Una investigación confirma la relación directa entre obesidad y asma infantil
El paciente obeso-asmático sufre un asma de difícil control con exacerbaciones frecuentes y severas, y una mayor resistencia al tratamiento con corticoides. Por eso deberíamos vigilar nuestro peso
Una investigación llevada a cabo por la doctora Noelia Álvarez en la facultad de Medicina de la Universidad de Navarra ha confirmado que los niños obesos tienen un mayor riesgo de desarrollar asma.
Según la tesis doctoral defendida por Álvarez, que apunta a las dietas hipercalóricas y el descenso de la actividad física como principales causantes de la obesidad, es en el sexo femenino donde se intensifica la relación entre obesidad y asma, siendo las niñas obesas de entre 6 y 7 años las que más riesgo tienen.
En concreto, “esta población tiene hasta casi cinco veces más riesgo de tener asma grave y casi 4 veces más de presentarlo inducido por el ejercicio”, explica la doctora.
Además, dice, la relación entre obesidad y asma se intensifica también en ausencia de eccema en los lactantes y en ausencia de rinoconjuntivitis y eccema en niños y adolescentes, “un hecho que hay tener en cuenta, ya que el asma suele relacionarse con la presencia de estas patologías”.
Álvarez ha observado asimismo que los varones lactantes con exceso de peso tienen mayor riesgo de padecer ruidos respiratorios sibilantes o pitidos.
Todo ello ha provocado que se hable del paciente obeso-asmático, con “un asma de difícil control con exacerbaciones frecuentes y severas, y una mayor resistencia al tratamiento con corticoides”, apunta la especialista, que subraya la importancia de que los pediatras conozcan las características de estos enfermos para su adecuado tratamiento y de continuar la investigación en este campo.
Una investigación llevada a cabo por la doctora Noelia Álvarez en la facultad de Medicina de la Universidad de Navarra ha confirmado que los niños obesos tienen un mayor riesgo de desarrollar asma.
Según la tesis doctoral defendida por Álvarez, que apunta a las dietas hipercalóricas y el descenso de la actividad física como principales causantes de la obesidad, es en el sexo femenino donde se intensifica la relación entre obesidad y asma, siendo las niñas obesas de entre 6 y 7 años las que más riesgo tienen.
En concreto, “esta población tiene hasta casi cinco veces más riesgo de tener asma grave y casi 4 veces más de presentarlo inducido por el ejercicio”, explica la doctora.
Además, dice, la relación entre obesidad y asma se intensifica también en ausencia de eccema en los lactantes y en ausencia de rinoconjuntivitis y eccema en niños y adolescentes, “un hecho que hay tener en cuenta, ya que el asma suele relacionarse con la presencia de estas patologías”.
Álvarez ha observado asimismo que los varones lactantes con exceso de peso tienen mayor riesgo de padecer ruidos respiratorios sibilantes o pitidos.
Todo ello ha provocado que se hable del paciente obeso-asmático, con “un asma de difícil control con exacerbaciones frecuentes y severas, y una mayor resistencia al tratamiento con corticoides”, apunta la especialista, que subraya la importancia de que los pediatras conozcan las características de estos enfermos para su adecuado tratamiento y de continuar la investigación en este campo.