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10 grandes trucos para mejorar tu vida que parecen ilógicos pero que funcionan
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10 grandes trucos para mejorar tu vida que parecen ilógicos pero que funcionan

Come verdura y fruta. No fumes. Haz ejercicio. No bebas alcohol. Duerme lo suficiente. Pero no todos los secretos para mejorar tu vida responden al sentido común

Foto: Algunos de los consejos que presentamos parecen ir en contra del sentido común, pero son muy útiles. (iStock)
Algunos de los consejos que presentamos parecen ir en contra del sentido común, pero son muy útiles. (iStock)

Come verdura y fruta. No fumes. Haz ejercicio. No bebas mucho alcohol. Duerme lo suficiente. Sonríe, practica tus aficiones, sé amable con lo que te rodean y no digas palabrotas. En apariencia, es fácil conocer los trucos básicos para llevar una buena vida. Pero no vivimos en un mundo ideal y, al final, terminamos siendo posibilistas, es decir, haciendo lo que buenamente podemos aunque no siempre sea lo mejor.

Por lo general, es fácil descubrir utilizando simplemente la lógica –o la sabiduría popular– aquello que nos hace más saludables, más felices, y mejora la convivencia con nuestra familia y amigos. Pero, en algunas ocasiones, es preferible tomar un camino más largo o replantearnos nuestras concepciones si queremos llegar a buen puerto. No todo lo que hemos aprendido es cierto, y en otras ocasiones, la lógica es tan implacable que resulta igualmente inaplicable.

Por eso deberíamos conocer las siguientes 10 ideas que, aunque parezcan poco intuitivas, pueden resultar útiles en su aplicación diaria. No siempre no beber alcohol es bueno, si lo que queremos es pasarlo bien con nuestros amigos o ligar en un bar; no siempre es bueno sonreír, si lo que queremos es que nuestro jefe nos tome en serio; y no siempre dormir lo suficiente es bueno si lo que deseamos es madrugar para salir de viaje. En definitiva, el camino más corto entre dos puntos no siempre es la línea recta.

No hagas ejercicio todos los días…

Que practiquemos deporte no quiere decir que debamos dejarnos la vida en el gimnasio todos los días. Incluso los atletas de élite necesitan jornadas de descanso de vez en cuando, pues de lo contrario pueden lesionarse o empeorar su rendimiento. Una investigación publicada en Medicine & Science in Sports sugería que ir al gimnasio cuatro días en lugar de seis propiciaba mayores beneficios en el largo plazo, puesto que el grupo que acudía más a menudo a ejercitarse terminaba manifestando su cansancio y la sensación de que el ejercicio le llevaba demasiado tiempo, mientras que los otros mejoraban de forma parecida sin ver el ejercicio como una obligación. Además, debemos variar la duración, intensidad y duración de nuestro panel de ejercicios cada cierto tiempo.

…Pero haz deporte cuando estés más cansado

Es tarde, acabas de salir del trabajo y lo último que te apetece es ponerte a correr encima de la cinta. Es precisamente en ese momento en el que debes esforzarte, como puso de manifiesto otra investigación publicada en Medicine & Science in Sports. Los autores, de la Universidad de Texas, desvelaban que realizar ejercicio moderado durante media hora mejoraba el ánimo de las personas que lo practicaban y mejoraba su vigor en el momento, pero también a largo plazo, al mejorar su capacidad aeróbica.

Come grasas

Es el cambio de paradigma que llevamos anunciando desde mucho antes que la revista Time lo pusiese en su portada: son los carbohidratos, y no las grasas, lo que realmente nos engorda. Independientemente de la validez que le demos a dicha hipótesis, lo cierto es que no debemos desterrar completamente las vilipendiadas grasas de nuestro régimen diario. Las grasas, al fin y al cabo, son una importante reserva de energía.

Para adelgazar, come más

Comer mucho en un momento dado es una buena forma de garantizar que comeremos menos en el futuro cercano. O, dicho de otra manera, saltarnos comidas, comer poco o picotear sin saciarnos hará que nuestro cerebro nos envíe señales de que debemos ingerir cuanto antes alimentos altos en calorías. Si, por el contrario, garantizamos desde por la mañana que estamos suficientemente llenos, será mucho más fácil que el resto del día nos mantengamos lejos de la nevera o del atracón gastronómico.

Toma comida caliente para refrescarte

Un consejo muy de madre (o abuela). Es habitual que en países cálidos como la India o Marruecos se consuma a menudo el cálido té, algo que parece una locura a muchos occidentales. Pero tiene todo el sentido del mundo. Como puso de manifiesto un estudio publicado en Acta Physiologica, cuando bebemos un líquido caliente, nuestro cuerpo reacciona incrementando la cantidad de sudor que excreta. Y, aunque no siempre lo recordemos, el sudor regula nuestra temperatura corporal y ayuda a refrescar nuestro cuerpo cuando se evapora.

No hagas lo que le gusta a tu pareja

Ir juntos al cine, ir juntos de compras, ir juntos al fútbol, ir juntos a una exposición de filatelia, jugar toda la noche al ajedrez… Qué pesadez, ¿no? Como puso de manifiesto una investigación publicada en el Journal of Marriage and Family, intentar por todos los medios compartir día tras día las aficiones de tu pareja, aunque no nos gusten, sólo provoca que en el largo plazo nos sintamos profundamente infelices.

No te laves los dientes después de comer

La sabiduría popular prácticamente nos empuja al cuarto de baño nada más tragar el último trozo del postre. Mal hecho. Deberíamos esperar al menos media hora, ya que de lo contrario, estaremos frotando con fuerza el ácido contra nuestros dientes, lo que desmineraliza y debilita la superficie de los mismos.

Si quieres ser feliz, ve películas tristes

Si estamos de mal humor o decaídos, tendemos a pensar que lo mejor es no ver ninguna película o, en caso de hacerlo, enfrentarnos a una comedia (que probablemente, no nos hará ninguna gracia en dichas circunstancias). Un grupo de psicólogos de la Universidad de Ohio puso de manifiesto que las películas tristes nos hacen instantáneamente felices, puesto que nos llevan a poner nuestros problemas en perspectiva y a darnos cuenta de lo mucho que tenemos.

Paga con dinero en metálico si quieres adelgazar

No tenemos más que remitirnos a nuestra experiencia personal para darnos cuenta de que el pago con tarjeta de crédito nos hace más impulsivos en nuestras compras, no sólo de manera online, sino también en persona. El tacto, peso y textura del dinero nos ayuda a entender lo que nos estamos gastando. También ocurre con la comida. Según una investigación publicada en Obesity por investigadores de la Universidad de Cornell, los niños estudiados comían más comida basura cuando podían pagarla con sus tarjetas de crédito.

Ve a trabajar en metro

Acudir a la oficina en coche parece el súmmum de la comodidad, sobre todo cuando vemos a esos pobrecillos que van como sardinas enlatadas en el metro. ¿O no? Como ha señalado la psicóloga Susan Charles, los atascos de tráfico no sólo nos ponen de mal humor desde primera hora de la mañana, sino que pueden conducir a graves desórdenes mentales a largo plazo. La investigadora recuerda que tendemos a concentrarnos tanto en nuestras metas finales que no nos damos cuenta de que hay multitud de detalles en nuestra vida cotidiana que minan nuestra salud poco a poco, hasta que ya es demasiado tarde y somos irremisiblemente infelices.

Come verdura y fruta. No fumes. Haz ejercicio. No bebas mucho alcohol. Duerme lo suficiente. Sonríe, practica tus aficiones, sé amable con lo que te rodean y no digas palabrotas. En apariencia, es fácil conocer los trucos básicos para llevar una buena vida. Pero no vivimos en un mundo ideal y, al final, terminamos siendo posibilistas, es decir, haciendo lo que buenamente podemos aunque no siempre sea lo mejor.

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