo recuerden fácilmente en un futuro. Además son capaces de recordar cosas de cuando eran más pequeños. Suelen prestar mucha atención a los detalles y entienden fácilmente conceptos más complejos, formando oraciones más avanzadas y un vocabulario más extenso que el resto. Son niños que no presentan un alto rendimiento escolar, sino más bien tienden a fracasar en el colegio, pues no se sienten motivados con la educación tradicional, lo que les causa serios problemas de aburrimiento.

Son muy exigentes

Pueden experimentar cierto grado de estrés porque se exigen demasiado. Quieren dar lo mejor de sí y mostrar a sus padres y los que les rodean que pueden con todo y que harán lo que sea para conseguirlo. Los niños que se exigen demasiado suelen tener baja tolerancia a la frustración porque no quieren equivocarse y sentir el fracaso. Hay que intentar que pongan palabras a sus emociones y así puedan expresar lo que sienten y no se frustren. "Lo quiero, y lo quiero ahora, ya". Su exigencia les lleva a la impaciencia. Hay que mantener la calma y tratar de fomentar la paciencia explicándoles que a veces las cosas tardan en ocurrir. No solo son exigentes consigo mismos, también con los demás.

Tienen muchos intereses a la vez

Son hiperactivos mentales. No se trata de niños hiperactivos que necesiten de medicación, sino que simplemente tienen otras necesidades educativas especiales con tareas que les sean de interés y vayan acorde a lo que necesitan. Por eso requieren que los padres busquen ayuda para poder controlarlos, ya que sobre todo en la adolescencia, suelen rebelarse porque se sienten incomprendidos, evitando al resto y sintiéndose rechazados.

Cuestionan la autoridad

Son respondones y todo el rato discuten y cuestionan lo que sus padres o prefosores les dicen. Desafían las normas, contestan por todo y hacen que más de uno pierda los nervios. No sólo intentan mostrar su personalidad y su identidad desafiando a la autoridad, sino que también están formando un concepto de sí mismos. Quieren tener el control, y es una manera de practicarlo. No es un defecto, están haciendo algo bueno para su desarrollo. Lo que realemente necesitan es que los argumentos que expongas cuando contestes a su sublevación sean buenos y le hagan comprender mejor las cosas, esto será un entrenamiento para su pensamiento crítico y le hará aprender a ver el mundo desde otra perspectiva.

Tienen baja autoestima

La sociedad exige que sigamos unas pautas de comportamiento estándar, y si no se cumplen los requisitos exigidos, la construcción de una autoestima positiva puede verse mermada. Están desanimados o angustiados, se sienten culpables por todo, sufren ataques de pánico, miedos, reacciones inexplicables que pueden conducirles hacia la depresión. Lo que los padres penséis de él es de vital importancia. Debéis fomentar todos sus logros, y ser muy cariñosos con ellos mostrando que nadie es perfecto y que todo el mundo puede equivocarse y volver a empezar. El esfuerzo lleva a conseguir nuestros logros.

Imaginativos y con humor especial

Les encanta inventar. Seguramente tendrán incluso amigos imaginarios y no porque se sientan solos, es su imaginación la que vuela a la velocidad de la luz. Dibujan todo lo que se los ocurre y lo expresan. Hay que fomentar aprender cosas nuevas, como museos, bibliotecas y centros comunitarios donde se desarrollen actividades. Son muy creativos y curiosos, algo que les faculta para el aprendizaje autónomo.

Todas estas cualidades y rasgos les convierten en niños muy especiales, con necesidades y exigencias diferentes a los demás. Por lo que lo primordial es intentar percibir todas las señales y ayudar a nuestros hijos lo antes posible.

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