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¿Quieres adelgazar de verdad? No te fíes de la báscula, no siempre importa
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LA RELACIÓN ENTRE MÚSCULO, GRASA Y AGUA

¿Quieres adelgazar de verdad? No te fíes de la báscula, no siempre importa

Al contrario de lo que mucha gente piensa, no necesariamente significa lo mismo estar gordo que pesar mucho… ¿Quieres saber por qué?

Foto: ¿De verdad que la báscula nunca miente? (Patrick Norman/Corbis)
¿De verdad que la báscula nunca miente? (Patrick Norman/Corbis)

El entrenador personal Juan Rallo es uno de las referencias españolas del fitness. Además de dirigir su propio gimnasio en Madrid, colabora en la revista Men´s Health y ha creado su propio método de entrenamiento. En su nuevo libro Ponerse en forma para Dummies (Planeta de Libros) explica cómo planificar un programa de ejercicio, cómo llevar una dieta adecuada y, también, por qué es preferible preocuparnos por nuestro estado físico general y no sólo por nuestro peso.

Una de las ideas que van implícitas en el deseo de ponerse en forma es sin duda la de adelgazar. ¡Y no ya sólo cuando se acerca el verano y da inicio aquello que popularmente se llama la operación biquini! No, la de perder peso es una preocupación que cada vez asalta a más gente, sabedora que la obesidad no solo lastra nuestra imagen, sino que además acarrea diversos problemas de salud.

No obstante, conviene no obsesionarse con este tema. Y menos aún con el peso. Porque, al contrario de lo que mucha gente piensa, no necesariamente significa lo mismo estar gordo que pesar mucho…¿Quieres saber por qué?

Tres son las sutancias que principalmente inciden en los cambios de peso, tanto por aumentos como por descensos que sufre nuestro cuerpo.

1. El agua

Seguro que no te descubro nada nuevo, pero el agua supone casi tres cuartas partes del peso del cuerpo de una persona, tú incluida. Y basta con que pierdas un pequeño porcentaje de ella para que se aprecie en la báscula, aunque también es verdad que en cuanto bebas un poco de agua tu cuerpo recuperará esa falta y la báscula volverá a hacerse eco de ello.

Por eso no son buenas las disminuciones de peso basadas en las pérdidas forzadas de agua, algo frecuente cuando se abusa de diuréticos que, mal utilizados, pueden repercutir de forma grave en nuestra salud. O cuando se fuerza la sudoración, como sucede en las saunas, que aunque son muy positivas para otras cosas no traen consigo una pérdida de peso real, pues en cuanto bebas algo recuperarás lo sudado.

2. El músculo

El 40-50% de nuestro cuerpo está formado por estos tejidos contráctiles. Gracias a ellos nos movemos. Pero es que, además, son el principal agente consumidor de energía del organismo. Razón de más para que les dispensemos la atención que merecen.

3. La grasa

La mala fama acompaña a la grasa. Y, como todo en esta vida, lo cierto es que de por sí no es mala. Al contrario, pues es un depósito de energía indispensable para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Otra cosa es su exceso. Ahí sí que te doy la razón y eso es lo que tenemos que combatir.

No te fíes siempre de la báscula

Ya conoces, pues, los tres ingredientes que afectan de un modo u otro al peso. De ellos, voy a centrarme aquí en los dos últimos, pues el agua es lo que es, o sea, un elemento imprescindible para nuestra vida con el que no podemos jugar a base de restricciones. Olvidarse de la bebida es jugársela de todas todas.

Por tanto, vamos a ver lagrasaasociada al músculo. Para ello, imagina un trozo de carne animal. El magro es el tejido muscular y la grasa no deja dudas, es grasa.

Hasta ahí, todo sencillo. Pero no apartes la mirada de esa carne. Apreciarás también que la grasa es mucho menos densa que el músculo. En otras palabras, esto quiere decir que un kilo de grasa ocuparía mucho más espacio que un kilo de tejido muscular. Es un dato importante, pues puestos a tener un kilo de una u otra en nuestro organismo, nos interesa que sea de músculo y no de grasa. Así que, en un plano más técnico, podríamos decir que a igual volumen conviene pesar un poco más, pues significaría que tenemos más tejido muscular que graso.

Dicho esto, se hace evidente el porqué de lo que nos dice la báscula no debe ir a misa. Nos da una información imprecisa. Porque estar gordo no depende de lo que señalan las agujas de la báscula, sino del porcentaje de grasa que tengamos en el cuerpo, tanto tú como yo, o esa persona que pasa ahora por la calle. Es decir, de los kilos de grasa que tengamos. Y, aunque en la actualidad ya hay algún modelo de báscula que establece esa diferencia en porcentajes, no es muy habitual todavía que las tengamos en nuestra casa.

El entrenador personal Juan Rallo es uno de las referencias españolas del fitness. Además de dirigir su propio gimnasio en Madrid, colabora en la revista Men´s Health y ha creado su propio método de entrenamiento. En su nuevo libro Ponerse en forma para Dummies (Planeta de Libros) explica cómo planificar un programa de ejercicio, cómo llevar una dieta adecuada y, también, por qué es preferible preocuparnos por nuestro estado físico general y no sólo por nuestro peso.

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