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Esto es lo que pasará si dejas de comer pan
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¿ENGORDA TANTO COMO CUENTAN?

Esto es lo que pasará si dejas de comer pan

A primera vista, abandonar dicho alimento por completo puede parecer positivo, pero, por lo general, las consecuencias sobre nuestro organismo no son beneficiosas

Foto: Cierto, engorda, pero tampoco debemos desterrarlo de nuestra dieta. (iStock)
Cierto, engorda, pero tampoco debemos desterrarlo de nuestra dieta. (iStock)

El pan, quién diría que una masa formada por agua y harina pudiese dividir a la comunidad científica sobre sus beneficios y carencias. Habitualmente se ha eliminado parcial o totalmente de las dietas de adelgazamiento con el objetivo de reducir al máximo la ingesta de carbohidratos. Sin embargo, en estos últimos tiempos han aparecido voces discordantes con esta tendencia. Una de ellas es la del periodista especializado en nutrición Antonio Ortí: “Por poner las cosas en su sitio, cien gramos de pan aportan doscientas treinta calorías, cuando a lo largo del día una persona que lleva una vida sedentaria necesita entre dos mil y dos mil cuatrocientas. Es decir, se trata de una cantidad muy razonable”, opina Ortí. Por su parte, el catedrático de nutrición y bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universitat de Barcelona, Abel Mariné, opina que no hay alimentos buenos y malos, sino buenas y malas maneras de combinarlos.

Ante estas ideas, podemos preguntarnos qué consecuencias tendría sobre nuestra salud el dejar de ingerir cereales, en general, y pan, en particular. Un artículo de ‘Women’s Health’ analiza las posibles consecuencias de prescindir de este alimento y, como cabría esperar, algunas a primera vista pueden parecer positivas, pero, por lo general, las consecuencias sobre nuestro organismo no son beneficiosas. Estos son algunos de los cambios que podemos notar en el funcionamiento de nuestro cuerpo.

1. Pérdida de peso

Eliminar carbohidratos consigue que disminuyamos nuestro peso rápidamente. Sin embargo, esta pérdida no viene a raíz de eliminar grasa, sino de líquidos, de agua. Los hidratos de carbono se almacenan en el cuerpo en forma de glucógeno y estas reservas energéticas contienen una abundante cantidad de agua, por lo que al eliminar el pan de nuestra dieta estas reservas desaparecerán, bajaremos peso y nuestro organismo perderá agua, indica la nutricionista y entrenadora Marie Spano.

2. Efectos secundarios en el cerebro

Los hidratos de carbono también influyen en nuestro correcto funcionamiento cerebral, puesto que, nuevamente, el glucógeno protege las neuronas, aunque en su justa medida. Según diferentes estudios, el exceso de glucógeno puede matarlas, mientras que el defecto las deja desprotegidas en situaciones de escasez de oxígeno, tal y como informa SINC. Por otro lado, al ir desapareciendo estas reservas, nuestro cuerpo genera más acetona y un exceso de este compuesto químico puede causar molestias como sequedad en la boca, mal aliento, mareos e incluso insomnio. No parece agradable, desde luego, pero el cuerpo con el tiempo suele adaptarse a esos niveles de acetona y terminan por desaparecer las citadas molestias, señala Spano.

3. Aumenta el colesterol

Todos los alimentos que ingerimos, o dejamos de ingerir, afectan de una u otra forma a nuestro organismo. En el caso de los carbohidratos, un estudio publicado en ‘Plos One’ descubrió que los refinados, los menos saludables, aumentan considerablemente la cantidad de un ácido graso llamado palmitoleico e incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas o diabetes. En cambio, otro estudio de la American Heart Association indica que un consumo responsable de hidratos de carbono puede estabilizar los niveles de colesterol. Por tanto, vemos los pros y las contras de prescindir de los hidratos de carbono, pero quizá solo baste con evitar a toda costa los refinados.

4. Carencias nutricionales

Sí, quizá este punto sea el más evidente de todos, puesto que, tal y como sabemos, los hidratos de carbono suponen una fuerte carga energética para que nuestro cuerpo funcione correctamente. Además de los ya citados azúcares, el pan tiene hierro, vitamina B o magnesio. De hecho, la mayoría de personas consume menos magnesio de lo que necesita su cuerpo por lo que no parece buena idea evitar uno de los alimentos que más cantidad tiene de este mineral.

5. El váter se convertirá en un amigo lejano

Los neozelandeses estarían encantados de que dejáramos de comer pan, porque la demanda del kiwi subiría como la espuma. Si el estreñimiento es uno de los problemas más comunes relacionados con nuestro sistema digestivo, dejar de comer pan lo convertiría en algo aún más generalizado. Hinchazón, sentirnos pesados, dolores estomacales, problemas intestinales… La fibra es esencial para poder combatir este tapón y no solemos consumir la cantidad suficiente en nuestro día a día. Evitar el pan, y sus cereales, solo acrecentaría el problema.

6. Peor humor

Otra de las virtudes poco conocidas de los hidratos de carbono es que al consumirlas liberamos serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Este neurotransmisor no solo influye sobre los niveles de agresividad o ira, también ayuda a controlar los ciclos del sueño. Por tanto, dejar de consumir carbohidratos afectará negativamente a la cantidad de esta hormona, pero no debemos olvidar que es solo un factor más. También hay otros condicionantes como los dulces, el chocolate y, especialmente, el sexo.

7. Menor rendimiento deportivo

Si uno de los pilares esenciales para estar en buena forma es comer correctamente, el otro es practicar ejercicio regularmente. Los carbohidratos también influyen en nuestro rendimiento deportivo: “Los hidratos de carbono son la gasolina que necesitamos para hacer ejercicio, tanto en fuerza como en resistencia.”, señala Spano. Al eliminar alimentos como el pan nuestra energía se reducirá, nos costará más el ejercicio físico, perderemos fuerza y, por tanto, nuestro rendimiento deportivo disminuirá considerablemente.

El pan, quién diría que una masa formada por agua y harina pudiese dividir a la comunidad científica sobre sus beneficios y carencias. Habitualmente se ha eliminado parcial o totalmente de las dietas de adelgazamiento con el objetivo de reducir al máximo la ingesta de carbohidratos. Sin embargo, en estos últimos tiempos han aparecido voces discordantes con esta tendencia. Una de ellas es la del periodista especializado en nutrición Antonio Ortí: “Por poner las cosas en su sitio, cien gramos de pan aportan doscientas treinta calorías, cuando a lo largo del día una persona que lleva una vida sedentaria necesita entre dos mil y dos mil cuatrocientas. Es decir, se trata de una cantidad muy razonable”, opina Ortí. Por su parte, el catedrático de nutrición y bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universitat de Barcelona, Abel Mariné, opina que no hay alimentos buenos y malos, sino buenas y malas maneras de combinarlos.

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