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"La mayor amenaza sanitaria" y por qué la ONU, el BM y las farmacéuticas la temen
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EL PELIGRO DE UN MUNDO SIN ANTIBIÓTICOS

"La mayor amenaza sanitaria" y por qué la ONU, el BM y las farmacéuticas la temen

Hoy se dará un gran paso ante la lucha contra las superbacterias, un problema que preocupa a distintos sectores por las fuertes consecuencias económicas que puede tener

Foto: Lo advirtió Fleming, descubridor de la penicilina, hace 70 años, pero la potenciales consecuencias no han quedado claras hasta hace muy poco. (iStock)
Lo advirtió Fleming, descubridor de la penicilina, hace 70 años, pero la potenciales consecuencias no han quedado claras hasta hace muy poco. (iStock)

En la reunión de la ONU que está teniendo lugar esta semana en Nueva York no solo se abordarán temas como la guerra de Siria o la crisis de refugiados. En la agenda de los mandatarios de los 193 países reunidos en la capital estadounidense también se encuentra la que han considerado como “la mayor amenaza global para la salud”. Se trata de la resistencia a los antibióticos.

Los líderes a más alto nivel de dichas naciones firmarán un borrador que reconoce la creciente amenaza que suponen las superbacterias, es decir, aquellos organismos que han desarrollado resistencia al tratamiento con antibióticos y que pueden provocar que enfermedades que se creían superadas se conviertan en intratables. Es el caso del E. Coli o del MSRA (una evolución de la 'Staphyloccus aureus'), la superbacteria más común, pero también de la tuberculosis o la gonorrea, que pueden resultar devastadoras en los países en vías de desarrollo.

Se trata de “un hito” en la historia de la ONU, que dedicará 700 millones a la investigación sobre un problema que mata a 700.000 personas al año

“Estamos perdiendo nuestra capacidad de tratar las infecciones”, ha declarado a 'AFP' Keiji Fukuda, el responsable de la Organización Mundial de la Salud de combatir la resistencia antimicrobiana. “No solo supone que se incrementen las muertes, sino también toda nuestra capacidad para tratar a los pacientes y para cultivar suficiente comida para todos”.

El acuerdo rubricado en la ONU ha sido considerado como un “hito” en su historia. La organización dedicará 700 millones de euros a la investigación y al combate contra las superbacterias, que estiman que acaban cada año con 700.000 personas que no pueden recibir tratamiento contra el sida, la malaria o la tuberculosis. Según los cálculos de la organización, el número de fallecidos puede aumentar hasta los 10 millones en el año 2050.

¿Por qué preocupa tanto?

Si este acuerdo llama la atención es la ONU no suele llegar a acuerdos semejantes en temas sanitarios. Tan solo otros tres problemas de salud habían sido discutidos en las asambleas generales al más alto nivel: el sida, el ébola y las enfermedades no transmisibles (es decir, cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas). De manera paralela, 13 de las grandes compañías farmacéuticas del mundo –entre las que se encuentran Pfizer, Novartis o GlaxoSmithKline– también han firmado la declaración.

“No hemos descubierto ninguna nueva clase de antibióticos al menos en dos décadas”, ha explicado Fukuda, responsable de la OMS

La celeridad con la que ha actuado la organización ha sido aplaudida por parte de la comunidad médica. Como explica el profesor de epidemiología infecciosa de la Universidad de Edimburgo, Mark Woolhouse, “es un asunto muy serio, mata al año miles de personas en todo el mundo y si no hacemos algo ya la cifra aumentará. Sin embargo, la ONU ha actuado en el momento indicado”.

¿Cómo se originan las superbacterias? Básicamente, a partir de una mala utilización o el abuso de los antibióticos, que provoca que los organismos desarrollen resistencia ante ellos, inutilizándolos. Los mensajes alarmistas se han acumulado en los últimos años. Sally Davis, directora del consejo de Salud de Reino Unido, es la autora de 'The Drugs Don't Work: a Global Threat' (Penguin) en el que advertía de la “catastrófica amenaza” para la humanidad que supone esta resistencia genética.

El problema es que estas bacterias no solo se adaptan a los antibióticos a causa del abuso o su mala utilización (como ocurre en el caso de la sinusitis, pero también en la automedicación contra la gripe o el constipado), sino que el extendido uso de los antibióticos en las granjas está asociado directamente con “la transferencia de bacterias resistentes de animales a humanos”, como aseguraba una investigación publicada en 2012 en 'Pnas'. Los animales consumen antibióticos no solo de manera medicinal, sino también para aumentar su tamaño, como ocurre con las empresas aviares estadounidenses.

A partir de ahora, ¿qué?

La intención cuenta, pero no es suficiente. La firma del acuerdo compromete a las 193 naciones a cumplir una serie de objetivos:

  • Supervisión y regulación del uso y las ventas de medicinas antimicrobiales para humanos y animales.
  • Promover la innovación para desarrollar nuevos antibióticos.
  • Formar a los profesionales de la salud y crear una conciencia pública sobre cómo prevenir las infecciones resistentes a los antibióticos.

El Banco Mundial ha publicado un informe en el que asegura que las infecciones pueden causar un daño económico “equivalente a la crisis financiera de 2008”

Alexander Fleming ya avisó en su discurso de aceptación del Premio Nobel sobre la amenaza que podía suponer el mal empleo de antibióticos: “Existe el peligro de que el hombre ignorante pueda tratarse con dosis inferiores y por lo tanto exponer a los microbios a cantidades no letales de la medicina que los haga resistentes”. Sin embargo, ha sido en los últimos años cuando esta amenaza ha empezado a mostrar su peligro potencial, algo que, en opinión de Fukuda, ha sido agravado por la escasa investigación en el desarrollo de nuevos antibióticos. “No hemos descubierto ninguna nueva clase de antibióticos al menos en dos décadas”, ha explicado a la prensa.

¿Por qué el documento se firma justo ahora? Como sugiere un reportaje publicado en 'The Independent', quizá porque ahora los gobiernos están empezando a ver las graves consecuencias económicas que pueden acaerrar las superbacterias. Especialmente si el Banco Mundial acaba de publicar un informe en el que asegura que las infecciones resistentes al tratamiento pueden causar un daño económico “equivalente a la crisis financiera de 2008”.

El documento, llamado 'Drug Resistent Infections: a Threat to Our Economic Future', dibuja un panorama apocalíptico para el año 2050, en el que el PIB y las exportaciones pueden llegar a caer un 3,8% en el peor de los casos, disparar la pobreza extrema hasta 28,3 millones de personas más y aumentar los costes de salud global entre 300.000 millones y un billón de dólares. Se trata tan solo de especulación, ya que aún falta mucho para 2050, pero hay una cosa que está clara: cuando es dinero lo que está en juego, las autoridades globales se mueven rápidamente.

En la reunión de la ONU que está teniendo lugar esta semana en Nueva York no solo se abordarán temas como la guerra de Siria o la crisis de refugiados. En la agenda de los mandatarios de los 193 países reunidos en la capital estadounidense también se encuentra la que han considerado como “la mayor amenaza global para la salud”. Se trata de la resistencia a los antibióticos.

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